Reinaldo Iturriza López
Nariz tupida
(Entrevista realizada por Igor Molina, y publicada el domingo 18 de marzo de 2012 en el diario El Tiempo de Puerto La Cruz.
Salud).
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- Rafael Poleo tiene muchas esperanzas en 2012...
-Comenzar tus preguntas citando a Rafael Poleo es casi una provocación...
- Rafael Poleo, como le decía, tiene muchas esperanzas en el 2012. El controversial editor cree que en Venezuela se respira "el grato aroma de un cambio político". Escribió que "este grato aroma llena la atmósfera. Los constructores se apresuran a comprar terrenos y los inversionistas compran papeles venezolanos, los cuales suben en las bolsas del mundo. Será o no será, pero es el aroma de moda". ¿Está en lo cierto?
- Rafael Poleo tiene atrofiados los sentidos, y en particular el sentido del olfato.
- Pero es un consenso nacional e internacional que la oposición venezolana, en toda su historia de enfrentamiento con el presidente Chávez, jamás había estado con tantas posibilidades de triunfo presidencial -real y no ilusorio- como en 2012.
- Eso es así porque, luego de la victoria electoral del presidente Chávez en el 2006, la oposición venezolana se convence de que tiene que variar su estrategia y dejar de privilegiar un conjunto de tácticas que pueden definirse como confrontacionales y violentas, introduce un giro que implica reconocer su posición de permanente y radical desventaja y, en lugar de pretender desconocer la legalidad y legitimidad del gobierno, pasa a concentrar su estrategia en la crítica de la gestión de gobierno. Eso hace que, por primera vez y casi de manera azarosa, el discurso opositor estableció algún nivel de afinidad con las demandas y esperanzas populares.
- Entonces esa estrategia, azarosa o no, fue acertada porque ha conducido a la oposición a ser una probable vencedora en los comicios presidenciales próximos.
- Sí. Te diría dos cosas: una, que hay que comenzar por reconocer la eficacia política de ese giro opositor, pero, sobre todo, hay que partir de la premisa de que ese giro se produce por conveniencia y necesidad política. Digamos que la falla de origen de ese giro, lo que aún está por verse, es el verdadero talante democrático de la oposición venezolana.
- Lo que usted anota trae como consecuencia la posible constatación de que la vocación opositora por ganar a toda costa visibilidad en los sectores populares, no es una vocación auténtica sino falsa, urgida por la conveniencia más cruda. ¿Eso explicaría la dificultad evidenciada por Capriles Radonski, a más de un mes de su elección como candidato presidencial opositor, en suscitar algún tipo de entusiasmo entre el pueblo?
- La candidatura de Capriles necesita, por supuesto, establecer algún tipo de vínculo con los sectores populares, pero eso implica entender cómo piensa el pueblo, cuáles son sus aspiraciones, frustraciones, sus motivos de alegría, las ideas y valores que los mueven, y eso es lo que Capriles no sabe. Cuando él decide "dialogar" con los problemas concretos de la población, cuando se niega a perder el tiempo en la diatriba política, acierta. El problema es comprender la naturaleza de los problemas y, sobre todo, encontrarles solución.
- Entonces Capriles la tiene fácil en su camino a la Presidencia, porque en vez de inseguridad, prometerá una Venezuela sin sangre; en vez de familias sin casa, prometerá casas y en vez de vías destrozadas, prometerá un país asfaltado.
- Ya al pueblo venezolano no se le convence con ese discurso. Si se sigue pensando de esa manera en el pueblo venezolano, si se le sigue subestimando, no van a lograr nunca nada. Después de 13 años de revolución bolivariana, al pueblo venezolano no se le promete sino que se le propone cómo resolver los problemas y se le garantiza que él va a formar parte de la solución.
- Esta semana el Vicepresidente Jaua expresó algo que a muchos sonó extraño: "Donde llega la oposición hay caos y violencia, rompen la armonía de las comunidades populares". ¿Qué armonía es esa, nutrida de problemas no resueltos?
- Una cosa son los discursos y otra son los titulares. Te voy a decir lo que me pareció más relevante de ese discurso: el hecho de que le exigiera a los medios de comunicación antichavistas, y a la misma clase política opositora, respeto al pueblo venezolano, que cesen las provocaciones y las humillaciones. Yo concuerdo con el Vicepresidente en que, por ejemplo, el editorial de El Nacional sobre los hechos de Cotiza fue infamante. Allí abundaban términos como "malandros bolivarianos", hablan del "lumpen que compone la base social del chavismo en los barrios". Eso lo considero inaceptable en una democracia.
- ¿Entonces concuerda con José Vicente Rangel cuando afirma que "uno de los factores que actualmente perturba más el funcionamiento de una democracia es el medio de comunicación"?
- Sí. Concuerdo en eso pero no es novedad tal actuación de los medios opositores. Lo novedoso, en todo caso, sería que editoriales como el mencionado ponen en entredicho ese discurso de la unidad nacional, la reconciliación y el entendimiento entre los venezolanos.
- ¿Por qué produce tanta urticaria entre los chavistas los llamados a la reconciliación entre los venezolanos?
- Mira, no estoy de acuerdo con esa idea de que los chavistas estamos en contra de la reconciliación o de la paz. Lo que sucede es que, en el caso de la clase política opositora, aplica perfectamente la frase de "quien no los conozca que los compre". Paz, sí, pero con justicia social. Ellos convirtieron la justicia en un eslogan, pero toda su oferta programática es un gran monumento a las condiciones que hacen posible la exclusión social y, por tanto, la injusticia.
- La agencia española EFE analiza que la recaída del Presidente en el cáncer condicionará la forma en que el mandatario hará campaña. Vislumbra un Chávez con mayor presencia en medios de comunicación y menor en la calle, muy arropado por su equipo de gobierno y de partido. Este tipo de campaña, novedosa para Chávez y el chavismo, ¿no lo pone en condiciones desventajosas con un lozano Capriles Radonski en la calle? ¿Quién votaría por un enfermo?
- El punto es que la mayoría del pueblo venezolano va a votar por un candidato que venció el cáncer dos veces en menos de un año. Alguien que es capaz de hacer algo así no es derrotable por un candidato como Capriles. Se entiende perfectamente que el equipo de campaña de Capriles intente proyectar la imagen de un candidato sano y joven, pero esto no es un concurso de belleza. Aquí lo que está en juego es el destino del país. Durante los días en que el presidente Chávez estuvo ausente, quedó en evidencia que el que marca el ritmo de la campaña es Chávez. Entonces, estamos hablando de un convaleciente que, sin embargo, marca el ritmo. Si eso no habla de su fortaleza en lugar de su debilidad, no sé qué cosa podría hablar de su fortaleza.
Con cabeza propia
-Comenzar tus preguntas citando a Rafael Poleo es casi una provocación...
- Rafael Poleo, como le decía, tiene muchas esperanzas en el 2012. El controversial editor cree que en Venezuela se respira "el grato aroma de un cambio político". Escribió que "este grato aroma llena la atmósfera. Los constructores se apresuran a comprar terrenos y los inversionistas compran papeles venezolanos, los cuales suben en las bolsas del mundo. Será o no será, pero es el aroma de moda". ¿Está en lo cierto?
- Rafael Poleo tiene atrofiados los sentidos, y en particular el sentido del olfato.
- Pero es un consenso nacional e internacional que la oposición venezolana, en toda su historia de enfrentamiento con el presidente Chávez, jamás había estado con tantas posibilidades de triunfo presidencial -real y no ilusorio- como en 2012.
- Eso es así porque, luego de la victoria electoral del presidente Chávez en el 2006, la oposición venezolana se convence de que tiene que variar su estrategia y dejar de privilegiar un conjunto de tácticas que pueden definirse como confrontacionales y violentas, introduce un giro que implica reconocer su posición de permanente y radical desventaja y, en lugar de pretender desconocer la legalidad y legitimidad del gobierno, pasa a concentrar su estrategia en la crítica de la gestión de gobierno. Eso hace que, por primera vez y casi de manera azarosa, el discurso opositor estableció algún nivel de afinidad con las demandas y esperanzas populares.
- Entonces esa estrategia, azarosa o no, fue acertada porque ha conducido a la oposición a ser una probable vencedora en los comicios presidenciales próximos.
- Sí. Te diría dos cosas: una, que hay que comenzar por reconocer la eficacia política de ese giro opositor, pero, sobre todo, hay que partir de la premisa de que ese giro se produce por conveniencia y necesidad política. Digamos que la falla de origen de ese giro, lo que aún está por verse, es el verdadero talante democrático de la oposición venezolana.
- Lo que usted anota trae como consecuencia la posible constatación de que la vocación opositora por ganar a toda costa visibilidad en los sectores populares, no es una vocación auténtica sino falsa, urgida por la conveniencia más cruda. ¿Eso explicaría la dificultad evidenciada por Capriles Radonski, a más de un mes de su elección como candidato presidencial opositor, en suscitar algún tipo de entusiasmo entre el pueblo?
- La candidatura de Capriles necesita, por supuesto, establecer algún tipo de vínculo con los sectores populares, pero eso implica entender cómo piensa el pueblo, cuáles son sus aspiraciones, frustraciones, sus motivos de alegría, las ideas y valores que los mueven, y eso es lo que Capriles no sabe. Cuando él decide "dialogar" con los problemas concretos de la población, cuando se niega a perder el tiempo en la diatriba política, acierta. El problema es comprender la naturaleza de los problemas y, sobre todo, encontrarles solución.
- Entonces Capriles la tiene fácil en su camino a la Presidencia, porque en vez de inseguridad, prometerá una Venezuela sin sangre; en vez de familias sin casa, prometerá casas y en vez de vías destrozadas, prometerá un país asfaltado.
- Ya al pueblo venezolano no se le convence con ese discurso. Si se sigue pensando de esa manera en el pueblo venezolano, si se le sigue subestimando, no van a lograr nunca nada. Después de 13 años de revolución bolivariana, al pueblo venezolano no se le promete sino que se le propone cómo resolver los problemas y se le garantiza que él va a formar parte de la solución.
- Esta semana el Vicepresidente Jaua expresó algo que a muchos sonó extraño: "Donde llega la oposición hay caos y violencia, rompen la armonía de las comunidades populares". ¿Qué armonía es esa, nutrida de problemas no resueltos?
- Una cosa son los discursos y otra son los titulares. Te voy a decir lo que me pareció más relevante de ese discurso: el hecho de que le exigiera a los medios de comunicación antichavistas, y a la misma clase política opositora, respeto al pueblo venezolano, que cesen las provocaciones y las humillaciones. Yo concuerdo con el Vicepresidente en que, por ejemplo, el editorial de El Nacional sobre los hechos de Cotiza fue infamante. Allí abundaban términos como "malandros bolivarianos", hablan del "lumpen que compone la base social del chavismo en los barrios". Eso lo considero inaceptable en una democracia.
- ¿Entonces concuerda con José Vicente Rangel cuando afirma que "uno de los factores que actualmente perturba más el funcionamiento de una democracia es el medio de comunicación"?
- Sí. Concuerdo en eso pero no es novedad tal actuación de los medios opositores. Lo novedoso, en todo caso, sería que editoriales como el mencionado ponen en entredicho ese discurso de la unidad nacional, la reconciliación y el entendimiento entre los venezolanos.
- ¿Por qué produce tanta urticaria entre los chavistas los llamados a la reconciliación entre los venezolanos?
- Mira, no estoy de acuerdo con esa idea de que los chavistas estamos en contra de la reconciliación o de la paz. Lo que sucede es que, en el caso de la clase política opositora, aplica perfectamente la frase de "quien no los conozca que los compre". Paz, sí, pero con justicia social. Ellos convirtieron la justicia en un eslogan, pero toda su oferta programática es un gran monumento a las condiciones que hacen posible la exclusión social y, por tanto, la injusticia.
- La agencia española EFE analiza que la recaída del Presidente en el cáncer condicionará la forma en que el mandatario hará campaña. Vislumbra un Chávez con mayor presencia en medios de comunicación y menor en la calle, muy arropado por su equipo de gobierno y de partido. Este tipo de campaña, novedosa para Chávez y el chavismo, ¿no lo pone en condiciones desventajosas con un lozano Capriles Radonski en la calle? ¿Quién votaría por un enfermo?
- El punto es que la mayoría del pueblo venezolano va a votar por un candidato que venció el cáncer dos veces en menos de un año. Alguien que es capaz de hacer algo así no es derrotable por un candidato como Capriles. Se entiende perfectamente que el equipo de campaña de Capriles intente proyectar la imagen de un candidato sano y joven, pero esto no es un concurso de belleza. Aquí lo que está en juego es el destino del país. Durante los días en que el presidente Chávez estuvo ausente, quedó en evidencia que el que marca el ritmo de la campaña es Chávez. Entonces, estamos hablando de un convaleciente que, sin embargo, marca el ritmo. Si eso no habla de su fortaleza en lugar de su debilidad, no sé qué cosa podría hablar de su fortaleza.
Con cabeza propia
El sociólogo Reinaldo Iturriza aspira a ver las dos caras de la moneda en el muy controversial tema de la formación de un liderazgo emergente, capaz de continuar la revolución bolivariana aún sin la presencia del máximo líder, Hugo Chávez.
"Se dice mucho que él frustra permanentemente la creación de condiciones para la emergencia de un liderazgo colectivo. Con todo lo que esa afirmación puede tener de cierta, por el estilo y carácter del presidente Chávez, se corre el riesgo de incurrir exactamente en lo que se critica, que es decir que todo depende absolutamente de la voluntad del Presidente. Eso es absolutamente falso. Aquí todo el mundo tiene que preguntarse qué hace cada uno para construir esa dirección colectiva", expone.
Y remata: "Éste es un Presidente que se ha cansado de estimular la participación y de decir que, antes de pensar en cualquier otra cosa, hay que pensar con cabeza propia. Que cada quien asuma su responsabilidad".
"Se dice mucho que él frustra permanentemente la creación de condiciones para la emergencia de un liderazgo colectivo. Con todo lo que esa afirmación puede tener de cierta, por el estilo y carácter del presidente Chávez, se corre el riesgo de incurrir exactamente en lo que se critica, que es decir que todo depende absolutamente de la voluntad del Presidente. Eso es absolutamente falso. Aquí todo el mundo tiene que preguntarse qué hace cada uno para construir esa dirección colectiva", expone.
Y remata: "Éste es un Presidente que se ha cansado de estimular la participación y de decir que, antes de pensar en cualquier otra cosa, hay que pensar con cabeza propia. Que cada quien asuma su responsabilidad".
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