MERCEDES CHACÍN
mechacin@gmail.com
Twitter: @mercedeschacinLe escuchamos decir a un periodista nada desprevenido sobre el hecho de que los seguidores de Chávez y de Capriles se daban ganadores por igual: o están locos ellos o estamos locos nosotros. Tal fue la campaña desplegada en los medios opositores, la operación “envolvente” a la que fuimos sometidos los días previos al 7 de octubre. Llamadas a todas horas a miles de votantes, el supuesto empate técnico difundido a troche y moche, el ocultamiento de la realidad (las siete avenidas full ignoradas en los medios), la exageración de los problemas, la fabricación de encuestas chimbas y la descalificación de otras, todo esto conectado con una amenaza nada oculta de desconocimiento de los resultados, creó un clima de incertidumbre preelectoral cuidadosamente planificado.
mechacin@gmail.com
Twitter: @mercedeschacinLe escuchamos decir a un periodista nada desprevenido sobre el hecho de que los seguidores de Chávez y de Capriles se daban ganadores por igual: o están locos ellos o estamos locos nosotros. Tal fue la campaña desplegada en los medios opositores, la operación “envolvente” a la que fuimos sometidos los días previos al 7 de octubre. Llamadas a todas horas a miles de votantes, el supuesto empate técnico difundido a troche y moche, el ocultamiento de la realidad (las siete avenidas full ignoradas en los medios), la exageración de los problemas, la fabricación de encuestas chimbas y la descalificación de otras, todo esto conectado con una amenaza nada oculta de desconocimiento de los resultados, creó un clima de incertidumbre preelectoral cuidadosamente planificado.
Fue así como el día 7 los “exispul” de la derecha empezaron a dar ganador a Capriles desde el mediodía. Estos “sondeos a boca de urna” que en nuestro caso serían a “boca de caja de resguardo”, fueron la guinda de la operación “envolvente” puesta en marcha para ganarle a Chávez. Le echaron piernas. Las limitaciones del candidato de la derecha se diluyeron en una gran estrategia publicitaria en la que Capriles sólo fue la punta del iceberg.
Mientras Capriles le huía a Chávez recorriendo pueblos (era imposible ganarle a la campaña de Chávez midiendo fuerza en las concentraciones en las ciudades) la operación envolvente “hipnotizó” al pueblo opositor (de cualquier “clase” social) convenciéndolo con promesas de “bienestar” imposibles de cumplir por un gobierno derechista. Y miren que esta operación dio resultados. La cancelación de la gigantesca deuda social de la democracia representativa y de cientos de años de coloniaje no fue suficiente, fue ahogada en apagones chiquitos y grandes, en calles con troneras y troneritas y por supuesto en el agobiante problema de la inseguridad personal.
El esfuerzo de 14 años de la revolución fue “diluido” en gorras tricolores, en autobuses con paradas más relampagueantes que el Catatumbo, en “exispul” manipuladas, en llamadas y mensajes de texto dirigidos a alimentar el antichavismo irracional impulsado por los medios de comunicación. La guerra de cuarta generación vino con todo.
Con todo eso en contra, Chávez ganó por doce puntos. La mayoría del pueblo le dio la victoria. No pudieron con Venezuela. Fue una gran batalla y una gran victoria. La oposición no pateó la mesa porque el fraude es imposible con el sistema electoral actual. Y ellos lo saben. Pero de nuevo los lunares que exhibe la gestión gubernamental fueron aprovechados por el adversario. El votante de la derecha creció, aun cuando, y de ello no tenemos dudas, el de Chávez es el gobierno que más ha hecho justicia al pueblo venezolano en décadas, por no decir centurias. Otra vez el poder de los medios de comunicación haciendo mella.
¿Las razones para el avance de la derecha? Muchas. ¿Los espacios para discutirlas y avanzar? Muchos. Celebremos. Y sigamos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario