El llamado a la unidad por parte del Presidente, pese al documento de las 45 organizaciones de base revolucionarias que dieron cuenta de su inconformidad sobre el alcance de la administración política en los emporios económicos en la región, templa una vez más las directrices en el oficialismo.
“Yo creo que el documento sí influyó en que el Presidente se dirigiera al pueblo de Guayana porque hay mucha gente incómoda y no es lo que se está buscando en este momento”, afirma el secretario político del Partido Comunista de Venezuela en el estado Bolívar Oswaldo Ramos, no sin antes reiterar “la necesidad histórica de la reelección”.
“Nuestra posición pública se mantiene. No hay nadie serio en esta región que pueda refutar con argumentos sólidos lo que nosotros estamos planteando en ese remitido. Nuestro papel aquí es alertar al pueblo venezolano, al presidente Chávez”, reitera una de las voceras electas del control obrero en CVG Venalum, Yasmín Chaurán.
Nadie asegura que lo haya leído. Tampoco si influyó en su pronunciamiento. Lo cierto es que no habían pasado 24 horas desde que se publicó aquel comunicado, cuando el presidente de la República, Hugo Chávez, se dirigió a los trabajadores de Guayana:“Yo creo que el documento sí influyó en que el Presidente se dirigiera al pueblo de Guayana porque hay mucha gente incómoda y no es lo que se está buscando en este momento”, afirma el secretario político del Partido Comunista de Venezuela en el estado Bolívar Oswaldo Ramos, no sin antes reiterar “la necesidad histórica de la reelección”.
“Nuestra posición pública se mantiene. No hay nadie serio en esta región que pueda refutar con argumentos sólidos lo que nosotros estamos planteando en ese remitido. Nuestro papel aquí es alertar al pueblo venezolano, al presidente Chávez”, reitera una de las voceras electas del control obrero en CVG Venalum, Yasmín Chaurán.
“Hice unos movimientos allí (en Alcasa), en la alta directiva, y pido apoyo y unidad y conciencia patriótica a toda la clase obrera de las empresas de Guayana”.
“Yo estoy con ustedes. Con diferencias que podamos tener de enfoque, de aquí, de allá… no importa. Lo único que tiene que unirnos es la honestidad, el compromiso y el trabajo”, sugirió a través de un contacto vía telefónica desde La Habana (Cuba).
Fue el jueves en la tarde cuando 45 organizaciones políticas y sociales publicaban un remitido que, más que un planteamiento, era una crítica argumentada sobre la gestión del gobierno regional. Una alerta al Presidente sobre la llamada “derecha endógena”, a la que acusan de no luchar por el verdadero socialismo.
En menos de 24 horas, las palabras de Chávez echarían por tierra aquel comunicado, legitimando con ello las estructuras largamente criticadas por el grupo de organizaciones que, a pesar de las diferencias, siguen siendo fieles al “proceso revolucionario”.
“Nuestra posición pública se mantiene. Nuestros argumentos están a la vista de todos los guayaneses. No hay nadie serio en esta región que pueda refutar con argumentos sólidos lo que nosotros estamos planteando en ese remitido. De manera que eso es una realidad”.
“Nuestro papel aquí es alertar al pueblo venezolano, al presidente Chávez, y a todo el Gobierno de que en Guayana hay un movimiento popular que lucha a favor del control obrero y del Plan Guayana Socialista, y todo lo que conspire contra eso tenemos que confrontarlo”, reafirmó una de las voceras electas de CVG Venalum, Yasmín Chaurán.
La crítica de los colectivos de base y la aparente desestimación de sus observaciones por parte del Gobierno, no sólo hace volver a emerger la teoría de la antidemocracia en las filas gubernamentales, sino la del carácter mesiánico de un proceso en el que, a pesar de los cuestionamientos, mantiene firme a su militancia.
Amor crítico
El Partido Comunista de Venezuela (PCV) es otra de las organizaciones firmantes del remitido. A diferencia de Chaurán, Oswaldo Ramos -secretario político del partido en el estado Bolívar- cree que Chávez sí leyó el comunicado y que su pronunciamiento busca hacer entender a los remitentes que sí hay posibilidades de ser escuchados.
“Yo creo que el documento sí influyó en que el Presidente se dirigiera al pueblo de Guayana porque hay mucha gente incómoda y no es lo que se está buscando en este momento”, puntualizó, para luego recalcar la postura del colectivo ante el regente de Miraflores:
“En ningún momento desconoce el liderazgo del Presidente y la necesidad histórica de la reelección del presidente Chávez”.
Oídos sordos
Para Henry Henríquez, doctor en Derecho Público y especialista en Políticas Públicas, el pronunciamiento de estas 45 organizaciones evidencia la falta de diálogo entre los factores políticos que acompañan al Presidente. Organizaciones que luego de 13 años de gobierno exigen ser escuchadas. “Es interesante que pase eso, porque a final de cuentas lo que están pidiendo es democracia”.
Afirma que esta situación es muy similar a lo que sucede dentro de un partido político, en el que a pesar de las coincidencias en el objetivo, las discrepancias surgen al plantearse las formas de alcanzarlo.
- Frente a eso Chávez pide lealtad y unidad, algo que no figuraba en discurso desde hace un tiempo ¿a qué crees que se deba?
- Yo creo que se debe a una crisis y esa crisis es la resultante de conjugar gobierno con partido, lo cual encierra un problema muy serio. Cuando tú conviertes al partido en gobierno, y además con unas características bien autocráticas como las que conocemos, evidentemente se van a generar unas diferencias tremendas a lo interno.
En un partido político es normal que haya pensamientos diferentes, que haya solicitudes de más participación, pero cuando la directriz proviene de un gobierno que se maneja como el mismo partido, entra en contradicción con el artículo 2 de la Constitución Nacional, que preconiza el pluralismo político. Ahí vienen las luchas por el poder y la participación.
Yo también, por favor
Sobre este último punto, Henríquez cree que los colectivos han entendido que la participación debe ser un ejercicio real de derecho y no un decreto gubernamental. “La participación es un derecho humano, en consecuencia no puede ser regulada por el Estado, porque es anterior al Estado mismo”.
“El Gobierno dice: ‘Vas a participar en tanto y en cuanto yo quiera, haciendo lo que yo quiera’. Eso lo que está generando el que el Gobierno caiga en una trampa ¿y la trampa cuál es? que no puedes tener una contención para que la gente participe como tú quieras. Eso hace que los colectivos opinen y se sientan frustrados al ver que han pasado 13 años y que no ha habido cambios sustanciales”, argumentó.
- ¿Cómo crees que pueda incidir esta frustración en un resultado electoral para el 7 de octubre?
- En primer lugar, el Presidente de la República es para sus seguidores una especie de tótem, que como tal hay que serle fiel y además no tiene la culpa. El tótem siempre genera unos niveles de lealtad porque está dentro del ámbito de las creencias.
Por eso una cosa es generar críticas y otra que seas desleal. Ese manejo afectivo-religioso en su momento va a ser eficiente. No creo que todo este escarceo interno vaya a hacer que las personas voten en contra de Chávez, porque ya tienen una formación y son creyentes absolutos del Presidente.
Distinto sería si el Presidente no fuera el candidato, porque en ese caso ya no habría llamado a la lealtad. El PCV, por ejemplo, está bien formado en el ámbito de su ideología, es gente seria y que hace críticas muy interesantes y muy frontales al chavismo. Sin embargo, sí hay algo en lo que no ceden, que es en su apoyo al proceso. ¿Y por qué no ceden? Porque al final de cuentas todo se trata de mantener el poder. No importa cuánto tarde el cambio que propugnes, pero mientras tengas el poder tienes más opciones de cambio a que no lo tengas.
Por el bien mayor
Henríquez sustenta su postura en la teoría del mal menor y el bien mayor. En este caso, el bien mayor sería la obtención y conservación del poder, en las que los grupos críticos, como último vástago en la cadena de beneficiarios, tendrían que soportar males menores como la corrupción, la lentitud de los procesos, e incluso su propia exclusión. Todo sea por conservar el poder.
- Estos grupos críticos del Gobierno han afirmado que su lucha no es por el poder, sino por la participación.
- Porque están convencidos de que la única forma de que puedan participar es a través de un gobierno que ideológicamente les sea similar.
- ¿Por eso van a seguir votando por Chávez?
- Absolutamente. El chavismo duro no tiene más opción porque el camino ya lo tiene predeterminado. En consecuencia, es una ingenuidad tremenda pretender que estos colectivos van a votar en contra de Chávez.
- ¿Entonces por qué pide lealtad?
- El reclamo a la lealtad no es un ruego del Presidente, es un recordatorio.
Así se esboza el retrato del poder en Venezuela. Un chavismo divergente en sus posturas, pero fiel a su líder. Un sistema con fronteras difusas entre Estado, partido y Gobierno, en los que la verticalidad se justifica con la idea del rigor disciplinario; ese que, en teoría, debe caracterizar a los “revolucionarios”.
Un status quo que, en resumidas cuentas, se explica por sí solo a través de su máximo lema: “Con Chávez, todo. Sin Chávez, nada”.
De la izquierda para la izquierda
En su Contribución a la crítica de la economía política (1859), Karl Marx esboza el esquema de una sociedad basado en dos elementos claves: la estructura y la superestructura social.
La estructura social se refiere a los hechos y procesos productivos que sustentan la economía de una sociedad. La superestructura social es todo el componente ideológico que controla, regula, mantiene e incluso justifica los procesos productivos en la sociedad.
Aplicando esta teoría a la situación actual del chavismo, puede verse que la estructura de la militancia -caracterizada por su verticalidad y su “disciplina revolucionaria” al momento de cumplir órdenes- origina una superestructura que justifica que, en muchos casos, toma en cuenta las críticas y las opiniones de los colectivos de base.
La justificación está en la orden misma del máximo líder: “un revolucionario debe ser disciplinado”, llegó a decir el Presidente en los albores del PSUV; esto sin contar las frases que paulatinamente se han venido insertando en la política del partido de gobierno: “Vamos a esperar las órdenes del Comandante”, “Comandante, ordene”.
La estructura social se refiere a los hechos y procesos productivos que sustentan la economía de una sociedad. La superestructura social es todo el componente ideológico que controla, regula, mantiene e incluso justifica los procesos productivos en la sociedad.
Aplicando esta teoría a la situación actual del chavismo, puede verse que la estructura de la militancia -caracterizada por su verticalidad y su “disciplina revolucionaria” al momento de cumplir órdenes- origina una superestructura que justifica que, en muchos casos, toma en cuenta las críticas y las opiniones de los colectivos de base.
La justificación está en la orden misma del máximo líder: “un revolucionario debe ser disciplinado”, llegó a decir el Presidente en los albores del PSUV; esto sin contar las frases que paulatinamente se han venido insertando en la política del partido de gobierno: “Vamos a esperar las órdenes del Comandante”, “Comandante, ordene”.
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