Leímos en días pasados que el Indepabis comenzó a inspeccionar los centros privados de salud y pensamos que ya era hora de que tal cosa sucediera. Imaginamos que los opositores se sienten acorralados porque el monstruo comunista, que se come los niños y que se ha apoderado de este país, ahora se meterá también con su clínica. ¡No faltaba más!
No contento con meter en cintura a su constructor favorito, al que le paga gustoso cada ajuste que a este se le ocurra; después de haber hecho caída y mesa limpia con algunos centros de distribución de alimentos, no todos por cierto; el Gobierno le va a dar ahora también por meterle el ojo a los "expendedores" de salud. Muchos opositores, de esos que sienten que la visita al país del incalable cantante español, ese que se cree con ínfulas de político de alto vuelo y hasta pretendía entrevistarse con Chávez, es el "non plus ultra" de sus logros, se habrán caído para atrás con la idea de que la chusma del Indepabis le dé ahora por meterle la lupa a esas clínicas, donde reciben un trato mediocre pero pagan como si fuesen jeques.
No tenemos la más mínima idea de lo que habrá ido a hacer allí el organismo supervisor: si la visita fue pura formalidad, de esas de revisar libros y demás cuentos, pero si el asunto se acerca a desenmarañar el entramado de las exorbitantes sumas de dinero que cualquier usuario paga hoy en día no sólo por una consulta médica, sino por una simple radiografía y hasta por sacarse una muela, bienvenida sea la iniciativa.
Ojalá la inspección no se limite a las grandes comerciantes de la salud que estrangulan todos los bolsillos, asegurados o no, sino que alcance también a los llamados centros de rehabilitación, donde un par de semanas de hospitalización para recibir unos sueros y remediar la aflicción que sea termina tumbando al paciente más que la enfermedad misma.
Esta escribidora aprovecha para desearles larga y buena vida a sus lectores, para que no tengan que caer en las garras de la estafa de bata blanca, y al propio tiempo les anunciamos que nos vamos de vacaciones y retornaremos el domingo 5 de diciembre, Dios mediante. Pórtense bien.
mlinar2004@yahoo.es
No contento con meter en cintura a su constructor favorito, al que le paga gustoso cada ajuste que a este se le ocurra; después de haber hecho caída y mesa limpia con algunos centros de distribución de alimentos, no todos por cierto; el Gobierno le va a dar ahora también por meterle el ojo a los "expendedores" de salud. Muchos opositores, de esos que sienten que la visita al país del incalable cantante español, ese que se cree con ínfulas de político de alto vuelo y hasta pretendía entrevistarse con Chávez, es el "non plus ultra" de sus logros, se habrán caído para atrás con la idea de que la chusma del Indepabis le dé ahora por meterle la lupa a esas clínicas, donde reciben un trato mediocre pero pagan como si fuesen jeques.
No tenemos la más mínima idea de lo que habrá ido a hacer allí el organismo supervisor: si la visita fue pura formalidad, de esas de revisar libros y demás cuentos, pero si el asunto se acerca a desenmarañar el entramado de las exorbitantes sumas de dinero que cualquier usuario paga hoy en día no sólo por una consulta médica, sino por una simple radiografía y hasta por sacarse una muela, bienvenida sea la iniciativa.
Ojalá la inspección no se limite a las grandes comerciantes de la salud que estrangulan todos los bolsillos, asegurados o no, sino que alcance también a los llamados centros de rehabilitación, donde un par de semanas de hospitalización para recibir unos sueros y remediar la aflicción que sea termina tumbando al paciente más que la enfermedad misma.
Esta escribidora aprovecha para desearles larga y buena vida a sus lectores, para que no tengan que caer en las garras de la estafa de bata blanca, y al propio tiempo les anunciamos que nos vamos de vacaciones y retornaremos el domingo 5 de diciembre, Dios mediante. Pórtense bien.
mlinar2004@yahoo.es
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