*Morella Cordero Felizzola
La lucha de clases ha existido en la sociedad desde tiempos inmemoriales, pensar que la burguesía y la clase trabajadora puedan realizar alianzas es contra natura. En todo el país y muy especialmente en Bolívar donde la gran mayoría de sus habitantes estamos vinculados a las empresas básicas de manera directa o indirecta, esta premisa debería ser la base de los principios y valores éticos de nuestros trabajadores. Es del conocimiento de todos los venezolanos que después del petróleo las estatales son las que mayor aporte de divisas realizan a nuestra economía.
El término lumpen proletariado deriva de la palabra alemana lumpenproletariat, originalmente propuesta por Karl Marx y Friedrich Engels en su obra La ideología alemana (1845). Marx sostenía que en los acontecimientos históricos que habían conducido al golpe de Luis Bonaparte en 1851, el proletariado y la burguesía habían actuado de manera productiva y progresista, mientras que el lumpenproletariat se había mostrado improductivo y regresivo. Según Marx, este último -lumpenproletariat- no tenía ningún motivo para participar en la revolución, e incluso pudo tener de hecho interés en preservar la estructura de clases, porque los miembros del lumpenproletariat dependían a menudo de la burguesía y de la aristocracia para su propia supervivencia.
Si la clase trabajadora no es capaz de entender el momento político que se vive en el mundo en la actualidad -desarrollo de conciencia de clases-, pobre del futuro de las próximas generaciones en algo tan importante como lo es la conservación de nuestro planeta en condiciones de habitabilidad.
El desarrollo de nuestras empresas básicas se realizó con el claro propósito de servir como suplidor seguro de productos primarios para los países desarrollados y de este modo apalancar aún más las economías de los mismos, y si no se cree esta afirmación cómo se explica que exportamos productos semi elaborados e importamos bienes de consumo. ¿Por qué razón no se desarrolló nuestra industria hasta el último eslabón de las cadenas productivas de todas las materias primas que poseemos?, sencillamente porque el desarrollo del que disfrutan los países que irónicamente se hacen llamar “desarrollados”, se lo deben a países con gobiernos títeres que permiten solo la extracción y semi elaboración de productos, y el desarrollo del resto de la cadena productiva que es donde realmente existe substanciosa utilidad, se lo dejan para los potencias extranjeras.
Hoy, cuando Hugo Chávez está impulsando la industrialización del país, de manera que se puedan desarrollar todas las cadenas productivas de la infinita cantidad de recursos naturales que ostentamos, la clase trabajadora es la protagonista en este trascendental momento de la historia política de nuestro país. Es por ello que debemos conservar la unidad, aún en la diversidad de pensamiento.
Despreciable sería, continuar ejerciendo el papel que los siglos anteriores nos depararon, en momentos cuando la historia le ha dado a nuestra generación la oportunidad de oro para deslastrarnos de esa sátrapa función y contribuir al impulso del control obrero, que si bien con errores y desaciertos es la mejor alternativa que el mandatario nacional nos ha brindado para el impulso del poder popular en las empresas básicas y así ponerlas al servicio del desarrollo de nuestro país y no de las economías foráneas.
La lucha de clases ha existido en la sociedad desde tiempos inmemoriales, pensar que la burguesía y la clase trabajadora puedan realizar alianzas es contra natura. En todo el país y muy especialmente en Bolívar donde la gran mayoría de sus habitantes estamos vinculados a las empresas básicas de manera directa o indirecta, esta premisa debería ser la base de los principios y valores éticos de nuestros trabajadores. Es del conocimiento de todos los venezolanos que después del petróleo las estatales son las que mayor aporte de divisas realizan a nuestra economía.
El término lumpen proletariado deriva de la palabra alemana lumpenproletariat, originalmente propuesta por Karl Marx y Friedrich Engels en su obra La ideología alemana (1845). Marx sostenía que en los acontecimientos históricos que habían conducido al golpe de Luis Bonaparte en 1851, el proletariado y la burguesía habían actuado de manera productiva y progresista, mientras que el lumpenproletariat se había mostrado improductivo y regresivo. Según Marx, este último -lumpenproletariat- no tenía ningún motivo para participar en la revolución, e incluso pudo tener de hecho interés en preservar la estructura de clases, porque los miembros del lumpenproletariat dependían a menudo de la burguesía y de la aristocracia para su propia supervivencia.
Si la clase trabajadora no es capaz de entender el momento político que se vive en el mundo en la actualidad -desarrollo de conciencia de clases-, pobre del futuro de las próximas generaciones en algo tan importante como lo es la conservación de nuestro planeta en condiciones de habitabilidad.
El desarrollo de nuestras empresas básicas se realizó con el claro propósito de servir como suplidor seguro de productos primarios para los países desarrollados y de este modo apalancar aún más las economías de los mismos, y si no se cree esta afirmación cómo se explica que exportamos productos semi elaborados e importamos bienes de consumo. ¿Por qué razón no se desarrolló nuestra industria hasta el último eslabón de las cadenas productivas de todas las materias primas que poseemos?, sencillamente porque el desarrollo del que disfrutan los países que irónicamente se hacen llamar “desarrollados”, se lo deben a países con gobiernos títeres que permiten solo la extracción y semi elaboración de productos, y el desarrollo del resto de la cadena productiva que es donde realmente existe substanciosa utilidad, se lo dejan para los potencias extranjeras.
Hoy, cuando Hugo Chávez está impulsando la industrialización del país, de manera que se puedan desarrollar todas las cadenas productivas de la infinita cantidad de recursos naturales que ostentamos, la clase trabajadora es la protagonista en este trascendental momento de la historia política de nuestro país. Es por ello que debemos conservar la unidad, aún en la diversidad de pensamiento.
Despreciable sería, continuar ejerciendo el papel que los siglos anteriores nos depararon, en momentos cuando la historia le ha dado a nuestra generación la oportunidad de oro para deslastrarnos de esa sátrapa función y contribuir al impulso del control obrero, que si bien con errores y desaciertos es la mejor alternativa que el mandatario nacional nos ha brindado para el impulso del poder popular en las empresas básicas y así ponerlas al servicio del desarrollo de nuestro país y no de las economías foráneas.
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