El proceso de acumulación de capital en los medios de comunicación y más allá, en las industrias de contenidos es a la vez y simultáneamente el proceso de manipulación de la conciencia social y del dominio público. Liberados de la presiones del poder político, que ayudaron a destrozar los medios venezolanos, estos cayeron bajo el control del poder económico y es por eso que mantienen lejos del servicio a los ciudadanos y muchos más lejos aún el debate de las ideas.
De la misma manera, a lo largo y ancho del mundo, los contenidos y los fines de la comunicación son puestos, cada vez más en función de los intereses del capital. Es decir, que los medios de comunicación se convirtieron en máquina de la globalización es por eso, que son los nuevos misioneros del capitalismo corporativo.
La información y la comunicación deben ser garantes de un proceso democrático, de crecimiento con participación popular. Por ello se hace necesario convertir al nuevo comunicador social en un instrumento para la integración, en un facilitador del proceso que lleve la unidad para afrontar los desafíos del futuro. Pero hay algo que no se puede olvidar; no puede haber participación, democracia ni integración sin el acceso a la verdad, de modo, que los medios de comunicación social son los nuevos mercaderes de la realidad y nos bombardean constantemente con sus mensajes que nos induce a pensar que el mundo de placer es posible y como si fuera poco, se vive una realidad virtual mediatizada.
Los medios eligen a los actores, al protagonista, a los antagonistas escriben el argumento, fijando qué se informa y sobre que se opina y conforman el desenlace. Sin duda, el pluralismo del medio dentro de la sociedad aseguraría la democracia y la misma inteligencia. Pero el monopolio de la comunicación hace retomar al ser humano al oscurantismo, a un mundo virtual lejos de la realidad.
Los medios eligen a los actores, al protagonista, a los antagonistas escriben el argumento, fijando qué se informa y sobre que se opina y conforman el desenlace. Sin duda, el pluralismo del medio dentro de la sociedad aseguraría la democracia y la misma inteligencia. Pero el monopolio de la comunicación hace retomar al ser humano al oscurantismo, a un mundo virtual lejos de la realidad.
Por otra parte, la revolución digital provocó la mezcla del texto, el sonido y la imagen, las fronteras entre el mundo de la comunicación; el de las culturas de masas y el de la publicidad que son cada vez más tenues, y las grandes empresas a través de mega funciones se han adelantado a gestionar todo el contenido de estas distintas esferas. Por lo tanto, los procesos de acumulación de capital qué ante se daban en un espacio y en tiempo determinado, hoy se han trasladado al espacio privado del hogar, y comparten su desempeño junto con la publicidad y el entretenimiento.
En ese mismo sentido, internet ha cambiado y mejorado diversos procesos ha logrado unir al mundo en cuanto a su capacidad de conexión y representa sin duda una oportunidad para nuevas creaciones. El fenómeno Internet destaca particularmente porque se trata de un instrumento que facilita a las personas el rápido acceso a cantidades infinitas de información, a un costo relativamente bajo además, Internet ha logrado imponerse con mayor rapidez
Sin duda, que el espacio privado fue invadido, colonizado, por estas industrias de contenidos, que tienen en un mismo paquete, con lazo incluido la información, la cultura de masas y la publicidad, con el mismo lenguaje simplista, reduccionista, y con el mismo fin de manipulación ideológica y consumista.
Caso de Venezuela
Ciertamente, que el sistema comunicacional privado de Venezuela, obedece; más allá, a las leyes del mercado y a los objetivos políticos que a las de la información. Pretende imponer las “verdades” mediáticas, en el sentido de que cuando todos los medios de comunicación dicen algo es verdad, como por ejemplo: los productos que venden en la red Mercal, son de mala calidad, es eso, lo imponen aunque sea falso. Pero este gigantesco laboratorio de la manipulación mediática en que se ha convertido Venezuela ha demostrado también, que pese a que todos los medios comerciales callaron el 13 de abril, 2002, la verdad real se impuso a la virtual. Aunque las televisoras, las radios y los diarios lo ocultaron, el presidente Hugo Chávez retornó al palacio de Miraflores.
El abandono de la función social por parte de los medios venezolanos y su suplantación por contenido tendenciosamente orientados, tienen como consecuencia la total desinformación y evidente manipulación de los receptores. Esto nos indica, que hoy el periodismo, las relaciones públicas y la publicidad se confunden con el servicio de los grandes capitales.
Todos sabemos, que en tal sentido, el mensaje propagandístico y publicitario no forman ciudadanos, sólo consumidores y borregos, y en eso, los grandes medios de comunicación hacen su labor, sin interesarle en lo más mínimo los conceptos de la soberanía popular y su derivado de ciudadanía.
El nuevo paradigma se llama rentabilidad, individualismo, consumismo, formación de una sociedad de idiotas útiles al servicio del gran hermano corporativo.
Los medios han abandonado los receptos que habían normados sus papeles y sus funcionamientos: su responsabilidad social en tantos intermediarios entre las instancias de los poderes constituidos de cualquier signo, político, económico, cultural, ideológico, militar, religioso de los grupos de presión, partidos y movimientos sociales y los ciudadanos.
Esta intermediación implica que no basta con la existencia formal de la libertad de expresión ni con el derecho de información. Existe además la responsabilidad de los medios de proporcionar un tipo de información y de orientación que garanticen realmente una participación más plural, diversa e igualitaria de los ciudadanos en la vida pública.
Lo que es peor aún, en Venezuela prevalece y se aplican todas las técnicas de manipulaciones informativas y psicológicas; ocultamientos de hechos, tergiversaciones de los acontecimientos que pudieran favorecer sus posiciones, descontextualización de las declaraciones, lenguaje descalificador hacía el presidente de la república, elegido democráticamente, en el año1999, Hugo Chávez, Frías: títulos que no corresponde con la información, y como si fuera poco continúan a través de los diferentes medios divulgado que: en Venezuela no se vive una democracia como tal, ni mucho menos existe libertad de expresión.
Es necesario buscar el equilibrio entre las potestades del estado y las libertades de los medios, sus propietarios y trabajadores, todo esto nos indica que los medios de comunicación venezolano viven momentos críticos y apasionantes; y es un derecho de la sociedad a obtener una información plural, como lo prevé la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 58.
Los medios de comunicación tienen que ver con el futuro de nuestra democracia. Hoy en día la dictadura mediática quiere suplantar a la dictadura militar. Son los grandes grupos económicos que usan los medios y deciden, quién tiene o no la palabra.
Finalmente, es hora de pensar en grande, la democratización de los medios que constituye la razón principal, de que; es indispensable la existencia de normas, leyes y regulaciones publicas de los medios de comunicación.
Cuando se coloca el tema en el debate público se convierte en un asunto polémico para los dueños de los medios o de los concesionarios en otras palabras, aquí lo que esta en juego es precisamente el inmeso poder que han concentrado en sus manos; poder que aún están dispuesto a utilizar fondo para la defensa de sus privilegios.
Ciertamente, que el sistema comunicacional privado de Venezuela, obedece; más allá, a las leyes del mercado y a los objetivos políticos que a las de la información. Pretende imponer las “verdades” mediáticas, en el sentido de que cuando todos los medios de comunicación dicen algo es verdad, como por ejemplo: los productos que venden en la red Mercal, son de mala calidad, es eso, lo imponen aunque sea falso. Pero este gigantesco laboratorio de la manipulación mediática en que se ha convertido Venezuela ha demostrado también, que pese a que todos los medios comerciales callaron el 13 de abril, 2002, la verdad real se impuso a la virtual. Aunque las televisoras, las radios y los diarios lo ocultaron, el presidente Hugo Chávez retornó al palacio de Miraflores.
El abandono de la función social por parte de los medios venezolanos y su suplantación por contenido tendenciosamente orientados, tienen como consecuencia la total desinformación y evidente manipulación de los receptores. Esto nos indica, que hoy el periodismo, las relaciones públicas y la publicidad se confunden con el servicio de los grandes capitales.
Todos sabemos, que en tal sentido, el mensaje propagandístico y publicitario no forman ciudadanos, sólo consumidores y borregos, y en eso, los grandes medios de comunicación hacen su labor, sin interesarle en lo más mínimo los conceptos de la soberanía popular y su derivado de ciudadanía.
El nuevo paradigma se llama rentabilidad, individualismo, consumismo, formación de una sociedad de idiotas útiles al servicio del gran hermano corporativo.
Los medios han abandonado los receptos que habían normados sus papeles y sus funcionamientos: su responsabilidad social en tantos intermediarios entre las instancias de los poderes constituidos de cualquier signo, político, económico, cultural, ideológico, militar, religioso de los grupos de presión, partidos y movimientos sociales y los ciudadanos.
Esta intermediación implica que no basta con la existencia formal de la libertad de expresión ni con el derecho de información. Existe además la responsabilidad de los medios de proporcionar un tipo de información y de orientación que garanticen realmente una participación más plural, diversa e igualitaria de los ciudadanos en la vida pública.
Lo que es peor aún, en Venezuela prevalece y se aplican todas las técnicas de manipulaciones informativas y psicológicas; ocultamientos de hechos, tergiversaciones de los acontecimientos que pudieran favorecer sus posiciones, descontextualización de las declaraciones, lenguaje descalificador hacía el presidente de la república, elegido democráticamente, en el año1999, Hugo Chávez, Frías: títulos que no corresponde con la información, y como si fuera poco continúan a través de los diferentes medios divulgado que: en Venezuela no se vive una democracia como tal, ni mucho menos existe libertad de expresión.
Es necesario buscar el equilibrio entre las potestades del estado y las libertades de los medios, sus propietarios y trabajadores, todo esto nos indica que los medios de comunicación venezolano viven momentos críticos y apasionantes; y es un derecho de la sociedad a obtener una información plural, como lo prevé la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 58.
Los medios de comunicación tienen que ver con el futuro de nuestra democracia. Hoy en día la dictadura mediática quiere suplantar a la dictadura militar. Son los grandes grupos económicos que usan los medios y deciden, quién tiene o no la palabra.
Finalmente, es hora de pensar en grande, la democratización de los medios que constituye la razón principal, de que; es indispensable la existencia de normas, leyes y regulaciones publicas de los medios de comunicación.
Cuando se coloca el tema en el debate público se convierte en un asunto polémico para los dueños de los medios o de los concesionarios en otras palabras, aquí lo que esta en juego es precisamente el inmeso poder que han concentrado en sus manos; poder que aún están dispuesto a utilizar fondo para la defensa de sus privilegios.
Sobecj@gmail.com
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