viernes, 12 de octubre de 2012

Carta a mi padre en tres tiempos.

Carolina Escarrá


En esta hora de la Patria, carta a mi padre en tres tiempos
Carolina Escarrá
Mi viejito, te escribo esta carta, emulando aquella de abril de 2002, te acuerdas?
En aquella, la hija, la politóloga y la amiga se separaban, con la inocencia de mis 20s, para compartir contigo la preocupación del proceso que una Venezuela que recientemente había dado a luz la mejor constitución del mundo, estaba enfrentando el cancer de un golpe de estado, donde su recién nacida esperanza le fue momentáneamente arrebatada ante personajes que dejaron vacía de contenido la premisa de la leche materna revolucionaria, la del estado democrático y social de derecho y de justicia…
Recuerdo en aquella coyuntura mis críticas a la filosofía de Blair, mi visión de que el pueblo no estaba preparado para eso tan extraño de una revolución pacífica, mi visión más radical de transformar las estructuras viciosas, mis análisis vehementes sobre aquellos que rodeaban al líder, y la apología a tus canas…
Hoy, 10 años después, la era está finalmente pariendo un corazón como dice Silvio… Ojalá pudieras ver esto mi viejo… Tal vez lo estás haciendo, henchido de orgullo por la huella que dejaste en este proceso maravilloso hacia el socialismo… Hoy se puede decir que el pueblo es el garante de la democracia participativa y protagónica porque entiende que el poder es suyo porque él -el pueblo, como ente del cual formo parte- en sí mismo, encarna ese poder. La revolución pacífica que soñaste se ha hecho realidad, y hay una transformación basada en el hombre nuevo…
Estamos discutiendo el segundo plan socialista y pasamos revisión al primero… Aún hay metástasis de aquel cáncer… O mejor dicho metamorfosis de aquel cáncer con nuevos rostros que al menos en discurso han entendido que el soberano ya no tiene la ingenuidad de aquel tiempo en el que se dejaba arrebatar los sueños y entregarlos a manos de unos pocos individualistas que los usurpaban, aunque siguen escondiendo sus paquetazos.
Como politóloga pienso en Gramsci, pero no en sus ideas sobre el estado burgués – eso sigue siendo parte de la madurez que va adquiriendo aquella pequeña que nació con la constitución-, sino sus ideas sobre los bloques históricos, sobre esa sociedad dividida de acuerdo con un sistema cultural y de creencias, idiosincrasia… La Venezuela del otro beta que se siente en los colectivos y movimientos jóvenes, culturales, sociales, frente a la Venezuela de unos lineamientos expresados en el programa de la paradójica mesa de la unidad dividida que no conoce ni comprende el verdadero sentido de las palabras Patria y Matria…
Cuando empecé esta carta, faltaban 3 días para el día D, y el pueblo en la calle había demostrado que incluso “si la naturaleza se opone” estarán allí, defendiendo los avances y logros de esta revolución pacífica.
La continúo en esta madrugada del 8, llegando de un día difícil donde había que dejar el alma por ayudar y proteger a la Patria. Y aunque sé que no sólo lo sabes sino que ya lo sabías, ganó nuevamente el Presidente Chávez, a pesar de la guerra sucia, el ambiente de miedo, el ensañamiento del Poder Tácito que intentó cercenar conciencias y una vez más, no lo logró…
Como hija te hablo de la emoción de ese pueblo que compartió esa lluvia liberadora y salió a echar el resto en momentos de tensión, resteado con el líder de un proceso que los ha hecho ser “millones una sola voz”, de la adrenalina de sentir que estamos escribiendo historia y que tu muerte no fue en vano, como no la es la de los imprescindibles que le devolvieron al pueblo la capacidad no de soñar, sino de expresar y materializar esos sueños que tal vez veían como utopías e imposibles.
Y como amiga, como amiga y camarada, te hablo de la lucha que tenemos por delante, la necesidad de formación, autoformación y conciencia para profundizar en el reto. La necesidad de que el poder popular pueda expresarse y ser escuchado sin que las instituciones les pongan freno… La necesidad de nuevos rostros y de nuevas capacidades.
El presidente hablaba en una entrevista de un Ministerio de Gobierno que se dedique al seguimiento y control, que debe formar al pueblo en las premisas del control social consciente por el bien de la colectividad y por lo menos, nuestro reelecto presidente sí está claro de lo que implica el poder del pueblo, como el único capaz de ejercer la soberanía para que esa adolescente llamada Venezuela, llegue a la etapa de madurez y consiga un desarrollo “digno y feliz”.
Y hay zarzas mi viejo, como en el camino del hombre que le habla a la Hilandera en la pluma de Andrés Eloy, hay zarzas y perros que ladran a los bordes del camino como “señal de que cabalgamos”, pensando en el Quijote, y hay molinos de viento que son esas estructuras burocráticas que se resisten a morir; pero también hay esperanza y se está generando esa conciencia.
Como hija y como amiga, como alumna de la vida, como hermana de tantos que formaste y a los que le diste aliento como el “Militante de la Esperanza” que fuiste, y que eres viviendo en nosotros, te digo que no fue en vano tu lucha, ni tus canas, ni tu sangre… La revolución vive!

No hay comentarios: