Gaspar Velásquez Morillo *
Lo que pudo ser impensable ocurrió, el Presidente, Comandante Chávez, se lanzó a las calles húmedas por la lluvia para acompañar en la gran marcha estudiantil a esos hijos e hijas de la revolución que hoy conmemoran el Día del Estudiante Universitario a esta iniciativa nacional se sumaron los y las estudiantes liceístas provenientes de toda la geografía nacional. En suma, esta franja educativa poblacional es garantía espiritual en el presente y productiva en el mediano plazo de la revolución socialista bolivariana.
Esas nuevas hornadas de jóvenes que a su temprana edad han vivenciado el trajinar de lo que cuesta construir el Estado Bolivariano - salvo la distancia histórica - emulan a la generación de 1.810 que ha sido entre muchas la mayor expresión de excelsitud de los niveles de consciencia pero no menos fue la generación del 1.860 liderizada por Ezequiel Zamora, la del 36 con el influjo de la Revolución Bolchevique, en tanto que la generación del año 57 y la de 1.960 con todo el magnetismo que irradió la Revolución Cubana hicieron lo que pudieron hacer.
No hay palabras para escribir la heroicidad histórica del movimiento estudiantil venezolano y su ascendencia en el decursar del mundo político del país que obligó a los gobiernos de la derecha apátrida y la consumó el extinto Rafael Caldera en allanar y profanar el recinto universitario de la Universidad Central de Venezuela, en consecuencia, implicó vejar los espacios de luz y vida para convertirlos en espacios inertes y sin la policromía universal del conocimiento.
¿Podía aceptar el movimiento estudiantil del pasado que un presidente de la otrora Democracia Burguesa se sumara a sus filas en la conmemoración de su día?
Hoy en día, se fragua en medio de la lucha de clases, la consciencia de las y los estudiantes, ábranse espacios de estudios, de formación y capacitación y se abrirán la esperanza de continuidad del proceso de cambio en Venezuela. Désele la oportunidad y con los beneficios que genera la sana administración de un país crecerán las flores y consciencias.
Esta generación juvenil del Siglo XXI hay que atenderla, hay que apoyarla, hay que formarla, en plazo mediato serán egresados de estudios universitarios y politécnicos y les tocará asumir la dirección política, económica y productiva de Venezuela, eso exigen desde ya adecuar pensum de estudios universitarios acorde con los propósitos históricos exigidos para la consolidación de la Revolución Socialista Bolivariana.
Por lo pronto, tiene que darse en el seno de los y las estudiantes el debate impostergable sobre la pertinencia e instauración del Estado Socialista Bolivariano que es el Estado garante del proceso revolucionario venezolano versus el Estado Constituido –que es el Estado de Opresión de la Burguesía.
El movimiento estudiantil venezolano tiene que deslastrarse de las concepciones pragmáticas y de los “manuales revolucionarios” del pasado que dictaban pauta de cómo hacer una revolución gratiñan y sin dolor, hay que aprender de las lecciones de la historia pero entender que la lucha de clases es cada vez más intensa y más sutil, sofisticada, donde mecanismos casi imperceptibles pero contrapuestos marcan la diferencia, nuestra propuesta es crear consciencia de la destrucción del Estado Burgués y dar paso al Estado Socialista Bolivariano, tener conciencia de la lucha de clases y de las ideologías que emanan las clases sociales en disputas, pueblo versus burguesía, esta última en santa alianza con la oligarquía internacional y el imperio estadounidense; ese desenlace del enfrentamiento de las clases sociales será tarde o temprano y tomará un carácter y un contenido violento. El Imperio no se quedará contemplando lo que pase en Venezuela, ellos tienen intereses contrapuestos a los intereses de la Revolución Bolivariana.
Debemos marcar distancia de praxis de la “izquierda consecuente” anclada en el subsuelo, de ser siempre oposición se conformó tan sólo con denunciar, denunciar y denunciar, describir los estados de miserias implícitos del capitalismo y sus injusticias pero fue incapaz de crear, y co-crear, de direccionar procesos, de organizar grandiosos bastiones de trabajadores, mujeres, estudiantes, campesinos, militares, pescadores, indígenas, de arrebatarle poder a la burguesía y sus partidos, no comprendió nunca la necesidad de combinar las diferentes formas de lucha y organización; en definitiva, descuidó, no le dio importancia aspirar a ser poder, poder real! con contrapropuestas y ejercer el poder a la par que destruían en Estado Constituido.
Por supuesto hubo y hay “otra izquierda” que hizo mucho daño al movimiento revolucionario y las consecuencias las sufrió el movimiento estudiantil, fue una izquierda conservadora, paralizante, conciliadora, receptora de las dádivas del sistema capitalista y que se planteó cambiar para no cambiar nada y hoy está enriquecida por los favores concedidos a los gobiernos de turno, de Acción Democrática y de Copei.
Existe otra “izquierda” que esparce su hedor y devino en mesiánica, providencial, pitonisa, conformada por personalidades imbuida de personalismo, celosa, envidiosa, con sus propias miserias, que no entendió su tiempo histórico y quiere vivir de sus glorias del pasado que desdeña de lo que se haga en el presente el pueblo y desprecian con creces al Presidente, Comandante Hugo Chávez además de negar el texto constitucional y objetar la transferencia de poder al pueblo.
Hoy está planteado, impensar, desarticular lo que teníamos como cierto para desfragmentarlo y hacerlo de nuevo, hacerlo blindado, con lustrosos fundamentos, retomando lo que hay que ratificar y apartar lo que haya que apartar y sobretodo, pero sobretodo, al calor de las luchas revolucionarias del pueblo porque vale más equivocarse con el pueblo que acertar sin el pueblo.
Si hay que contar con ojo avizor pero sin paranoia, sin cacerías de brujas y apartar a las y a los infiltrados, a los y a las intrigantes de oficio que donde llegan, dividen, inhiben, coartan, no ayudan a madurar la consciencia, son arribistas, oportunistas, mediáticos hormonales; por el contrario, generan dudas sobre su compromiso revolucionario y obligan a la pregunta dolorosa: -¿al servicio de quién(es) estarán?
Entonces el exhorto no es a quedarnos en el corto tiempo con lo táctico y el “tacticismo”, o pensar sólo en el largo plazo con lo estratégico y el “estrategismo”. Hay que descontaminarse de los resentimientos y de los y las resentidas, avanzar con la brújula de los principios en la frondosidad e ir al conocimiento científico, a la unión de la teoría y la práctica, al estudio del decursar del momento y de la coyuntura, a develar el aspecto principal de la contradicción principal, levantando las banderas del PROGRAMA que es el texto constitucional, dicho en palabras leninistas “Es lo que se aspira y por lo que se lucha”, exaltar la lucha de clases puesto que en Venezuela gruesas capas del pueblo y de estudiantes, sin estridencia pero a paso firme, cada día están más convencidas y convencidos que el Socialismo se Conquista Peleando!
*Profesor – Periodista
gaspar_velasquez@yahoo.es
lunes, 22 de noviembre de 2010
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