domingo, 20 de febrero de 2011

Paliza parlamentaria.

Mariadela Linares 


Antes de entrar en tema, esta articulista ofrece excusas a sus lectores por dos involuntarias ausencias de este espacio, ocurridas en el breve tiempo de tres semanas. Un par de graves eventos personales, sobre cuyo carácter no corresponde abundar, forzaron ese intempestivo alejamiento del teclado. Agradezco a todos aquellos fieles seguidores de estas líneas, por las expresiones de solidaridad manifestadas a través del correo electrónico.

Entrando en materia, lo mejor del regreso de la oposición a la Asamblea Nacional ha sido la posibilidad de la medición de la sindéresis, del compromiso político, de la profundidad del discurso, de la solidez de las cifras y datos aportados, todo lo cual ha redundado en la mejor campaña que se hubiera podido desarrollar.

Hemos escuchado a los ministros del Ejecutivo en comparecencias que se han ido superando las unas a las otras. Todas las intervenciones han colmado las expectativas y eso le debe significar un inmenso respiro al Jefe del Estado, tan necesitado de voceros calificados para abordar la gran cantidad de asuntos que llenan su agenda.

Ya hace tiempo habíamos escuchado numerosas advertencias sobre la necesidad de que salieran al ruedo otras voces distintas a las de Chávez, que permitieran convencer que tras el hombre hay un equipo. Ya era hora. Al Presidente le sale poner su imagen a refrescar.

Los opositores, por su parte, han jugado su papel, el único que conocen, el de no admitir nada. Anclados en las mismas ideas sobre las que han montado sus estrategias en los últimos tiempos, no evidencian señales de querer avanzar. Suman urnas producto de la delincuencia y en la cuenta meten hasta los desaparecidos por muerte natural. Sacan cuentas de los reales invertidos en el extranjero, pero no mencionan los resultados o el provecho que eso ha significado para el país.

Detrás de las cámaras, ya se vislumbra la pelea que está por verse, la de la candidatura presidencial para el año próximo.

Hasta la alcaldesa de Maracaibo ha sacado sus uñitas por ahí, afanada en demostrar que la comunidad conyugal alcanza hasta para heredar el liderazgo abandonado por el marido. Ya veremos qué opinan los demás. Esto se pone muy entretenido.
Mlinar2004@yahoo.es



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