*ANA ELISA OSORIO
Desde mi condición de mujer y madre deseo hacer una reflexión sobre la huelga de hambre que desde hace mas de 20 días llevan a cabo un grupo de jóvenes de la oposición apoyados (¿o más bien utilizados?) por los adultos de sus partidos, que cómodamente los “incitan” y “apoyan” a una acción que ellos saben muy bien no tiene ninguna justificación.
Puedo entender la rebeldía natural de la juventud que reclama pero como entender que “sus dirigentes” estimulen el accionar de estos jóvenes opositores que exigen la derogación de sentencias y procesos judiciales de delincuentes incursos en asesinatos, robos y corrupción, desconociendo la constitución, la separación de poderes, que por otra parte reclaman una y otra vez acusando a nuestro gobierno de injerencia en el poder judicial, en el electoral, en el legislativo… el mundo al revés. ¿Donde está la ética?, ¿Cual es el modelo de país que la oposición le enseña a su juventud?, y ¿qué decir de la impunidad?
¿Se imaginan la negada posibilidad de que el poder judicial sucumbiera a estas exigencias?, ¿qué pasaría?, después de cada juicio y sentencia habría sendas huelgas de hambre para “exigir” la libertad de asesinos, ladrones, narcotraficantes, etc.
Pero lo más insólito, para mí, es que las propias madres apoyen a sus hijos en un acto (la huelga de hambre) que puede acarrear serios trastornos de salud y hasta la muerte, ¿señoras no están conscientes de ello y de lo absurdo y antiético de sus solicitudes?
Como no puedo asumir que estas madres no quieren a sus hijos, llego a la conclusión que todo esto no es más que un show mediático con el solo objetivo de atraer la atención de la derecha internacional y de sus organismos, pretendiendo, una vez más, sancionar a nuestro gobierno, a nuestro presidente, a nuestras instituciones y confundir la opinión pública nacional e internacional… ¡No lo lograrán, no pasarán, la verdad siempre prevalecerá!
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