*Ana Elisa Osorio
En la columna anterior desarrollamos, someramente, lo que significa la cultura capitalista y las trabas que ella implica para la consecución del socialismo.
El avance hacia la militancia socialista pasa por distintos momentos que parten con la propia toma de conciencia de asumir como una necesidad individual y colectiva, el romper las cadenas que nos impone la cultura capitalista para abrirnos al mundo de la solidaridad, del colectivo, del servicio público.
Por supuesto que para ello el partido tiene que procurar ese despertar de la conciencia con acciones que contribuyan a la emergencia de nuevas conductas que serán estimuladas y modeladas en el debate al interior de nuestras organizaciones de base (consejos comunales, patrullas, frentes sociales etc.) y sobretodo en el accionar de las políticas sociales que nos vinculan con el pueblo y procuran el buen vivir entre nosotras y nosotros.
El procurarnos esta militancia socialista depende del asumir, cada uno, en lo individual y lo colectivo, una nueva ética que nos conduzca a conformar un nuevo sistema de valores donde prevalezca: la honestidad, la solidaridad, la consideración por el otro y la otra, el respeto por la naturaleza, la racionalidad y eficiencia en el uso de los recursos naturales y financieros, la austeridad, la humildad, el compromiso social, la justicia, entre otros.
Debemos combatir en todos los espacios donde ejerzamos nuestra militancia o simplemente convivamos: la llamada “viveza del venezolano”, el consumo suntuoso, el derroche, la corrupción, el burocratismo, el nepotismo, el maltrato intrafamiliar, cualquier tipo de injusticia y discriminación, el abuso de poder, el maltrato a la madre tierra, el maltrato a los usuarios de los servicios públicos o a nuestros servidores.
Cada una y cada uno debemos ser unos contralores de esta nueva ética, pero ojo, la contraloría debe empezar por nosotras y nosotros mismos para así tener autoridad moral para exigirle a los otros y otras su observancia.
Si somos capaces de asumir con pasión revolucionaria la aplicación de esta 1ª línea estratégica, entonces, juntas y juntos modelaremos la sociedad, los hombres y mujeres nuevos que necesitamos para transitar al socialismo.
*Miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Vicepresidenta del Parlatino Capítulo Venezuela.
En la columna anterior desarrollamos, someramente, lo que significa la cultura capitalista y las trabas que ella implica para la consecución del socialismo.
El avance hacia la militancia socialista pasa por distintos momentos que parten con la propia toma de conciencia de asumir como una necesidad individual y colectiva, el romper las cadenas que nos impone la cultura capitalista para abrirnos al mundo de la solidaridad, del colectivo, del servicio público.
Por supuesto que para ello el partido tiene que procurar ese despertar de la conciencia con acciones que contribuyan a la emergencia de nuevas conductas que serán estimuladas y modeladas en el debate al interior de nuestras organizaciones de base (consejos comunales, patrullas, frentes sociales etc.) y sobretodo en el accionar de las políticas sociales que nos vinculan con el pueblo y procuran el buen vivir entre nosotras y nosotros.
El procurarnos esta militancia socialista depende del asumir, cada uno, en lo individual y lo colectivo, una nueva ética que nos conduzca a conformar un nuevo sistema de valores donde prevalezca: la honestidad, la solidaridad, la consideración por el otro y la otra, el respeto por la naturaleza, la racionalidad y eficiencia en el uso de los recursos naturales y financieros, la austeridad, la humildad, el compromiso social, la justicia, entre otros.
Debemos combatir en todos los espacios donde ejerzamos nuestra militancia o simplemente convivamos: la llamada “viveza del venezolano”, el consumo suntuoso, el derroche, la corrupción, el burocratismo, el nepotismo, el maltrato intrafamiliar, cualquier tipo de injusticia y discriminación, el abuso de poder, el maltrato a la madre tierra, el maltrato a los usuarios de los servicios públicos o a nuestros servidores.
Cada una y cada uno debemos ser unos contralores de esta nueva ética, pero ojo, la contraloría debe empezar por nosotras y nosotros mismos para así tener autoridad moral para exigirle a los otros y otras su observancia.
Si somos capaces de asumir con pasión revolucionaria la aplicación de esta 1ª línea estratégica, entonces, juntas y juntos modelaremos la sociedad, los hombres y mujeres nuevos que necesitamos para transitar al socialismo.
*Miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Vicepresidenta del Parlatino Capítulo Venezuela.
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