Edgar Perdomo Arzola
“Ver es creer, pero sentir es estar seguro”
John Ray…
No existe duda alguna, la revolución bolivariana ha tenido mucha más fuerza que los dos partidos mayoritarios que gobernaron a Venezuela a los largo del siglo XX.
Coincido con muchos venezolanos que el actual movimiento revolucionario bolivariano no es tan ‘totalitario’ como lo pinta la oposición, sino más que ciudadano. Pero mis observaciones al proceso son: ¿Qué tan fundamentados en sus argumentos sobre el socialismo, están los principales dirigentes de la Revolución? La realidad política más cercana que tengo, ya que soy parte diaria de ella. Son los discursos con palabras huecas y desdibujadas, que muchos le atribuyen al Che Guevara y Simón Bolívar, y más allá por decir: ¡Chávez es socialismo!
¡No es posible que por la inseguridad ciudadana, muchos hogares venezolanos queden enlutados por la violencia criminal, todos los fines de semana! ¡No podemos seguir de brazos cruzados y soltando a la calle a peligrosos delincuentes, que a las 24 horas de estar en libertad reinciden en el delito nuevamente!
Es admirable, y motiva a seguir en la lucha por el socialismo bolivariano cuando veo por la TV, a un dirigente informado, serio, responsable y comprometido con la revolución bolivariana, buscando soluciones a tantos problemas, y aportando ideas. Son el tipo de dirigentes formados e informados que ayudan realmente a la construcción del socialismo.
La decepción se presenta, cuando oímos por la radio o vemos por la tv, a unos dirigentes nacionales (lo de nacional es por que viven en Caracas) cuyos discursos o fuente de información es lo que ha dicho Chávez, y repetido hasta el cansancio por el sistema de medios públicos.
No hay que ser un gran intelectual, ni un pensador de alto vuelo, menos líder de opinión política, sin embargo, a diario percibimos la queja de nuestro pueblo que reclama a lo largo y ancho del país, soluciones a: La crisis de la vivienda, agua, electricidad, inseguridad, vialidad etc. A lo mejor mucho burócrata ignorante las catalogará de desviaciones ‘pequeños burguesas’, ya que es mucho lo que se pide, y demasiadas exigencias con tanto ímpetu al mismo tiempo.
Lo que no sabe mucho ‘dirigente del alto gobierno’, que la base de toda movilización social es el saber de sus necesidades, para luego tomar una decisión, y así poder emitir una opinión, sopesada y argumentada, en la búsqueda de las posibles soluciones.
No podemos luchar por el socialismo si no sabemos de qué se trata, y para entenderlo existe un sinfín de conceptos claves que hay que conocer y aprender a descifrar. Pero tengo la certeza que hay una cantidad considerable de diputados, alcaldes, gobernadores, concejales, miembros de consejos comunales, que no tienen la ‘puta’ idea de que significa en profundidad la palabra “socialismo” o “la dialéctica”, o algo más sencillo aun, que es la “plusvalía”, frases y palabras tan machucadas por muchos ‘teóricos’, y hasta ahora entendidas por pocos, en doce años de este moderno siglo XXI.
Mi formación político ideológica proviene de la izquierda cristiana venezolana, y latinoamericana. No podemos seguir en la burbuja de la ignorancia político-ideológica, y al menos solicitamos que se habrán debates dentro del psuv para que se empiece a formar a los lideres del relevo, brindándoles la información necesaria en charlas informativas de mucho provecho político, con talleres o clases éticas para no deformar los conceptos sobre el socialismo, y hacer que el gobierno bolivariano sea siempre algo productivo, impulsando reglas de convivencia, apartando la segregación y el sectarismo ramplón entre otras cosas.
Desterrando falsos fundamentos como: ¡eres un contrarrevolucionario, criticas mucho, no tienes conciencia de lo que esta pasando, por culpa de los escuálidos! Es ahí cuando se debe reflexionar ante tanta sandeces: Diciéndole a mucho necio ¿tú sabes lo que está pasando en Venezuela? ¿Sabes lo que produce la impunidad? ¿Sabes la factura política que nos pasaran los apagones? De alguna mente necia a lo mejor saldrá la respuesta tan cacareada que ya viene podrida por la forma: “Eso es un invento de los escuálidos podridos, y del imperialismo yanqui”.
Las manifestaciones populares de reivindicaciones sociales de todo tipo, que son hechas con conocimiento y responsabilidad, hay que apoyarlas. Pero condenando enérgicamente aquellas que vienen acompañadas con trancas de calles, avenidas y carreteras nacionales, y las que causan destrozos y vandalismo. No se puede defender las invasiones de casas y terrenos, ni estar de acuerdo con las tomas de empresas productivas que tiene como único fin: “producir desabastecimiento y especulación”; aunque mucho estalinista necio tenga el descaro de decirme que soy un ‘reformista pequeño burgués’, un inconsecuente por no apoyar medidas equivocadas, que fue lo que contribuyó al desplome de la ex-URSS, y toda la socialista Europa Oriental.
Que en realidad es no apoyar la falta de “actualización moderna sobre el socialismo”, de algunos necios. Mariátegui dixit. Seguir con este episodio apoyando a dirigentes sin bases, argumentos y fundamentos no nos llevará a ninguna parte. Automáticamente siempre me doy cuenta, que si queremos un socialismo bolivariano y democrático (articulo 2 de la CRBV), ese cambio debe empezar por uno mismo, no podemos construir el socialismo cuando no sabemos respetar ni siquiera una opinión distinta. Si luchamos por mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo, no nos podemos dar el lujo de pasar esa línea tan delgada que separa la impunidad, causante de tanta inseguridad.
Quizás para muchos no sea válida mi opinión por no ser un “militante sumiso”, pero tampoco simplemente, porque el presidente es de izquierda y me simpatiza. Es por ello que debemos nutrirnos de suficiente información para moldear nuestro propio criterio y pensamiento socialista, para no caer en la ignorancia supina. Muchas de las veces en mi soledad, recuerdo un máxima popular: Más vale (tratando de interpretar las contradicciones) a veces ser un “sumiso pasivo”, que un “revolucionario sin ideas”, por lo que esta pasando a las pruebas me remito.
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