Érika Ortega Sanoja
Con el respeto que sus “honorables” guardaespaldas no profesaron hacia mi persona el pasado 16 de marzo, le escribo públicamente para exigirle que diga la verdad sobre los acontecimientos ocurridos ese día en la sede de su organización política. A las 10 y 35 minutos de la mañana de aquel lunes, arribé junto a mi equipo -camarógrafo y asistente- al piso 6 del edificio EXA ubicado en el Rosal, en Caracas. El objetivo era atender, como cada cierto tiempo lo hago, la rueda de prensa que ese día llevaría a cabo el partido político Alianza Bravo Pueblo. Sin embargo, al intentar ingresar a su encuentro con la prensa, una dama empleada de ABP, negó el acceso a Venezolana de Televisión preguntando si “habíamos sido convocados”. Ante tal cuestión, respondí claramente que ese era un evento para la prensa, y al cual teníamos la intención de asistir. La réplica de la señora fue que “llegaron tarde y por ello no pueden pasar”. No obstante, y ante una petición mía, la dama prometió que preguntaría si “podíamos ingresar”, por lo cual nos pidió esperar. Durante toda la rueda de prensa, permanecimos afuera esperando la respuesta que nunca llegó. Al observar la salida de los compañeros y compañeras, miembros de medios privados de difusión, intentamos como consta en videos, ingresar al sitio para conversar con usted. Aún así, y bajo la mirada cómplice de otros de sus aliados políticos, un guardaespaldas me cerró literalmente la puerta en la cara, impidiendo no sólo mi acceso al salón, sino la salida de otros equipos reporteriles. A pesar de mi llamado, emitido a viva voz y que fue escuchado por sus guardaespaldas, partidarios y otras personas allí presentes, usted, señor Pérez, no salió a recibirme ni a ofrecerme ninguna explicación por el agravio. Para ese entonces, el señor Jorge Amorín, compañero de labores de Venezolana de Televisión, no había arribado al lugar. Así que miente usted, cuando dice que respondió afirmativamente a mi entrada a su partido, pues nunca nadie lo permitió. Tampoco es cierto, señor Pérez, que “la respuesta de los miembros del equipo de VTV fue que solo (sic) entrarian (sic) al salon (sic) de prensa siempre y cuando se permitiera el acceso a La Hojilla”. Debo aclarar que nunca fuimos consultados al respecto y si así fue, lo invito a que lo demuestre, pues yo sí tengo como respaldar mis afirmaciones. En todo caso, me solidarizo no sólo con el compañero Jorge Amorín, sino con el resto de comunicadores alternativos a quienes usted ha agredido de manera pública y notoria, tanto en forma física como verbal y en no pocas ocasiones, bajo la mirada cómplice de la anterior y la actual directiva del Colegio Nacional de Periodistas. Por todo lo anterior, ratifico a través de esta vía lo que públicamente respondí a su vocero, el coordinador de la parroquia Antímano de ABP, quien intentó desmentirme tras las agresiones sufridas por mi persona: Usted y su partido político impidieron mi derecho constitucional a obtener información, por lo cual me reservo las medidas que considere pertinentes. Asimismo, expreso a través de este comunicado público que ni solicité, ni acepto el supuesto apoyo que el Colegio Nacional de Periodistas ha pretendido ofrecer hacia mi persona. Considero que el CNP es una organización manejada por individuos que han recibido dineros e instrucciones del gobierno estadounidense, para dirigir el terrorismo mediático en mi país en contra de la Revolución Bolivariana. Esta agrupación, utilizada hoy como una herramienta política para agredir al gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, también se hizo la vista gorda ante la gravísima agresión que recibimos el pasado 23 de enero de 2009. Ese día, en una manifestación convocada por Alianza Bravo Pueblo entre otras agrupaciones opositoras, un grupo de marchistas arremetieron violentamente contra el equipo de Venezolana de Televisión, de Radio Nacional de Venezuela y de Ávila TV. No sólo estuvieron a punto de quitarnos por la fuerza nuestras herramientas de trabajo, sino que intentaron humillar desde el punto de vista sexual a quien escribe. Sólo minutos antes, habíamos preguntado tanto a usted, señor Pérez, como a su alcalde Antonio Ledezma, qué acciones tomarían para evitar que sus manifestantes se salieran de control ante la presencia del equipo reporteril del canal del estado. Su respuesta en aquél entonces, no fue suficiente. Hoy tampoco.-
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