Ante las declaraciones de Hugh Hefner (quien ha hecho su fortuna a costa de la dignidad de las mujeres), fundador de la revista Playboy quien abierta y descaradamente señaló que las mujeres somos "objetos sexuales", denunciamos una vez más el atropello de las trasnacionales capitalistas “del sexo” que no sólo se han lucrado de la vejación del cuerpo –convirtiéndolo en objeto sexual-, y la sexualidad de las mujeres –sujetándola a las necesidades del hombre-, sino que además hoy pretenden seguir legitimando la violencia contra las mujeres asumiendo que la objetivación y mercantilización del cuerpo femenino es natural, cuando hoy más que nunca las mujeres hemos entendido y nos hemos asumido como seres sociales integrales, que hemos sido despojadas de nuestra libertad, de ser autónomas, de ser humanas, de ser nosotras mismas, y hemos sido sometidas por siglos a unas necesidades y unos deseos que se construyen sobre la base de las necesidades y de la visión del hombre. Situación ésta que es reforzada además por el sistema de explotación capitalista que ve en la mujer una mano de obra de barata, una mercancía con valor de uso y valor de cambio, un medio de producción y reproducción de esa mano de obra barata, en una lógica cuya objeto es la reproducción del capital a costa de la deshumanización cada vez mayor del trabajo y de las relaciones sociales en general, que recrudecen cada vez más las múltiples formas en las que somos explotadas las mujeres.
Asimismo, denunciamos la banalización que de la lucha de las mujeres feministas pretende hacer Playboy a 50 años de coadyuvar y contribuir substancialmente con la más misógina y violenta de las visiones que de las mujeres existen -la visión de la mujer como mercancía sexual al servicio del hombre-. En este sentido el documental que intenta presentar Playboy como "contribuciones" a los movimientos de derechos civiles y feministas, es abominable y es además una burla a las luchas de las mujeres y las feministas, pues la sistemática violencia ejercida por esta trasnacional que podríamos considerar máxima expresión de la violencia patriarcal y capitalista, ha sido sin duda, un elemento fundamental en el mantenimiento y reproducción de las visiones sexistas que sobre la mujer existen.
Finalmente, rechazamos categóricamente el papel que juega Playboy en la sociedad, que no es otro que el de agravar la opresión, discriminación y explotación de la cual somos víctimas las mujeres en la actual sociedad.
¡¡¡NO SOMOS MERCANCÍAS!!!
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