viernes, 5 de octubre de 2007

Mario Silva García arremete de nuevo

Eliécer Alvarado

Definitivamente, el trauma del señor Mario Silva García, en relación al gremio médico nacional, es congénito. De otra forma no se puede explicar cómo un conductor de un programa ícono de la defensa de la causa revolucionaria se preste al ataque sistemático a la calidad del acto médico del profesional formado en nuestras universidades.Desde su desafortunado programa del 13 de junio de 2007 cuando contrastó la calidad del acto médico cubano haciéndolo aparecer como mejor que el acto médico venezolano, tratando de crear animadversión hacia el médico venezolano y xenofobia por parte nuestra, los médicos venezolanos, hacia los médicos cubanos, no ha cesado en sus ataques.En su programa del 26 de septiembre de 2007 haciendo comentario de una supuesta mal praxis médica denunciada en su programa hace semanas atrás y en vista que la vida del paciente se encuentra en riesgo, ya, este, se adelantó a emitir juicio de valores como si se tratara de un juez. No ha ocurrido aún la muerte del paciente, ni una denuncia formal aún ante la vindicta pública y ya el señor Mario Silva García, sin ocultar el odio y desprecio que siente hacia el gremio médico nacional, está arengando para que se enjuicie a los médicos tratantes sin antes haber escuchado la exposición de la otra parte.Llama la atención que en ese mismo programa, el señor Mario Silva García, proyectó un video en donde los periodistas Roberto Giusti y Antonetti hacían críticas al Estado en relación a que cuando alguno de sus funcionarios - y pusieron como ejemplo los casos del progenitor del camarada Hugo Chávez y el ex canciller Alí Rodriguez Araque - enferman acuden a instituciones privadas y no públicas. Por supuesto, el señor Mario Silva García no tuvo argumentos para rebatir aquello como es su costumbre.El señor Mario Silva García no podía decir nada al respecto porque sabe que si cualquiera de los dos pacientes hubiese ingresado en un hospital público hubiese muerto; no por culpa de la mala calidad del acto médico de venezolanos, no, sino por falta de equipos para complementar los diagnósticos y para practicar los respectivos tratamientos; sino, pregúntenle al ex canciller en cuál hospital público le hubiesen insertado sus prótesis coronarias, ¿verdad que sí, señor Mario Silva García? Sin dejar de un lado, obviamente, el “maldito” confort y la “maldita” privacidad que brinda la “maldita y “mercantilista” medicina privada.Al principio de nuestro comentario, decíamos que el trauma del señor Mario Silva García en relación al gremio médico nacional es congénito y lo debe ser porque se siente mal; muy mal; frustrado, porque su nacimiento, así lo asumimos, lo asistió un médico venezolano y no un cubano.Señor Mario Silva García, los actos de mal praxis médica, los hay en esta y en todas las sociedades; no sólo en instituciones públicas como en el caso que denuncia, también en clínicas privadas; por tanto, deje que los afectados ejerzan sus acciones legales; están en su derecho; deje que los organismos jurisdiccionales impartan la justicia; es su deber; lo que sí es una “cochinada” – le repito, palabra suya – es que usted siga empeñado en sembrar odio hacia el profesional de la medicina venezolana.¡Si tiene oídos, oiga!
(*)Médico
elieceralvarado@cantv.net

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