* RAMÓN RODRÍGUEZ CHACÍN
En el período de transición en que se encuentra el sistema mundo pos 11 de septiembre 2001 existe incertidumbre acerca del futuro, sin embargo se vislumbran escenarios posibles a los que se podría llegar: 1- Hegemonía yanqui. 2- Separación Norte – Sur. 3- Choque de civilizaciones y 4- Multipolaridad; no necesariamente en orden de probabilidad.
En esa realidad dinámica los países analizan las diferentes variables que intervienen, incluyendo sus intereses nacionales y formulan sus opciones estratégicas. Para los países latinoamericanos el espacio de maniobra es reducido y sus opciones son: 1- Integración regional. 2- Buscar protección extra hemisférica. 3- Hegemonía regional y 4- Caer en las garras yanquis.
La Revolución Bolivariana obviamente busca su independencia a través de la multipolaridad, por ello su estrategia de integración regional, con apoyo de potencias extra hemisféricas; mientras que el caso de Colombia se evidencia que desde Santander para acá se entregó al imperio yanqui donde es tenido como un fiel cipayo que siempre procura la hegemonía yanqui.
Dentro de ese esquema de maniobras, ¿cómo puede entenderse la actitud del gobierno de Juan Manuel Santos, connotado pitiyanqui? ¿Acaso brincó la talanquera imperial? ¿Es una maniobra táctica de quinta columna? Si este análisis lo complementamos con la situación política, económica, militar y social yanqui, sus intereses nacionales, su estrategia y sus doctrinas de dominación tanto regionales como globales, no quedan dudas acerca de las aviesas intenciones de uno de sus lacayos más fieles, el santanderista y “nuevo mejor amigo” de nuestro máximo líder y por ende de nuestro proceso Bolivariano.
*Miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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