jueves, 1 de julio de 2010

"Tumbarle plata a los Americanos"

Jean Guy Allard

"Tumbarle plata a los Americanos" no es nada nuevo para los gerentes de la industria “anticastrista” de Miami y los “disidentes” de todos tipos que se generaron contra Cuba desde Washington en cinco décadas.

Lo confirma un memorando desclasificado recientemente rescatado por investigadores puertorriqueños que relata una reunión estratégica entre José Miro Cardona, jefe del Consejo Revolucionario Cubano (CRC) y Arthur M. Schlesinger Jr, Asisitente Especial del Presidente Kennedy, el 22 de octubre de 1961, en la Casa Blanca.

Participaban también en el encuentro del más alto nivel, Richard Bissell y su Asistente Tracy Barnes, ambos encargados de Operaciones Encubiertas de la CIA, el Coronel J.C. King, jefe de la División del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado, y Jacob “Jake” Esterline. oficial CIA quién dirigió el proyecto que finalmente terminó en la fracasada invasión de Playa Girón.

Al principio del intercambio, Schlesinger indicó su preocupación con informaciones que circulaban según las cuales el politiquero cubano “deseaba más dinero para ampliar las bases de su organización” y amenazaba abandonar la dirección del CRC.

En un momento tenso del encuentro, Tracy Barnes tomó la palabra para indicar con fuerza el “extremo descontento” de la CIA con el uso que hacía Miro “del presupuesto mensual de 90 000 dólares” que recibía del gobierno norteamericano.

Señaló el funcionario que “el 50 por ciento va a salarios para personas cuyo papel es bastante dudoso en el programa”.

Sugirió que se tomara medidas para obtener mejores resultados con “esta inversión” (sic).

El CRC de José Miro Cardona exhibía un programa en correspondencia con su apetito para el billete verde: priorizaba, en una Cuba “liberada” la entrada del capital extranjero y la restitución a sus antiguos propietarios de las propiedades confiscadas por el gobierno revolucionario

La voluntad del poder anexionista de fabricar una oposición interna en Cuba, como mecanismo para destruir la Revolución, sigue entera hasta hoy y le cuesta muy caro al contribuyente norteamericano.

Desde Eisenhower y su Programa de Acción Contra Cuba, que planteaba “crear la disidencia hacia el interior de Cuba” a golpe de millones hasta los presupuestos de la USAID anticubanos de Obama, son cientos de millones que desaparecieron en el curso de los años, en los bolsillos de una mafia que nunca renunciará a sus deseos de… garantizar su prosperidad.

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