Mariadela Linares
Las cosas que suceden aquí, y de las cuales se vale la oposición para perpetrar atentados contra el periodismo y convertir las noticias en basura, cada día sorprenden más.
Hasta donde nos alcanza el entendimiento, el magistrado Aponte Aponte fue destituido de su cargo por su presunta vinculación en el oscuro caso de los hermanos Makled, acusados, entre otras pequeñeces, de homicidios y narcotráfico. Casi nada.
El hoy fugado juez, al parecer acreditó, dio y recibió favores del siniestro entramado carabobeño. Por esa razón huyó del país, se refugió en Costa Rica y desde allí recibió la cola en un avioncito de la DEA, que lo fue a recoger para hacerle la merced de llevarlo a Estados Unidos, a declarar cualquier cosa que ellos le dicten y que perjudique a Chávez a cambio probablemente de residencia en el “paraíso americano”. Súbitamente, Aponte dejó de ser un vergonzoso exponente de esas sanguijuelas enquistadas en muchos espacios públicos, para convertirse en un preciado trofeo en manos de un gobierno empeñado en convertirnos en campo de sus lucrativas batallas. Eso es insólito. De buscado, el acusado pasó a ser acusador.
Por supuesto, el teatro incluye entrevistas donde se señalan nombres cercanos a Chávez, transmitidas por el canal de costumbre, realizadas por periodistas también identificados con las afecciones políticas que padece ese medio, difundidas gracias a la colaboración de otros corruptos igualmente en fuga. Es la propia cadena de bandidos enlazados en la causa común de verle el hueso al mandatario venezolano. En otras palabras, la carroña y los zamuros que la circundan, reunidos en el Norte para montar una nueva versión de la campaña anti-Venezuela.
La noticia no es lo que Aponte Aponte hizo durante su nefasta gestión como magistrado del TSJ. Ni siquiera la sanción a quienes promovieron su nombre para ese cargo, ni la ligereza con que se nombró. No. La hecatombe supuesta, presunta y ridícula, es lo que el hombre dice detrás de las faldas del Departamento de Estado. ¿No era acaso presumible que si la DEA lo recogió en Costa Rica, obviamente el tipo se fue con un guión bajo el brazo? ¿Y que el libreto probablemente diga que aquí no sólo se trafica con droga, sino que Irán tiene sus laboratorios de armas nucleares en Barinas, que Al Qaeda y los talibán operan ya no sólo en Nueva Esparta, sino en todo el Oriente del país, y que las Farc controlan el Occidente? Todo eso y más lo va a decir Aponte Aponte ahora en su condición de protegido.
Lo patético, porque no cabe otra palabra, es leer a los mismos diputados oposicionistas prestos a agarrarse de cualquier mango bajito, principalmente ese que saltó la talanquera de un extremo a otro, “escandalizadísimos” con los señalamientos de Aponte. Uno les ve la cara y piensa que casi se creen el cuento.
Esta nueva pieza del montaje gringo contra nosotros no está dirigida al público local, porque saben que aquí la gente dejó de ser pendeja hace rato. No. Va dirigida a los países hermanos, a los miembros de la ONU, de la OEA, a la comunidad internacional y a su propia gente, para alertarles y acostumbrarles el oído a la idea de que tarde o temprano vendrán por nosotros. Así han operado siempre.
Mlinar2004@yahoo.es
Las cosas que suceden aquí, y de las cuales se vale la oposición para perpetrar atentados contra el periodismo y convertir las noticias en basura, cada día sorprenden más.
Hasta donde nos alcanza el entendimiento, el magistrado Aponte Aponte fue destituido de su cargo por su presunta vinculación en el oscuro caso de los hermanos Makled, acusados, entre otras pequeñeces, de homicidios y narcotráfico. Casi nada.
El hoy fugado juez, al parecer acreditó, dio y recibió favores del siniestro entramado carabobeño. Por esa razón huyó del país, se refugió en Costa Rica y desde allí recibió la cola en un avioncito de la DEA, que lo fue a recoger para hacerle la merced de llevarlo a Estados Unidos, a declarar cualquier cosa que ellos le dicten y que perjudique a Chávez a cambio probablemente de residencia en el “paraíso americano”. Súbitamente, Aponte dejó de ser un vergonzoso exponente de esas sanguijuelas enquistadas en muchos espacios públicos, para convertirse en un preciado trofeo en manos de un gobierno empeñado en convertirnos en campo de sus lucrativas batallas. Eso es insólito. De buscado, el acusado pasó a ser acusador.
Por supuesto, el teatro incluye entrevistas donde se señalan nombres cercanos a Chávez, transmitidas por el canal de costumbre, realizadas por periodistas también identificados con las afecciones políticas que padece ese medio, difundidas gracias a la colaboración de otros corruptos igualmente en fuga. Es la propia cadena de bandidos enlazados en la causa común de verle el hueso al mandatario venezolano. En otras palabras, la carroña y los zamuros que la circundan, reunidos en el Norte para montar una nueva versión de la campaña anti-Venezuela.
La noticia no es lo que Aponte Aponte hizo durante su nefasta gestión como magistrado del TSJ. Ni siquiera la sanción a quienes promovieron su nombre para ese cargo, ni la ligereza con que se nombró. No. La hecatombe supuesta, presunta y ridícula, es lo que el hombre dice detrás de las faldas del Departamento de Estado. ¿No era acaso presumible que si la DEA lo recogió en Costa Rica, obviamente el tipo se fue con un guión bajo el brazo? ¿Y que el libreto probablemente diga que aquí no sólo se trafica con droga, sino que Irán tiene sus laboratorios de armas nucleares en Barinas, que Al Qaeda y los talibán operan ya no sólo en Nueva Esparta, sino en todo el Oriente del país, y que las Farc controlan el Occidente? Todo eso y más lo va a decir Aponte Aponte ahora en su condición de protegido.
Lo patético, porque no cabe otra palabra, es leer a los mismos diputados oposicionistas prestos a agarrarse de cualquier mango bajito, principalmente ese que saltó la talanquera de un extremo a otro, “escandalizadísimos” con los señalamientos de Aponte. Uno les ve la cara y piensa que casi se creen el cuento.
Esta nueva pieza del montaje gringo contra nosotros no está dirigida al público local, porque saben que aquí la gente dejó de ser pendeja hace rato. No. Va dirigida a los países hermanos, a los miembros de la ONU, de la OEA, a la comunidad internacional y a su propia gente, para alertarles y acostumbrarles el oído a la idea de que tarde o temprano vendrán por nosotros. Así han operado siempre.
Mlinar2004@yahoo.es
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