miércoles, 25 de marzo de 2009

En Estambul la solidaridad condenó a los mercaderes del agua.

Caracas, 23 Mar. ABN.- Ayer, en Estambul, los poderosos del planeta rechazaron una vez más reconocer el acceso al agua como Derecho fundamental, y también una vez más, Venezuela, Cuba y Bolivia, condenaron esa inhumana posición, fachada tras la que se oculta una diabólica conspiración orientada a adueñarse de las fuentes hídricas del mundo para venderla como vulgar mercancía a los pueblos. Y es que el agua, que hecha lluvia ha dado vida a la tierra, a los humanos y demás criaturas que la pueblan, venerada desde los más remotos tiempos por los pueblos que la adoran como Diosa, y cuando llega la sequía acuden a sacerdotes y chamanes que la llaman celebrando sagrados ritos, hoy es centro de un debate que de no conciliar posiciones, podría generar guerras que sólo se evitarán si se pone fin a la codicia de los traficantes de la sed y de la muerte. Y eso es lo que hicieron en Estambul, ese trío de países que adelantan procesos revolucionarios imbuidos del más alto espíritu de solidaridad, al defender como lo hicieron en México hace tres años, el legítimo e inalienable derecho que tienen los pueblos para acceder al vital líquido, acompañados esta vez por otras hermanos caribeños latinoamericanos, donde al igual que en ellos, se adelantan la revolución integradora que hace dos siglos inició Bolívar. El escenario fue el V Foro Mundial del Agua, cuya primera edición se dio 1997 en Marrakech, las siguientes en La Haya, Kyoto, Ciudad de México y ahora en Estambul, instrumento de una conspiración global auspiciada por EEUU y Europa donde el agua escasea, por lo que utilizan al FMI, al Banco Mundial y a las embotelladoras como “punta de lanza” de una ofensiva dirigida a privatizar las redes de abastecimiento y adueñarse de sus fuentes en todo el planeta. ¿Quién habría de imaginarse hace algunos años, que el agua, donde se originó la vida, llegaría a convertirse en posible causa de muerte, sustituyendo al petróleo como motor impulsor de futuras guerras y otros conflictos sociales y políticos a desatarse en la tierra por causa de la ambición de quienes hoy la han convertido en un vulgar objeto al que consideran como una mercancía? Ello se debe a que EEUU y sus socios europeos, viendo fracasados sus proyectos de conquista a través de las guerras que desataron para adueñarse del petróleo de países como Irak e Irán, han cambiado de estrategia y, dejando a un lado el recurso de las armas, adelantan esa conjura para hacerse del vital elemento, organizando esos Foros auspiciados por los poderosos entes financieros y las empresas embotelladoras de agua. El mundo sabe bien que son ellos los que están detrás de de esos eventos, los responsables de su escasez y contaminación actual, causadas por su insaciable modelo consumista que dio paso al despilfarro y envenenamiento de las principales fuentes hídricas, ríos, lagos, arroyos y lagunas, convertidos en gigantescas cloacas, por efecto de los derrames petroleros y desechos industriales que además exterminan plantas y animales. Son los países industrializados, los cuales con las emanaciones de los gases tóxicos de los millones de fábricas y vehículos que operan en sociedades consumistas como la estadounidense que, a pesar de constituir menos de la quinta parte de la población mundial, consume la cuarta parte de los combustibles fósiles, han provocado el cambio climático, causa de fenómenos como el deshielo de los polos y sequías que han mermado las fuentes hídricas del planeta. Esta situación ha hecho que, llevados por la miseria humana de sus gobernantes que esgrimen los estandartes del capitalismo, sistema que como sentenció el Che, “bestializa al hombre”, cegados por la codicia y la ambición, utilicen a las embotelladoras para apropiarse en los países tercermundistas de sus fuentes y redes de distribución de agua, haciendo de su venta un negocio tan rentable como el de la industria del petróleo. Es en medio de ese caos, que ese elemento ha llegado a convertirse en “Oro Azul”, mediante un proceso ajeno a la química y al romántico sueño de los alquimistas, adquiriendo, a medida que aumenta su escasez y pasa el tiempo, más valor que el “Oro negro” que durante mas de un siglo, desató la ambición de las potencias e imperios que avasallaron pueblos para arrebatárselo, los mismos que hoy pretenden dominarlos robándoles el agua. Tienen planes -dijo Chávez en Manaos- “los imperios quieren infiltrarnos para adueñarse este inmenso pulmón vegetal, de este inmenso reservorio de riqueza que pertenece a nuestros pueblos”, refiriéndose a la Amazonía, el mayor reservorio de agua dulce y de biodiversidad del planeta, donde, junto con el “Oro azul” que abunda en sus caudalosos ríos, crecen millones de plantas y animales con propiedades medicinales y las más variadas especies de aves. Un poco más al sur, “en el ámbito de la cuenca del río Paraná, ocupando una superficie de alrededor de un millón 175 mil kilómetros cuadrados compartida por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay está el Acuífero Guaraní, considerado como el reservorio subterráneo de agua dulce más grande del planeta, con una reserva estimada entre los 50.000 y los 60.000 Km3 suficiente para satisfacer, -de acuerdo con los hidrólogos- a la población actual mundial, (6.300 millones) durante unos 200 años.” El Acuífero, como la Amazonía, es también objeto de la codicia de EEUU, que para adueñarse de esa riqueza hídrica, inventó hace pocos años, junto con la inteligencia sionista y de la UE, la existencia de una red de terroristas en la Triple Frontera, donde confluyen el Paraná y el Iguazú, habitada por un importante núcleo de comerciantes árabes, a quienes acusaron de “terroristas”, buscando una eventual intervención militar yanqui en la región. La acusación se ajustaba a los planes diseñados por los expertos del Pentágono, que ante los catastróficos efectos del calentamiento global, entre ellos la falta de agua, sugirieron a George W. Bush, “apropiarse de este recurso estratégico, allí donde esté, y cuando sea necesario.” Ahora y hace sólo unas semanas buscaban guerrilleros de las FARC en territorio paraguayo, esta vez, denunciados por los servicios de Inteligencia colombianos. Así, el mundo ha sido testigo, de cómo EEUU y Europa usan a esos consorcios, que no satisfechos con las grandes ganancias amasadas hasta ahora, se lanzan con más furia que antes a la conquista de nuevos mercados, usando métodos, recursos y políticas contrarios a la moral, en los que prevalece el maquiavélico principio de que el fin justifica los medios, llegando a usar sicarios para eliminar a quienes se oponen a sus criminales prácticas. Por ello, la Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, no titubeó al calificar el evento celebrado en México, como “una Garantía de Destrucción Ecológica Local y Global, y de Descomposición Social, denunciando al mismo tiempo a los financieros desarrollistas que afirman que: “Que las fuentes de agua pueden ser monopolizadas. Que el agua no es un bien común, -lo que internacionalmente se conoce como un common- sino un vulgar bien económico cualquiera, una mercancía más; y así, el derecho al agua es solo un problema de buen servicio; los derechos del agua son distributivos, no hay derecho de participación ciudadana o comunitaria en el reparto del agua. El agua es un bien escaso, pero con abundante oferta en la naturaleza.” La Declaración, recrea mas adelante un panorama de tragedia humana al describir en ese documento, algunas de las criminales prácticas del Desarrollismo financiero en el ámbito del agua, un “Yo Acuso” digno de ser consignado como prueba ante el Tribunal Internacional Penal adonde deberían ser llevados los autores de ese crimen de lesa humanidad, la cual destaca algunos de los anti valores que promueven quienes pretenden adueñarse del agua. “Con el advenimiento del desarrollismo en los asuntos del agua, -señala el documento- muere el sentido y el espíritu mismo de la conservación del agua limpia en los hogares, las industrias y los servicios, pero aún peor, nacen los estilos de vida actuales, caracterizados por el abuso y el despilfarro del agua y su envenenamiento; aparece la anticultura del abusivo bombear y descargar (pump and dump) de los ingenieros, de bombear el agua en grandes cantidades, de lejanos lugares y del inicuo descargar de excrementos y venenos industriales en grandes cantidades en cualquier arroyo, humedal, río, lago, laguna o mar.” “Con el advenimiento de tal desarrollismo y de una malentendida modernidad, -continúa- muere el respeto tradicional por el agua, muere la cultura del agua en el mundo entero: el agua se convierte en un vil objeto, tan trivial como la fría científica definición de H2O. El agua deja de ser sagrada en el mundo moderno.” Quienes pensaron que la codicia y ambición de esos que se lucran con la sed de los pueblos del planeta y que ahora piensan dominarlo, ya no por la fuerza de las armas que hasta ahora venían utilizando en sus guerras, se desilusionaron, porque en Estambul, confirmaron que prosiguen con sus planes genocidas, asegurando que podrán conquistarlo con el agua como vehículo de chantaje y de saqueo contra un mundo cada día más sediento. Han hecho sus planes en base a realidades y proyecciones científicas basadas en la estadística y en sombrías profecías que señalan al agua como causa de futuras guerras, y en conocimiento como están de que el “Oro Azul”, no abunda en sus naciones, las más ricas mundo, sino en los países pobres, pretenden arrebatársela a sus pueblos, muchos de ellos acuciados por la sed. En medio de ese contraste entre riqueza, lujo y derroche del Primer Mundo que hoy están llegando a su fin por la crisis económica, de principios y valores que lo está hundiendo, y la dignidad de la pobreza del Tercer Mundo, se registró este domingo en Estambul esa colisión histórica protagonizada por la codicia de un Imperio y sus aliados enfrentados a la voluntad y decisión de los pueblos de defender la vida que les da el agua y de ser libres y soberanos. Y seguirán combatiendo con más ímpetu que nunca, con Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador, al frente, para que a los 2 mil millones de seres humanos que hoy agonizan de sed les llegue la vida con el agua, y que los más de 4.000 millones que se estima en 2025 correrán la misma suerte, no la sufran, y desaparezca ese flagelo y demás plagas sociales que sembraron en la tierra la codicia y la ambición de un imperio y sus agentes traficantes de la muerte.

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