sábado, 4 de diciembre de 2010

Qué depara 2011.

*LUIS BILBAO


Suramérica culmina la década como quien completa la primera jornada de ascenso al Aconcagua; o al Chimborazo: todo el ímpetu, alguna magulladura, la mirada en lo alto y la sangre latiendo fuerte por la empresa grandiosa.
A la inversa, Estados Unidos va camino abajo, herido de muerte en su corazón económico. No está mal hallado el título de la reunión conspirativa realizada el 17 de noviembre en Washington, en la sede del Congreso: “Peligro en los Andes” (ver Manifiesto Antimperialista en defensa de la Patria). Sí. Hay peligro allí para ellos. Es el lugar donde sufrirá su última derrota el imperialismo estadounidense, como 186 años atrás le ocurrió al imperio español en Ayacucho. Ya lo adelantaron hace medio siglo los revolucionarios cubanos, acompañados por iguales en todo el continente, al señalar la cordillera como “la Sierra Maestra de América Latina”. No está mal pensado el título de ese cónclave, ni el lugar donde se llevó a cabo. Es bueno saber a qué atenerse y que cada quien muestre su rostro: el Capitolio como antro de terroristas, estafadores, diputados ignorantes sin representación, oscuros escribas del amo asustado.
¿Cómo harán los demócratas sinceros del hemisferio para justificar semejante aquelarre? Por lo pronto, no hablan del asunto. Pero debieran hacerlo. Porque el derrumbe conceptual, moral y político de la democracia capitalista puede arrastrar la idea misma de democracia, como muestra el espacio ganado por los nazis contemporáneos del Tea Party.
En sustancia, eso es lo que depara 2011: un inmenso desafío ideológico, político y, eventualmente, si no se actúa con inteligencia y celeridad, militar. Incapacitado de remontar la crisis que carcome su estructura, el capitalismo se lanza por el camino de la derechización y la violencia. Ése es el significado del pedido de Barack Obama para aumentar en 522 mil millones de dólares el presupuesto militar de Estados Unidos. En 2011 el gasto militar será de unos 708 mil millones de dólares; el más alto de la historia. La provocación en Corea, las bases en Colombia, el despliegue en Costa Rica, están allí para señalar el destino de esos fondos. Al mismo tiempo se congelan por tres años los gastos en programas de educación, nutrición, energía y transporte.

Incendio

Europa no está mejor. Por estas horas tambalea España, detrás de Irlanda y Portugal, los últimos dos focos del incendio financiero. Del estancamiento la UE pasa nuevamente a la recesión, y esfuma las expectativas de recuperación en Estados Unidos. Importa sobre todo que los recursos empleados para postergar una vez más la cadena de quiebras bancarias, el colapso del euro y la desarticulación de la UE, operan como combustible sobre el incipiente incendio social en el viejo continente. Allí también se gesta una crisis política de magnitud.
Será interesante escuchar al último Borbón en la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Mar del Plata (sí, allí donde en 2005 fue enterrado el Alca) apenas esta edición salga de imprenta. En ese cónclave los políticos socialdemócratas de América Latina no tendrán ya la posibilidad de volver a esgrimir a Irlanda y España como modelo de éxito. Si Madrid y Lisboa no hablan del futuro y un número de admiradores de sus antiguas propuestas en estas latitudes deciden callar ¿de qué habrá servido esta enésima cumbre? ¿Acaso puede esperarse mejor resultado que el fiasco del G-20 en Seúl?
No. Su utilidad será ratificar la necesidad de concentrarse en Unasur, rescatar Mercosur, extender y fortalecer el Alba. El Norte no tiene nada positivo para proponerle al Sur. Y este hemisferio habrá de tomar debida cuenta de la realidad económica mundial, desechando el espejismo de una sustentabilidad estratégica basada en altos precios de materias primas. Entre otras muchas razones, porque una parte sustancial de esos aumentos expresa otra fuga irracional del sistema acorralado: imposibilitados de refugiarse en monedas confiables, exprimida la posibilidad de correr al oro, inmensas masas de capital excedente buscan resguardo comprando materias primas a futuro, a precios tan demenciales como la lógica que les da existencia. Esa burbuja también explotará.
Se trata de la crisis estructural de un sistema agónico. Buscar caminos intermedios lleva a ninguna parte. Vacío ideológico, vacilación política, llevan al abismo.
Gobierno y Congreso estadounidenses, asumidos como derecha reaccionaria, entienden que el “Peligro en los Andes” es el socialismo, enarbolado ya como bandera por los gobiernos del Alba y una franja creciente de los pueblos del hemisferio. Vale escuchar la respuesta de Hugo Chávez: “¿a partir de enero habrá en Estados Unidos un Congreso de extrema derecha? Bueno, el Parlamento venezolano a partir del 5 de enero debe ser de extrema izquierda (…) necesitamos un gobierno mucho más radicalmente a la izquierda, una fuerza armada mucho más radicalmente revolucionaria, junto al pueblo (…) No debe haber cabida en nuestras filas civiles, militares, para las medias tintas. ¡No. Una sola línea: radicalizar la revolución!”.
Evo Morales no fue menos contundente (ver respuesta a Estados Unidos): “estoy convencido: de la rebelión a la revolución; de la revolución a la descolonización”.
Este debate de ideas, este combate político, depara 2011. Precisar conceptos, afirmar estrategias, fortalecer organizaciones, frente a un enemigo poderoso, cruel, pero debilitado y obligado a enfrentar a la humanidad. El Ande está allí.
*El autor es director de la revista América XXI

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