miércoles, 24 de octubre de 2012

“La base chavista rechaza prácticas típicas de los politiqueros de oficio” (entrevista en Ciudad CCS, 22 de octubre de 2012).


(Entrevista realizada por Clodovaldo Hernández, con quien siempre resulta muy grato intercambiar. Un honor, además).


Reinaldo Iturriza

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El sociólogo Reinaldo Iturriza pertenece a una especie poco común: la de los analistas revolucionarios que no solo critican a la oposición, sino que también reivindican la necesidad de la autocrítica. Al requerir de él un análisis de los resultados del 7 de octubre, es posible entonces abarcar el espectro político nacional completo. 

Comencemos, como debe ser, por la autocrítica: usted dice que hay una clase política, una burocracia chavista que se engaña al asimilar el triunfo del presidente Chávez como propio, sin tomar en cuenta que si bien se ratificó al líder, hay un rechazo al resto del movimiento. ¿Cómo es eso?
- Lo fundamental es que en Venezuela hay un proceso de cambio real. Ese proceso nos agarró descolocados a todos, incluyendo a militantes de partidos, a quienes venimos de la izquierda, intelectuales en general, opinadores y académicos. Yo he dicho que el chavismo, como corriente, produjo una clase política que desde hace años ha dado síntomas de agotamiento. No es para echarse a llorar y pensar que todo se perdió, pues eso sucede con todos los procesos de cambio: hay gente que "se acomoda", otra que traiciona, otros que se asustan y dicen "hasta aquí llego". Yo estuve en campaña y pude ver el rechazo que genera el partido realmente existente, no el partido del que habló Chávez en 2007. Pude ver el repudio que siente la base chavista hacia lo que ha terminado siendo el partido, no hacia la idea de que haya un partido. Y no es tanto un rechazo a personas, sino a prácticas que son muy parecidas, si acaso no las mismas o peores, a las prácticas de lo que siempre conocimos como política, de los politiqueros de oficio, los que cuentan votos y quieren cambiarlos por cuotas de poder.

- ¿Qué hacer al respecto?
- Aceptar que hay un agotamiento de esa clase política y volver sobre el tema de la representación, que fue el elemento desencadenante de todo. El punto es que la gente sigue involucrada en política, interesada en participar y ese es uno de los más fenomenales logros de este proceso, pero es necesario sacarse los lentes con los que hemos visto tradicionalmente la política.

- Viene una etapa de "administración de la victoria". En 2006, Chávez arrancó con la idea de la reforma constitucional. Esta vez se plantea profundizar el socialismo, pero ¿podría plantearse a través de una nueva reforma?
- De la experiencia de la reforma constitucional lo que debe quedarnos es el aprendizaje de que no puede haber ninguna propuesta exitosa si no es ampliamente debatida por el colectivo. Puedes tener la idea más magnífica de socialismo, pero si las bases no la han debatido, está condenada al fracaso. Esa es una gran lección que ha dado el pueblo. En el caso actual, el Presidente ha sometido la propuesta de gobierno para 2013-2019 al debate general y ha insistido una y otra vez en la necesidad de que se discuta.

- Vemos ahora hacia el lado opositor. Usted ha dicho que este sector no termina de entender lo que le ha pasado desde que perdieron el poder. ¿Por qué les pasa eso?
- En justicia hay que decir que el antichavismo no es uno solo. Obviamente hay un ala profundamente fascista, clasista, racista, pero no se puede generalizar. En la oposición hay gente que no se reconoce en Marta Colomina. Esa gente tiene todo el derecho de vivir acá, de no querer a Chávez y de reclamar lo que considere que debe reclamar. La cosa se pone peliaguda cuando no se trata de oponerse a un hombre, sino a la mayoría del pueblo que no solo vota por él, sino que participa cada vez más y ha dejado de ser invisible. El antichavismo rechaza esa participación, reacciona con pavor porque creen que esas grandes masas populares no debieron haber salido nunca de donde estaban. El opositor promedio aspira a volver a una democracia formal, en la que esa gente no se cruzaba en su camino y en la que prevalecía la idea muy liberal de que la democracia comete errores, pero es perfectible. El lugar del antichavismo era el privilegio.

- ¿A la luz del 7-O, la dirigencia opositora ha comenzado a comprender esa situación o sigue anclada en la lucha por retomar sus privilegios?
- Hay una pelea, un proceso de recomposición del liderazgo. La pugna es entre los factores tradicionales, AD y Copei, y los emergentes, fundamentalmente Primero Justicia y Voluntad Popular. Uno de los datos más interesantes de la campaña de Capriles Radonski es que, siendo él de la tendencia más elitista y antipopular de la oposición, haya tenido la suficiente audacia para tratar de mimetizarse con el chavismo, de vestirse de un ropaje de centro-izquierda. A pesar de eso, un político al que hay que tomarse en serio, como Henry Ramos Allup, le ha dicho a ese sector: "ustedes no entienden al pueblo venezolano", y eso, en boca del secretario general de AD son palabras muy gruesas porque es un partido que perdió legitimidad, pero que fue, en los 50 años antes del chavismo, el que más de cerca conoció el alma del pueblo venezolano. Vemos entonces que la dirigencia de la oposición tiene dos bloques: la clase política defenestrada, que entiende lo que está pasando, que comprende el fenómeno del chavismo, pero que no tiene con qué hacerle frente; y una dirigencia emergente, con muchos recursos, con mucha audacia, con habilidad para desmarcarse de una clase política de la que es heredera en toda la línea, pero que no comprende al pueblo. 
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Comentarista de un rudo deporte.
Reinaldo Iturriza López (Puerto Ordaz, 1973) es articulista de Ciudad CCS y otros medios y autor del blog Saber y poder (http://saberypoder.blogspot.com/),en el que se define como comentarista deportivo. "Es en broma porque la primera vez que me entrevistaron en VTV, pusieron en pantalla 'comentarista deportivo'… además, así me desligo de la imagen de los 'intelectuales' que no conocen los gustos populares". A pesar de estar inmerso en la política, un "deporte" rudo, Iturriza se declaró asombrado por reacciones poselectorales, como un mensaje en las redes sociales en el que se invita a la gente de clase media a dejar de darles propinas o ayudas a trabajadores domésticos, parqueros, bomberos de gasolina, muchachos de automercado y otras personas presumiblemente chavistas "que viven de nosotros y del rebusque". Advierte que son síntomas del grave daño que la dirigencia opositora y los medios causan en su militancia. Le preguntamos si se sumaría a quienes dicen que Globovisión, cuya concesión vence en 2015, debería correr la misma suerte que RCTV en 2008. Respondió: "Pienso que canales como Globovisión son necesarios, no por la idea maquiavélica de que los ataques nos cohesionan, sino porque nos permite develar las estrategias, las líneas maestras de la oposición. Sin embargo, no tengo duda de que causan un daño tremendo. Lo que hemos visto últimamente se parece tanto a 2002 que resulta urgente ponerle un remedio".


 
 
 

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