viernes, 19 de noviembre de 2010

ÁRBOL QUE NACE DOBLADO.

*Gabriela Ramírez


Árbol que nace doblado jamás su tronco endereza es el coro de una canción que relata la triste historia de un transexual que muere abandonado y sin dolientes en la cama de un hospital. Esa famosa melodía, que reproduce la estigmatización de las personas que tienen una orientación sexual distinta a la aceptada socialmente, relata que un padre conservador trató inútilmente de imponerle a su hijo la obligación de ser un gran varón.

El rechazo que sufren las personas con una orientación afectivo-sexual diversa o con ademanes que no son los reconocidos socialmente para su género se traduce en humillaciones, maltratos, violencia e incluso la muerte. 

Sobre ese tema versó
 el Seminario Internacional sobre Diversidades, Sexualidades y Derechos Humanos, celebrado en Caracas la semana pasada con la presencia de Cuba, Nicaragua, México, Ecuador, Argentina, Uruguay y Perú. Lamentablemente, los medios colocaron el acento en un tema que nos regresa al punto cero: la boda gay, asunto que no fue tocado en ninguna de las mesas de trabajo lideradas por activistas de derechos humanos y de educación sexual. Ya la Comisión Mixta de la Reforma Constitucional había tratado de incluir de manera expresa la prohibición de la discriminación por orientación sexual, iniciativa que se confrontó con un rosario de mitos y prejuicios por parte de algunos sectores. 

Hace poco menos de un mes, 
una encuesta de un diario nacional revelaba que -en Caracas- el tercer vecino más indeseable sería un homosexual, antecedidos por un narcotraficante y un homicida. Detrás de esas actitudes fóbicas, investigaciones señalan que cerca de 40% de jóvenes homosexuales han intentado suicidarse alguna vez (Australia) o que al menos 35% de ellos y ellas han sufrido violencia física dentro de su hogar (EEUU). También 30% recibieron amenazas que los obligaron a abandonar la escuela (Inglaterra). En México fueron asesinadas 213 personas en virtud de su orientación sexual en un lapso de cinco años. 

Una sociedad sensible a las diferencias y respetuosa de estas puede edificarse en paz, pero es indeclinable la labor que sobre el particular deben asumir quienes enlatan y masifican la información. Información que la mayoría desconoce y que la lleva a transitar los caminos de la intolerancia y la violencia.

*Defensora del Pueblo

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