Marcha Patriótica
Con convicción y firmeza, partiendo de los más distantes puntos de la geografía nacional ha confluido en la ciudad de Bogotá la Marcha de la Esperanza, la Alegría y la Dignidad. Desde las sierras, los llanos, el piedemonte y la costa, nos hemos dado cita más 1700 organizaciones que con espíritu deliberativo y constructivo hoy avanzamos un paso más en la edificación de la Segunda y Definitiva Independencia. En la más profunda hermandad y solidaridad de los pueblos que luchan por soberanía y autodeterminación, delegados y delegadas de América Latina, Europa, Australia y Norte América, han acompañado solidariamente la realización del Consejo Patriótico Nacional, que de manera decidida declara:
Con convicción y firmeza, partiendo de los más distantes puntos de la geografía nacional ha confluido en la ciudad de Bogotá la Marcha de la Esperanza, la Alegría y la Dignidad. Desde las sierras, los llanos, el piedemonte y la costa, nos hemos dado cita más 1700 organizaciones que con espíritu deliberativo y constructivo hoy avanzamos un paso más en la edificación de la Segunda y Definitiva Independencia. En la más profunda hermandad y solidaridad de los pueblos que luchan por soberanía y autodeterminación, delegados y delegadas de América Latina, Europa, Australia y Norte América, han acompañado solidariamente la realización del Consejo Patriótico Nacional, que de manera decidida declara:
Anunciamos a las gentes del común y al pueblo colombiano, en general, así como a la comunidad internacional, que durante los días 21 y 22 de abril de 2012 nos hemos encontrado para constituir el Movimiento político y social Marcha Patriótica, con el propósito de contribuir a producir el cambio político que requiere nuestro país, superando la hegemonía impuesta por las clases dominantes, avanzar en la construcción de un proyecto alternativo de sociedad y al logro de la segunda y definitiva independencia. Precisamente en momentos en los que el capitalismo se encuentra en una de sus más grandes crisis, mostrando sus cada vez más evidentes límites históricos.
Marcha es el lugar de encuentro de múltiples procesos de organización, resistencia y lucha que han decidido hacer suyo el ejercicio de la política y aspira a ser una expresión organizada del movimiento real de las resistencias y luchas de las gentes del común y de los sectores sociales y populares que cotidianamente en todos los rincones del país, en forma heroica y pese a las adversidades, actúan por una patria grande, digna y soberana.
Pese a que el gobierno de Santos se ha empeñado en aparecer como renovador y modernizante, en Marcha consideramos que éste es representativo de una continuidad en el proyecto hegemónico y de intentos de reacomodos en el bloque en el poder precisamente para garantizar esa continuidad. Sin dejar de percibir conflictos y diferencias entre las facciones que conforman dicho bloque, promovidos por los sectores más guerreristas y ultraderechistas, ligados al narcoparamilitarismo, no se aprecia –más allá de la retórica- el surgimiento de nuevas condiciones que permitan afirmar que se está en camino de superar las estructuras autoritarias, criminales, mafiosas y corruptas que caracterizan el régimen político colombiano. Tendencias recientes de los desarrollos legislativos en diversos campos parecen más bien reforzar el manto de impunidad que ha prevalecido en el país, buscan institucionalizar el ejercicio de la violencia contra la población, al tiempo que pretenden perseguir y criminalizar la protesta y la movilización social.
El gobierno de Santos ha venido profundizando el proceso de neoliberalización de la economía y de la sociedad iniciado hace más de dos décadas. Ese continuismo favorece esencialmente al capital financiero transnacional y a los grandes grupos económicos que, pensando exclusivamente en su afán de lucro, han impuesto un modelo económico empobrecedor. Tal modelo ha desindustrializado el país, sumido la producción agrícola y, en especial, la producción de alimentos en una profunda crisis, propiciado una terciarización precaria, estimulado al extremo la especulación financiera, y promovido -sobre todo durante la última década- la explotación intensiva de nuestra riqueza en hidrocarburos, minerales y fuentes de agua, acompañándola de la producción de agrocombustibles, de explotación forestal y de megaproyectos infraestructurales. En desarrollo de este modelo, se ha diseñado todo un andamiaje jurídico-institucional y militar para proteger los intereses del gran capital, el cual se ha venido perfeccionando durante el actual gobierno a través de múltiples reformas de alcance constitucional y legal. La entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y de otros tratados de similar contenido es una buena manifestación de ello.
Este modelo económico ha conducido a una creciente degradación de la soberanía, a una mayor concentración y centralización de la riqueza, a la desigualdad social en aumento, a la precarización y pauperización del trabajo, a la depredación socioambiental, así como a la continua apropiación de riqueza social y de los frutos del trabajo mediante el despojo y el desplazamiento forzado de la población. También ha propiciado una mercantilización extrema y profunda de toda la vida social. Asimismo, se ha constituido en fuente de apropiación de dineros públicos, mediante el despliegue generalizado de estructuras corruptas.
En Marcha Patriótica señalamos la necesidad de producir un cambio político en el país que siente las bases para la derrota del actual bloque hegemónico de poder y genere las condiciones para las transformaciones estructurales económicas, políticas, sociales y culturales que demandan las gentes del común y el pueblo colombiano en general. Marcha pone su acumulado y sus proyecciones al servicio de ese propósito, llama a la más amplia unidad del pueblo colombiano y, en especial, a los diferentes procesos sociales y populares existentes tales como el Polo Democrático Alternativo y otros partidos y organizaciones políticas de la izquierda, el Congreso de los Pueblos, la Minga Social e Indígena, la Coordinadora Nacional de Movimientos y Organizaciones Sociales y Políticas, el COMOSOC, la MANE, así como a las demás fuerzas políticas, económicas y sociales que así lo consideren, a la construcción de acuerdos programáticos que permitan avanzar hacia la superación del modo de vida y de producción imperante en el país, a la transformación estructural del Estado, de la economía y de la cultura.
En Marcha Patriótica manifestamos la decisión política de luchar por un nuevo modelo económico, de Estado y de sociedad, que posibilite la transformación estructural del modo de vida y de producción, permita garantizar y materializar los derechos humanos integrales, dignificar y humanizar el trabajo, reparar integralmente a las víctimas de la violencia y terror estatal y paramilitar, organizar democráticamente el territorio, realizar reformas agraria y urbana integrales, emprender las correspondientes transformaciones socioculturales, dignificar el arte y la cultura, luchar por un nuevo orden internacional basado en los principios de la soberanía, la no intervención, la autodeterminación y el internacionalismo de los pueblos, y contribuir a la integración de Nuestra América. Todo ello, en dirección a la construcción de un proyecto alternativo que supere la prevaleciente organización capitalista de la sociedad. Marcha Patriótica se compromete al desarrollo de su plataforma programática con la más amplia participación de las gentes del común y, en general, de los sectores sociales y populares. Para lograr ello, llevará a cabo los Cabildos abiertos.
En la coyuntura actual, en atención a las dinámicas de las luchas, así como a las tendencias de política gubernamental en curso, Marcha Patriótica considera de vital importancia y de suma urgencia lograr acuerdos entre los diferentes procesos políticos y organizativos del campo popular, así como con las demás fuerzas políticas económicas y sociales interesadas, para enfrentar en lo inmediato y construir alternativas relacionadas con la política de tierras, la defensa del territorio, la reivindicación del trabajo, la educación superior, la salud y la seguridad social, y los tratados de libre comercio, entre otros. En todos los casos se trata de juntar esfuerzos y de avanzar en la construcción de acumulados hacia la movilización como principal vía del accionar colectivo y tendientes a la realización de un gran Paro Cívico Nacional.
Pese a una retórica gubernamental que con alguna intermitencia señala considerar la necesidad de la paz para nuestro país, todo indica que tal propósito es concebido en términos de una solución militar, a la que presionan, además, en forma continua y con persistencia, los sectores militaristas y de ultraderecha. La actual política contrainsurgente se fundamenta en un creciente intervencionismo militar extranjero con el que, además de pretender inducir un cambio en el balance estratégico de la guerra, se responde a los intereses geopolíticos y económicos del imperialismo estadounidense para garantizar el acceso a recursos estratégicos, proteger las inversiones trasnacionales y contener cualquier amenaza frente a esos propósitos, sea ésta de movimientos sociales o insurgentes, o de Estados soberanos en la región.
La política de la solución militar encuentra su actual expresión en la Plan Espada de Honor, que se une a otras experiencias del pasado reciente, inscritas todas ellas dentro del Plan Colombia y sus diferentes fases de ejecución. Con ella se busca la rendición y la desmovilización de la insurgencia. La experiencia de nuestro país durante los últimos cincuenta años enseña, no obstante, que propósitos similares no han sido más que empresas fallidas, que le han terminado imprimiendo nuevas dinámicas y formas de expresión a la confrontación. Y no puede ser de otra manera, dadas las raíces históricas y la naturaleza política, económica y social del conflicto colombiano, así como la dinámica específica de una guerra irregular y asimétrica.
Una prolongación indefinida del conflicto social y armado, además de lo que ello representa en términos del sufrimiento de la población y del continuo aumento de los gastos para la guerra que bien pudieran ser destinados para atender las necesidades de las gentes del común, conduce a la peligrosa militarización de la vida política, económica, social y cultural. Marcha Patriótica manifiesta su compromiso ético y político con la búsqueda de una solución política al conflicto social y armado. En consideración a que ésta debe ser apropiada socialmente, Marcha manifiesta su decisión de impulsar procesos constituyentes regionales y locales por la solución política y la paz con justicia social, tendientes hacia la realización de una Asamblea Nacional. Asimismo, propone a todas las fuerzas políticas, económicas y sociales aunar esfuerzos para transitar caminos que permitan hacer realidad los anhelos de paz de las gentes del común y del pueblo colombiano en general. Ello podría tener una expresión inicial en la realización de un encuentro nacional por la solución política y la paz con justicia social.
Marcha presenta su saludo solidario a todas las movilizaciones, resistencias, y luchas populares; manifiesta su compromiso de acompañarlas, hacerlas suyas y participar activamente en ellas. Saluda igualmente a todos los hombres y mujeres que, en campos y ciudades, entregan lo mejor de sus vidas para contribuir al buen vivir de las clases subalternas, oprimidas y explotadas. Llama la atención sobre la situación de los prisioneros de guerra, y manifiesta su solidaridad con los prisioneros políticos y de conciencia. Asimismo, declara su vocación internacionalista y su irrestricto apoyo a todos los luchadores y luchadoras que en el mundo y en Nuestra América buscan la superación del modo de vida y de producción impuesto por el capitalismo.
En Marcha hemos llegado las y los patriotas para afirmar la existencia de sueños colectivos; para trazar rutas de dignidad; para abrir puertas de esperanzas realizables. Siguiendo el legado de las y los libertadores de la Primera Independencia y de los luchadores populares de las resistencias en nuestra nación, somos participes de este nuevo capítulo en la historia que habrá de forjarse en la más amplia unidad popular. Salimos convencidos y convencías que el sueño no solamente existe, sino que se hace realizable en el trabajo colectivo de cada organización y en la propuesta colectiva que seguimos construyendo. Entregamos al país este aporte de esperanza decidida, invitando a marchar, a caminar, a luchar y a construir.
¡A marchar por la solución política!
¡A marchar por la soberanía y la integración de los pueblos!
¡A marchar por la unidad popular por la Segunda y definitiva independencia!
Bogotá 22 de Abril.
prensalibrecauca@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario