*Gabriela Ramírez
Fue el "Alma" de la Guerra Federal (1859-1863). "El General de Hombres Libres", "El Valiente Ciudadano", como lo llamó y lo sigue llamando el pueblo llano de Venezuela, que lo siguió y admiró y lo recuerda todavía como la esperanza campesina, bajo el grito de: ¡Tierra y hombres libres! Nació en Cúa (estado Miranda), durante la guerra de Independencia, de la unión entre Alejandro Zamora y Paula Correa, el 1° de febrero de 1817.
En 1842 se enrola en las filas del Partido Liberal, convirtiéndose en uno de sus dirigentes, llegando a evocar las ideas del propio Antonio Leocadio Guzmán.
En 1846, producto de las contradicciones entre las élites políticas y el malestar de la clase desposeída, cuyas garantías habían sido negadas desde la misma independencia, Ezequiel Zamora se pone al frente de un importante movimiento militar enarbolando las consignas del liberalismo radical, ¡Respeto a los Campesinos! ¡Muerte a los Blancos!
En 1858, conspira junto a líderes liberales para tumbar al gobierno. Descubierta la conspiración es obligado a huir del país, refugiándose en Curazao.
El 20 de febrero de 1859, desde Coro, comienza el movimiento militar que conocemos en la historia como la Guerra Federal. Esta marcará y transcenderá su carrera política y militar hasta nuestros días. Aunque al frente de la revolución se encuentra el general Juan Crisóstomo Falcón, el general Zamora logra encarnar en su persona todo el mando militar y ser el alma de ella, consiguiendo un considerable número de triunfos a favor del ejército de la Federación.
El hecho de ser el alma de la Guerra Federal que horrorizó a la oligarquía por tener el apoyo de los más necesitados, una "bala afortunada" -al decir del fanático oligarca Juan Vicente González- le quita la vida el 10 de enero de 1860 en San Carlos, cuando preparaba un ataque a ésta. Esa misma bala que mató a Zamora, mató la esperanza del pueblo trabajador de la tierra, y si bien la Guerra Federal terminó en 1863 con el famoso Tratado de Coche, pacto burgués para mantener alejados de las reivindicaciones sociales a los más desamparados, hoy esa "bala maldita", aunque mató su cuerpo no logró matar la llama que incendió el grito de ¡Tierra y hombres libres!, pues renace más que nunca como una raíz, ideológica e histórica, de la revolución bolivariana. A 194 años de su nacimiento, siguen vigentes sus consignas: "La tierra no es de nadie, es de todos", "Los bienes son comunes".
*Defensora del Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.
Fue el "Alma" de la Guerra Federal (1859-1863). "El General de Hombres Libres", "El Valiente Ciudadano", como lo llamó y lo sigue llamando el pueblo llano de Venezuela, que lo siguió y admiró y lo recuerda todavía como la esperanza campesina, bajo el grito de: ¡Tierra y hombres libres! Nació en Cúa (estado Miranda), durante la guerra de Independencia, de la unión entre Alejandro Zamora y Paula Correa, el 1° de febrero de 1817.
En 1842 se enrola en las filas del Partido Liberal, convirtiéndose en uno de sus dirigentes, llegando a evocar las ideas del propio Antonio Leocadio Guzmán.
En 1846, producto de las contradicciones entre las élites políticas y el malestar de la clase desposeída, cuyas garantías habían sido negadas desde la misma independencia, Ezequiel Zamora se pone al frente de un importante movimiento militar enarbolando las consignas del liberalismo radical, ¡Respeto a los Campesinos! ¡Muerte a los Blancos!
En 1858, conspira junto a líderes liberales para tumbar al gobierno. Descubierta la conspiración es obligado a huir del país, refugiándose en Curazao.
El 20 de febrero de 1859, desde Coro, comienza el movimiento militar que conocemos en la historia como la Guerra Federal. Esta marcará y transcenderá su carrera política y militar hasta nuestros días. Aunque al frente de la revolución se encuentra el general Juan Crisóstomo Falcón, el general Zamora logra encarnar en su persona todo el mando militar y ser el alma de ella, consiguiendo un considerable número de triunfos a favor del ejército de la Federación.
El hecho de ser el alma de la Guerra Federal que horrorizó a la oligarquía por tener el apoyo de los más necesitados, una "bala afortunada" -al decir del fanático oligarca Juan Vicente González- le quita la vida el 10 de enero de 1860 en San Carlos, cuando preparaba un ataque a ésta. Esa misma bala que mató a Zamora, mató la esperanza del pueblo trabajador de la tierra, y si bien la Guerra Federal terminó en 1863 con el famoso Tratado de Coche, pacto burgués para mantener alejados de las reivindicaciones sociales a los más desamparados, hoy esa "bala maldita", aunque mató su cuerpo no logró matar la llama que incendió el grito de ¡Tierra y hombres libres!, pues renace más que nunca como una raíz, ideológica e histórica, de la revolución bolivariana. A 194 años de su nacimiento, siguen vigentes sus consignas: "La tierra no es de nadie, es de todos", "Los bienes son comunes".
*Defensora del Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.
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