viernes, 27 de agosto de 2010

Causas de guerra entre Venezuela y Colombia (II) .

*Ramón Rodríguez Chacín 

Los objetivos de los Estados Unidos en el mundo, y particularmente en la región, siempre han sido los de imponer su geopolítica y su geoeconomía, para garantizar su hegemonía y lo que ellos consideran su destino manifiesto. Sus políticas agresivas se han adaptado a través del tiempo, y así en un principio su filosofía fue la expansión territorial bajo las doctrinas de Jefferson, Monroe y Adams, lo que los llevó a despojar a España y a México y a establecerse en Cuba, Puerto Rico, Hawái y las Filipinas entre otros sitios; luego en la segunda posguerra del siglo XX pasaron a una política de confrontación con el campo socialista para contenerlos, siguiendo principalmente las doctrinas de Truman y Johnson, lo que les llevó a las numerosas intervenciones e invasiones realizadas en Latinoamérica y el Caribe, para luego buscar una posición hegemónica unipolar en el mundo, lo que comenzó con la “revolución conservadora” de Reagan y continúo con los Bush, Clinton y Obama en la posguerra fría.

Para llevar adelante estas políticas hegemónicas han necesitados cipayos y apátridas que los apoyen en sus despropósitos, y en Latinoamérica siempre han encontrado su complemento perfecto en la doctrina Santanderista que ha seguido secularmente la élite gobernante colombiana y su versión Paecista que prevaleció en Venezuela durante la cuarta república.

Al comenzar la posguerra fría, los Estados Unidos (EU) comenzaron a recoger los frutos de la época Reagan y reorientaron sus intereses estableciendo sus prioridades en Asia Central y el Cercano Oriente dejando así un vacío en Latinoamérica y el Caribe. Esto dio cabida a los avances de las fuerzas progresistas en esta parte del mundo, lo que se concretó a finales de la década de los años 90 con el fortalecimiento de las Farc en Colombia y el triunfo de la revolución Bolivariana en Venezuela; lo que fue reforzado en los primeros años de este siglo por el establecimiento de gobiernos de izquierda y de centro izquierda en países como Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador y Nicaragua.

La pérdida de espacio por parte del imperio se evidencio con sus derrotas políticas en eventos tales como las cumbres de la las Américas en Quebec, Mar del Plata, San Pedro Sula y Trinidad y Tobago; la derrota del candidato de los EU para la secretaría general de la Oea; la derrota del Alca para las Américas; el crecimiento del Mercosur; la creación de la Unasur, del Alba y del Consejo de Defensa Suramericano; la fundación crecimiento y proyección de Telesur y de Petrocaribe; la expulsión de la Dea de Venezuela y de Bolivia y el cierre de la base de Manta, que junto a la devolución de la base Howard en la zona del canal debilitó su presencia militar en la zona.

Estas derrotas políticas del imperio ameritaron cambios en su estrategia para mantener su hegemonía y asegurar la defensa de sus intereses geopolíticos en lo que ellos consideran su patio trasero.

La repuesta estratégica de los EU ha sido empleando fundamentalmente su mayor fortaleza que no es más que su músculo de Fuerzas Armadas; por ello han identificado enemigos nuevos que justifiquen el gigantesco gasto en su industria militar y sus intervenciones militares en el mundo y en este caso de estudio Latinoamérica y el Caribe. Los enemigos que encontró el imperio para justificarse fue primero el narcotráfico y después del 11s el terrorismo.

Esas acciones imperialistas han ido progresando amenazadoramente desde finales del siglo XX hasta nuestros días cuando se hace evidente la amenaza que representan para nuestro país, lo cual será abordado en el próximo artículo.


alejocuicas@gmail.com
 
*Dirigente Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

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