Mariadela Linares
En política, puede usarse como estrategia para desconcertar al contrincante. Siempre que sea pensada y calculada, la ausencia de palabras puede ser útil.
Pero hay casos, como el de la súbita enfermedad y largo reposo del Presidente, en que la falta de información genera desasosiego en todos. A unos, porque les produce angustia no saber con certidumbre qué ocurre realmente con su líder. No les convencen las esporádicas explicaciones, la mayoría ni siquiera transmitidas por medios formales, sino utilizando vías a las que sólo algunos pocos tienen acceso.
A otros, porque ausente repentinamente el objeto de sus intrigas y sus patrañas, su razón de ser deja también de tener sentido y los agarra desprevenidos. Se van por las ramas revisando la Constitución de arriba abajo, a ver si encuentran de dónde agarrarse para continuar fastidiándolo. Pero la verdad, es que sin Chávez no son nada.
Lo malo de esta prolongada ausencia de información es que se presta para todo tipo de especulaciones. Nadie, hasta el momento de redactar este artículo, ha dado un parte médico preciso, que no deje rendijas por donde se cuelen los rumores y es ahí donde la bola de nieve comienza a crecer, aumentada con chismes de toda naturaleza: desde que el Presidente padece
una grave enfermedad, hasta que fue a Cuba a hacerse una liposucción. Meta usted en cualquier buscador el tema y verá cómo abundan las tesis que usan como fuentes a médicos, intrigantes de oficio, comunicólogos, anónimos y hasta brujos.
Lo cierto es que el Presidente está enfermo, y hasta el jueves no había fecha de retorno. La falta de información nunca es buena. Sobre todo porque, como en este caso, permite que proliferen las especulaciones. ¿Qué su padecimiento hace que se le perciba vulnerable? Eso más bien lo hace más humano y más cercano a quienes lo siguen con fervor.
La verdad, dicha bien clara, permitiría valorar aún más sus inmensos sacrificios. Decirla es menos dañino que callar.
Mlinar2004@yahoo.es
Pero hay casos, como el de la súbita enfermedad y largo reposo del Presidente, en que la falta de información genera desasosiego en todos. A unos, porque les produce angustia no saber con certidumbre qué ocurre realmente con su líder. No les convencen las esporádicas explicaciones, la mayoría ni siquiera transmitidas por medios formales, sino utilizando vías a las que sólo algunos pocos tienen acceso.
A otros, porque ausente repentinamente el objeto de sus intrigas y sus patrañas, su razón de ser deja también de tener sentido y los agarra desprevenidos. Se van por las ramas revisando la Constitución de arriba abajo, a ver si encuentran de dónde agarrarse para continuar fastidiándolo. Pero la verdad, es que sin Chávez no son nada.
Lo malo de esta prolongada ausencia de información es que se presta para todo tipo de especulaciones. Nadie, hasta el momento de redactar este artículo, ha dado un parte médico preciso, que no deje rendijas por donde se cuelen los rumores y es ahí donde la bola de nieve comienza a crecer, aumentada con chismes de toda naturaleza: desde que el Presidente padece
una grave enfermedad, hasta que fue a Cuba a hacerse una liposucción. Meta usted en cualquier buscador el tema y verá cómo abundan las tesis que usan como fuentes a médicos, intrigantes de oficio, comunicólogos, anónimos y hasta brujos.
Lo cierto es que el Presidente está enfermo, y hasta el jueves no había fecha de retorno. La falta de información nunca es buena. Sobre todo porque, como en este caso, permite que proliferen las especulaciones. ¿Qué su padecimiento hace que se le perciba vulnerable? Eso más bien lo hace más humano y más cercano a quienes lo siguen con fervor.
La verdad, dicha bien clara, permitiría valorar aún más sus inmensos sacrificios. Decirla es menos dañino que callar.
Mlinar2004@yahoo.es
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