Cimac.- Ante los múltiples casos de violación y abuso sexual de mujeres y niños migrantes en centros de detención de Estados Unidos, Human Rights Watch (HRW) dirigió 14 recomendaciones al gobierno de ese país, para garantizar que estos hechos no se repitan.
Entre las recomendaciones, que HRW señala en su informe “Detenidas y en riesgo: Abuso sexual y acoso en los centros de detención de inmigrantes de Estados Unidos”, destaca que las autoridades de esa nación deben aprobar normas de detención que sean obligatorias y se apliquen en todos los centros de detención de personas migrantes.
Esta organización internacional afirma que las violaciones y abusos sexuales no son casos aislados, sino prácticas sistematizadas en los centros de detención de migrantes, aún en los que son considerados familiares, donde se tiene registro de estos delitos cometidos por los guardias o por otros migrantes, en contra de mujeres y menores de edad.
El registro de las agresiones sexuales va de 2005 a 2010 en Texas, Florida, Washington, Arizona, Nueva York, Nueva Jersey, Wisconsin y California. Las y los migrantes agredidos en dichos estados, provenían de América Latina y países asiáticos y la mayoría fueron detenidos por su situación migratoria irregular.
Entre las recomendaciones, que HRW señala en su informe “Detenidas y en riesgo: Abuso sexual y acoso en los centros de detención de inmigrantes de Estados Unidos”, destaca que las autoridades de esa nación deben aprobar normas de detención que sean obligatorias y se apliquen en todos los centros de detención de personas migrantes.
Esta organización internacional afirma que las violaciones y abusos sexuales no son casos aislados, sino prácticas sistematizadas en los centros de detención de migrantes, aún en los que son considerados familiares, donde se tiene registro de estos delitos cometidos por los guardias o por otros migrantes, en contra de mujeres y menores de edad.
El registro de las agresiones sexuales va de 2005 a 2010 en Texas, Florida, Washington, Arizona, Nueva York, Nueva Jersey, Wisconsin y California. Las y los migrantes agredidos en dichos estados, provenían de América Latina y países asiáticos y la mayoría fueron detenidos por su situación migratoria irregular.
En 2007, cinco mujeres fueron detenidas en Puerto Isabel, Servicio del Centro de Procesamiento en Texas, donde el custodio Robert Luis Loya entró a sus habitaciones en el área de enfermería del Centro, ordenó a las migrantes que se desnudaran y tocó sus genitales.
Tres años después, varias mujeres detenidas en la Residencial T. Don Hutto Center, un centro de detención de inmigración también en Texas, acusaron de abuso sexual a un trabajador de Inmigración y Aduanas (ICE), según sus testimonios, éste las “manoseó” mientras las transportaban a un aeropuerto y una estación de autobuses, donde las y los migrantes estaban siendo liberados.
En Florida, una migrante jamaiquina detenida fue transportada a otro centro de detención, cuando un agente de ICE la llevó a su casa y la violó sexualmente.
“Tenía miedo por mi vida, él tenía un arma. Yo esperaba que me protegiera, no que se aprovechara de mí”, señaló la mujer, quien en 2007 llevaba 12 años viviendo en Estados Unidos, con sus dos hijos.
A la violencia en contra de las migrantes, se suma la que el personal de ICE ha cometido en contra de menores de edad, uno de estos casos ocurrió en Texas, donde nueve niños de Centroamérica denunciaron abuso sexual y físico.
De acuerdo con HRW, debido a la falta de información disponible no se puede dimensionar con precisión la problemática, sin embargo, los incidentes que han sido denunciados “son demasiado graves y demasiado numerosos como para ignorarlos”.
La situación “apunta a la necesidad de investigación y de acción rápida para corregir las deficiencias evidentes en la política de detención, la práctica y la supervisión”, de los procedimientos a los que son sometidas las y los migrantes en Estados Unidos.
Según el documento elaborado por HRW, en 2009 fueron detenidas más de 383 mil personas, lo cual representó un incremento de 64 por ciento respecto a 2005. El sistema de detención tiene una población promedio diario de 31 mil, de los cuales, las mujeres constituyen el 9 por ciento.
En respuesta a las agresiones físicas y sexuales contra migrantes, el ICE ha dado “pasos importantes hacia una reforma”, pero aún son necesarias otras medidas para garantizar la seguridad y el trato justo de los inmigrantes detenidos, menciona el informe.
Algunas de estas acciones que debe realizar el gobierno estadounidense son informar acerca de las agresiones sexuales denunciadas, asegurar que sean investigadas y mejorar la supervisión del cumplimiento de las normas de detención en los centros de detención.
También debe acelerar la implementación de la normatividad de prevención y respuesta a las agresiones sexuales y abusos en todas las instalaciones que alberguen a detenidos del ICE. Además deben garantizar que se informe a los detenidos de cuáles son sus derechos en relación a agresiones sexuales.
HRW exigió al Congreso de Estados Unidos, la publicación de los archivos del ICE relacionados con casos de agresión sexual, abusos y acosos en los centros de detención y aprobar una legislación que fije estándares para las condiciones en los centros de detención.
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