La coherencia es una característica fundamental para el desarrollo de la política como arte y ciencia del servicio social, entre otras cosas porque expresa la transparencia y honestidad de los planteamientos teóricos que defendemos en la práctica y es por falta de transparencia que el oposicionismo venezolano, asociado al imperialismo, es tan incoherente.
Es incoherente que aquellos que directa o indirectamente estuvieron relacionados con la corrupción en la cuarta república (entiéndase los partidos de la oposición) hoy se presenten como paladines en la lucha contra ese flagelo capitalista y luego le pongan la guinda a la torta al rasgarse las vestiduras cuando el gobierno emprende acciones contra los estafadores inmobiliarios, algo así como: ¡con mis estafadores no te metas!.
Es incoherente que en su locura por negar los avances que en materia social ha tenido el Gobierno Bolivariano el oposicionismo desconozca a agencias de la ONU como la FAO y la UNICEF que certifican estos logros, tales como la erradicación del analfabetismo, la inclusión en materia educativa o los altos índices en nutrición.
Es incoherente que el oposicionismo pretenda demostrarle al mundo que acá no hay libertad de expresión vertiendo cualquier tipo de improperios por canales de televisión, radio y prensa escrita y por si esto fuese poco además apoyan a la SIP, organismo asociado a las más férreas dictaduras en nuestro continente.
Es incoherente que los representantes de la oligarquía nacional organizados en los partidos de oposición que ayer asesinaron a líderes revolucionarios, que torturaron y desaparecieron a incontable números de hombres y mujeres de izquierda hoy digan ser defensores de unos derechos humanos que nadie está violando.
La incoherencia es tal que partidos otrora de izquierda hoy son aliados de aquellos quienes ordenaron su ilegalización y el asesinato y persecución de algunos de sus dirigentes en la oscura noche que representó para Venezuela los gobiernos del Pacto de Punto Fijo.
Pero, lamentablemente siempre hay uno, del lado del proceso bolivariano también se están evidenciando algunas incoherencias sobre las cuales queremos llamar la atención a fin de poner un sano coto a esto: no es coherente pretender construir el socialismo apuntalando el anticomunismo ancestral de la derecha venezolana en nuestras propias filas, de hecho, hace pocos días en algunos medios “aliados” aparecieron artículos dónde se decía que el PCV era firmante del Pacto de Punto Fijo, cuando la realidad histórica es que este pacto se firmo contra los comunistas.
Es incoherente para el proceso que la actual AN, con sobrada mayoría para el proceso bolivariano, se niegue a discutir y aprobar este año una nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo esperando la instalación de la nueva dónde, por causas conocidas, no tenemos los 2/3 necesarios para su aprobación y habría que aceptar propuestas de la derecha oligárquica, o es que a caso estamos pensando que convenceremos a la oligarquía de aprobar los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras?.
La política de la derecha corresponde siempre a la defensa de los intereses económicos de los poderosos por eso se mueve según los vaivenes que estos intereses imponen, la izquierda ejecuta sus políticas basada en principios sólidos que apuntan al beneficio colectivo y por eso tiene la obligación de ser profundamente coherente. Entender este sencillo principio es nuestro llamado a todos y todas los que creemos en la revolución.
www.twitter.com/edgarmelendez79
Es incoherente que aquellos que directa o indirectamente estuvieron relacionados con la corrupción en la cuarta república (entiéndase los partidos de la oposición) hoy se presenten como paladines en la lucha contra ese flagelo capitalista y luego le pongan la guinda a la torta al rasgarse las vestiduras cuando el gobierno emprende acciones contra los estafadores inmobiliarios, algo así como: ¡con mis estafadores no te metas!.
Es incoherente que en su locura por negar los avances que en materia social ha tenido el Gobierno Bolivariano el oposicionismo desconozca a agencias de la ONU como la FAO y la UNICEF que certifican estos logros, tales como la erradicación del analfabetismo, la inclusión en materia educativa o los altos índices en nutrición.
Es incoherente que el oposicionismo pretenda demostrarle al mundo que acá no hay libertad de expresión vertiendo cualquier tipo de improperios por canales de televisión, radio y prensa escrita y por si esto fuese poco además apoyan a la SIP, organismo asociado a las más férreas dictaduras en nuestro continente.
Es incoherente que los representantes de la oligarquía nacional organizados en los partidos de oposición que ayer asesinaron a líderes revolucionarios, que torturaron y desaparecieron a incontable números de hombres y mujeres de izquierda hoy digan ser defensores de unos derechos humanos que nadie está violando.
La incoherencia es tal que partidos otrora de izquierda hoy son aliados de aquellos quienes ordenaron su ilegalización y el asesinato y persecución de algunos de sus dirigentes en la oscura noche que representó para Venezuela los gobiernos del Pacto de Punto Fijo.
Pero, lamentablemente siempre hay uno, del lado del proceso bolivariano también se están evidenciando algunas incoherencias sobre las cuales queremos llamar la atención a fin de poner un sano coto a esto: no es coherente pretender construir el socialismo apuntalando el anticomunismo ancestral de la derecha venezolana en nuestras propias filas, de hecho, hace pocos días en algunos medios “aliados” aparecieron artículos dónde se decía que el PCV era firmante del Pacto de Punto Fijo, cuando la realidad histórica es que este pacto se firmo contra los comunistas.
Es incoherente para el proceso que la actual AN, con sobrada mayoría para el proceso bolivariano, se niegue a discutir y aprobar este año una nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo esperando la instalación de la nueva dónde, por causas conocidas, no tenemos los 2/3 necesarios para su aprobación y habría que aceptar propuestas de la derecha oligárquica, o es que a caso estamos pensando que convenceremos a la oligarquía de aprobar los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras?.
La política de la derecha corresponde siempre a la defensa de los intereses económicos de los poderosos por eso se mueve según los vaivenes que estos intereses imponen, la izquierda ejecuta sus políticas basada en principios sólidos que apuntan al beneficio colectivo y por eso tiene la obligación de ser profundamente coherente. Entender este sencillo principio es nuestro llamado a todos y todas los que creemos en la revolución.
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