Luces, cámaras, acción… William Ojeda ama el espectáculo. Para lograr publicidad lo mismo graba videos caseros en nombre de los tristemente célebres Manuel Rosales o los comisarios presos por complicidad de homicidio y lesiones personales graves, que llama a desconocer el resultado de las elecciones presidenciales de 2006.
Este es el efecto de haber sido siempre un segundón. Se vanagloriaba de liderar las encuestas por la oposición para la Alcaldía del municipio Sucre (estado Miranda) y finalmente declinó a favor de Ocariz. Lo mismo sucedió cuando aspiraba por la Alcaldía Mayor, y terminó asumiendo la candidatura de “La Trampa Ledezma”.
La inconsecuencia parece ser enfermedad congénita en el caso de William Ojeda sino que lo digan quienes leyeron su libro “¿Cuánto vale un juez?” una denuncia a la corrupción judicial de entonces. Sin embargo, ahora se codea con la crema y nata de la politiquería que propició aquella situación.
Después de todo, a este actor de séptima categoría muy pocos le creen, ni siquiera los conductores de Malas Noches” que lo acusaron de manipular los resultados de las encuestadoras de acuerdo a su conveniencia y lo tildaron de irrespetuoso a la ética periodística…
A manera de premio de consuelo, la Mesa de las Cogollos Unidos lo ha incluido a través del voto lista, como representante de Un Viejo Tiempo .Pero sabemos que para este actor en remate, el show debe continuar.
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