miércoles, 25 de mayo de 2011

William Izarra afirma que hay dirigentes que utilizan el socialismo “como un eslogan” “La dirección nacional del PSUV, si tiene conciencia revolucionaria, debería renunciar”


El exViceministro de Relaciones Exteriores certifica que las cátedras de formación política que ofrece se basan en tres ejes a los que él califica de “prioritarios”: difundir ideología, investigar y formar cuadros políticos para la generación de conceptos que contribuyan con el fortalecimiento de la ideología socialista.

Oswaldo López Martínez
A lo interno del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hacen vida dos corrientes que debaten cuáles son los mecanismos, políticamente correctos, para la selección de aspirantes a cargos de elección popular. Un grupo se inclina por el proceso de cooptación (escogencia interna de personas para asumir una determinada responsabilidad) mientras que el otro bando hace lo propio con las elecciones primarias.
El exteniente coronel de la Aviación, en situación de retiro, William Izarra confiesa –en entrevista exclusiva para el quincenario LA CUMBRE– ser partidario de que quienes hayan sido seleccionados por un grupo, sin tomar en cuenta la posición de la militancia pesuvista, deben prescindir de sus responsabilidades “como un gesto revolucionario”.
“Yo diría, inclusive, que la dirección nacional, si tiene conciencia revolucionaria, tiene que de inmediato dejar esos cargos libres y darle la oportunidad a las bases(…) He recibido denuncias de revolucionarios que se quejan, y hasta lloran, porque ahora son subalternos de quienes antes eran adecos, copeyanos y ahora están dentro del PSUV como autoridades”, acota.
Izarra carga en contra de ciertas desviaciones y vicios evidenciados, según él, en algunos dirigentes de la tolda roja (sin mencionar a quiénes se refería), confirmados, por lo demás, en las Cinco Líneas Estratégicas de Acción Política. “El partido sigue siendo una estructura reformista, cuarta republicana, coercitiva, asimétrica, que impone, que anula; no te permite que tú desarrolles tu pensamiento; te liquida desde el punto de vista de la creación política”.

–¿Usted participa, de alguna manera, en el tema de la formación política-ideológica en la dirección del PSUV?
–Fíjate en una cosa: a mí la dirección nacional del PSUV nunca me ha convocado para nada; al igual que nunca me ha censurado, por lo menos directamente, tampoco me ha convocado.
La elaboración política-ideológica o los modelos conceptuales que yo utilizo son producto de mis reflexiones, de mis análisis y de mis estudios; desde este punto de vista puede haber, o no, coincidencia con la línea ideológica del partido. En todo caso, el desarrollo que yo vengo elaborando responde a una reflexión profunda sobre la relación que se hace de las realidades y la interpretación de las variables que te permiten, entonces, definir el escenario actual.
–Pero es sabido que en el seno del PSUV la toma de decisiones se consultan en asambleas donde participa la dirigencia y, en muchos casos, la militancia. Sin embargo, usted dice que la línea ideológica de sus cátedras es producto de investigaciones propias, ¿no será por esta razón que el partido no le ha llamado?
–Yo siempre planteo el torbellino de ideas. Es decir, la toma de decisiones no está sustentada en un hombre; sería todo lo contrario a lo que yo vengo promoviendo como centro de formación ideológica: promover la unidad del poder popular y la participación del colectivo para la toma de decisiones (…) No trato de ser un poseedor de la verdad, más bien trato de ser humilde en ese aspecto. 
Yo lo que tengo es un conjunto de conocimientos y los expongo, y si alguien aquí hace una crítica negativa para incrementar o mejorar mi posición, entonces bien bueno será…
DEL DICHO AL HECHO…
El también profesor de la Universidad Central de Venezuela asegura creer en el liderazgo del presidente Hugo Chávez. Sus observaciones –arguye– le han llevado a la conclusión de que el Jefe de Estado “va por el lado correcto”, mientras, considera, que algunos mandos en el partido de gobierno se inclinan hacia tesis que evaden los cambios radicales, los cuales, a su juicio, edificarán los pilares de una revolución socialista.   
“Cuando vemos que todavía se consolidan los poderes de gobiernos regionales, basados en clientelismo, vemos que hay un estancamiento ideológico y hay un retroceso político. Por eso digo que la revolución es un proceso de eslogan para quienes practican el clientelismo; en vez de darle conocimiento, luces y permitir que las comunidades, por la vía del conocimiento, de la educación y de la propia elaboración de sus propios conceptos que requieren para la práctica, se eleven y se emancipen. Hay quienes asumen la revolución como un eslogan: ‘yo, fulano, el que más ha hecho por este estado’, entonces colocan al pueblo en esa condición de clientelismo”.
“Yo veo al Presidente Chávez con mucha claridad ideológica, pero en la ejecución de las líneas que se requieren para que eso se materialice, por la omisión, por negligencia por pérdida de la perspectiva de algunos dirigentes, hacen que la revolución siga siendo un eslogan”
–¿Es decir que usted cree que el presidente Chávez dirige las políticas hacia un lado, mientras que algunas instituciones, bajo el control de la revolución, van hacia otro rumbo que se aleja del socialismo?
–¡Yo sí lo creo! A lo mejor está generalidad no es justa, pero yo no he visto todavía consecuencia de algunos gobiernos regionales y locales con las líneas del presidente Chávez. Yo tampoco quiero parecer un pesimista, sólo quiero precisar, desde el punto de vista conceptual, lo que yo observo del proceso revolucionario. Yo creo que ya es hora de que alguien se levante y asuma, a nivel de los gobiernos regionales, la vocería y le pregunte al pueblo: “ustedes, comunidad, qué es lo que hay que hacer. Yo rindo cuentas, ¿qué requieren?”
–Usted comenta que existen debilidades tanto en lo organizativo y más aún en lo ideológico. Ahora, según su criterio, ¿qué se puede aportar para cambiar esta situación?
–Fíjate, a lo mejor parece muy simplista pero es lo que yo sostengo: En la medida que tú elevas conciencia por el estudio, por la reflexión, por la enseñanza, por la elaboración intelectual, en esa medida tú conoces por qué vas a luchar y te revistes de una coraza ética para no caer en desviaciones ni en corrupción. Esa coraza te da los suficientes elementos para la acción revolucionaria (…) para entender el proceso, para defenderlo, para restar cada vez más a la contrarrevolución y para creer realmente en la vía revolucionaria.
–Dentro de todo proceso político existen fallas, pero más allá de ellas ¿cuál es la fortaleza que se observa en la Revolución Bolivariana?
–Yo considero que la presencia de un líder como Hugo Chávez es una fortaleza, desde el punto de vista de la claridad, para indicar hacia dónde debe ir el proceso revolucionario. Chávez es una fortaleza por su postura antiimperialista…

–Hay personas identificadas con la izquierda que afirman ser revolucionarios, mas no chavistas, ¿usted cómo se define?
–Me defino chavista. Yo sí creo en Chávez porque es un factor indispensable para continuar la senda de esta revolución (…) Para que se pueda profundizar este proceso, cosa que, aclaro, no va depender únicamente de Hugo Chávez. Es necesaria la capacidad del conocimiento, del estudio y del estímulo de la conciencia por parte de los grupos de base y de los colectivos organizados...

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