MARIADELA LINARES
No se vale esconder la basurita bajo la alfombra porque aquí todo el mundo se entera. Cumplido el objetivo político de ganar las elecciones, al chavismo le corresponde ahora la tarea de analizarse, pero de verdad verdad, y rectificar en aquellas áreas grises que generan descontentos.
Si verdaderamente éste es un gobierno dirigido a privilegiar a las mayorías, sin que ello signifique menoscabo de los derechos de la minoría, no se entiende que la oposición haya aumentado su votación. Entre esos seis millones de venezolanos que sufragaron contra Chávez, hay muchos que deberían estar anotados del lado acá. ¿Por qué hay tanta gente pobre que no ha entendido el discurso?
Las lecturas de lo sucedido aquí el domingo pasado son varias. A la oposición, probablemente, le corresponderá revisar que el liderazgo que escogieron no provino precisamente del partido que más votos aportó. La MUD cogió un airecito cuando verificó que su tarjeta fue la más votada, y que Leopoldo López es más bulla que cabuya, porque no llegó siquiera al medio millón de sufragios. UNT prácticamente lo triplicó y casi nunca vimos a dirigentes de esos partidos en tribuna. Serán facturas entre ellos, cuyo saldo conoceremos pronto.
A Carlos Ocariz lo dejaron como la guayabera. Después de haber ganado la postulación para gobernador de Miranda, en esas primarias de las que se ufanan tanto, el candidato derrotado pretende devolverse a sus predios. Ellos sabrán.
Al chavismo, a pesar de conservar una holgada mayoría, le toca mirar hacia dentro y abordar el tema de la ineficiencia en la gestión nacional y regional, si quiere preservar esos votos atados por amor. La gente vota por Chávez pero no por la gente de Chávez. Así que en la medición de diciembre se verán facturas locales por promesas incumplidas, por ineficacia y quien sabe si hasta por corrupción. Algunos cambios se notan en las designaciones, pero hay otras posiciones que se mantienen inalteradas, a pesar del rechazo popular. De paso, aprovechamos este espacio crítico para exigir que, nuevamente, se nos explique cómo es eso de que los caraqueños de Libertador somos los únicos a quienes no nos sale democracia en diciembre.
Mlinar2004@yahoo.es
Las lecturas de lo sucedido aquí el domingo pasado son varias. A la oposición, probablemente, le corresponderá revisar que el liderazgo que escogieron no provino precisamente del partido que más votos aportó. La MUD cogió un airecito cuando verificó que su tarjeta fue la más votada, y que Leopoldo López es más bulla que cabuya, porque no llegó siquiera al medio millón de sufragios. UNT prácticamente lo triplicó y casi nunca vimos a dirigentes de esos partidos en tribuna. Serán facturas entre ellos, cuyo saldo conoceremos pronto.
A Carlos Ocariz lo dejaron como la guayabera. Después de haber ganado la postulación para gobernador de Miranda, en esas primarias de las que se ufanan tanto, el candidato derrotado pretende devolverse a sus predios. Ellos sabrán.
Al chavismo, a pesar de conservar una holgada mayoría, le toca mirar hacia dentro y abordar el tema de la ineficiencia en la gestión nacional y regional, si quiere preservar esos votos atados por amor. La gente vota por Chávez pero no por la gente de Chávez. Así que en la medición de diciembre se verán facturas locales por promesas incumplidas, por ineficacia y quien sabe si hasta por corrupción. Algunos cambios se notan en las designaciones, pero hay otras posiciones que se mantienen inalteradas, a pesar del rechazo popular. De paso, aprovechamos este espacio crítico para exigir que, nuevamente, se nos explique cómo es eso de que los caraqueños de Libertador somos los únicos a quienes no nos sale democracia en diciembre.
Mlinar2004@yahoo.es
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