sábado, 6 de febrero de 2010
La conspiración contra Chávez es parte de una constante histórica
Hernán Mena Cifuentes
Después de hibernar durante algún tiempo lamiéndose las heridas de sus fracasos, la bestia del golpismo ha despertado de nuevo en Venezuela, y acompañada de las crías de su última camada, grupos de estudiantes contrarrevolucionarios, desata nuevamente su odio visceral contra la Revolución Bolivariana y su líder, matando e incendiando con marchas y guarimbas, pueblos y ciudades.
Piensan, como su amo, que desde Washington planifica y ordena cada uno de sus actos, que con esta nueva espiral de violencia, llevarán al país al caos, como lo hicieron el 11-A, cuando en un cruento golpe de Estado derrocaron al comandante y presidente Hugo Chávez Frías, quien, como resultado de una gesta sin precedentes en la historia, fue restaurado en el poder 47 horas después por el pueblo y la fuerza armada leal.
En aquella oportunidad, el mandatario en hermoso gesto de magnanimidad perdonó su crimen, pero, aprovechándose de su nobleza, continuaron conspirando, y 8 meses después, siempre por orden del Imperio, volvieron a la carga con un sabotaje petrolero, tomas de tanqueros, boicot del transporte terrestre, marítimo y aéreo, de bancos y escuelas, robando la Navidad a los niños de Venezuela y provocando cuantiosos daños a la economía, pero volvieron a fracasar.
Fueron sus autores los empresarios de Fedecámaras, dirigentes sindicales de la CTV, partido políticos de oposición, la ONG Súmate, la nómina empresarial de Pdvsa y los medios mercenarios que en una asociación delincuencial sin precedentes en la historia, ejecutaron ese crimen de lesa humanidad en el marco de un proyecto desestabilizador promovido por el imperio yanqui diseñado para devolver a Venezuela al pasado de dominación, explotación y sumisión que vivió durante décadas bajo sus garras.
Hoy vuelven a conspirar de nuevo, a pesar de haber sido vencidos una y otra vez por un Chávez que “dejó de ser el mismo de antes”, ingenuo y tolerante, como se los advirtió en algún momento después de haber sido víctima del veneno inoculado por el odio y ambición alimentados por su amo imperial, y de estar conscientes de que el proceso revolucionario está blindado por el poder del pueblo y de la Fuerza Armada Bolivariana.
Inventan toda clase de mentiras y calumnias, como esa de que en Venezuela no existe libertad de expresión, cuando en ningún otro país es tan amplio ese derecho del que abusan impunes y soberbios, insultando y ofendiendo a través de medios mercenarios con acusaciones falsas acompañadas de los obscenos epítetos, la honra y dignidad del comandante y de sus colaboradores sin que nadie hasta ahora haya sido perseguido o detenido por tal delito.
Culpan al jefe del Estado en sus trasnochadas arengas politiqueras, de los desmanes y abusos cometidos por sus crías en las calles, y entre la incitaciones a la violencia que han hecho, figura la de un anciano expulsado del proceso revolucionario por corrupción, quien dijo al exaltar las acciones vandálicas de “las manitas blancas, que “toda la sociedad debe unirse a los estudiantes”, calificando la gestión del gobierno como “una de las etapas de más barbarie de la historia.”
Protestan contra cualquier acción que a favor de la colectividad adoptan las autoridades, como la de establecer cortes de suministro de electricidad para minimizar la aguda crisis provocada por el fenómeno climático de El Niño que ha generado una sequía que afecta no sólo a nuestro país sino otras naciones vecinas, haciendo descender a niveles críticos las reservas de agua en hidroeléctricas y embalses.
Y en su demencial misión conspirativa pretenden socavar las instituciones del Estado, desde el poder ejecutivo, pasando por el judicial y el legislativo hasta el ciudadano, ejercido por el Consejo Moral Republicano, integrado por el Defensor General del Pueblo, el Fiscal General de la República y el Controlador General de la República, acusando con falacias y calumnias a sus representantes de no cumplir con las obligaciones correspondientes a su alta investidura.
En esta tarea les imita con mayor perversidad y odio, los medios mercenarios internacionales y altos funcionarios del Imperio que constantemente atacan a Chávez, a través de amañados informes anuales del Departamento de Estado, en los que siempre aparece Venezuela, junto con otras naciones negadas a ser vasallos de EEUU, como país “puente y exportador” de drogas, promotor de terrorismo y violador de los DDHH.
Fuera de si e indignados porque el jefe del Estado venezolano no se pliega sumiso a su acción predadora de los pueblos y sus riquezas, han publicado una “Evaluación Anual de Amenazas de 2009, documento presentado el martes ante el Senado yanqui por el director nacional de Inteligencia en el que se afirma que “Chávez continúa apoyando a aliados y movimientos políticos afines en países vecinos y busca socavar a gobiernos moderados pro estadounidenses.”
“Él y sus aliados probablemente, -destaca a continuación el informe- seguirán oponiéndose a casi todas las iniciativas políticas de EEUU en la región, incluyendo la expansión del libre comercio, la cooperación antiterrorista, la capacitación militar, iniciativas de seguridad y hasta los programas de asistencia estadounidenses.”
Son precisamente esas medidas, que con tanta vehemencia defiende el informe, las que el Imperio utiliza desde hace tiempo como arma desestabilizadora y de chantaje para dominar económica, política y militarmente a los países de la región, una intervención disfrazada de ayuda que Chávez y otros gobernantes revolucionarios de la región rechazan, mientras que aquellos que la aceptan, pagan como precio, la pérdida de la dignidad y soberanía.
Otra maniobra conspirativa de Washington contra el proceso bolivariano, la hizo este jueves Thomas Shannon, reconocido conspirador como todo embajador yanqui, al presentar como víctimas y no como victimarios que son, a los estudiantes de la burguesía que queman cauchos y vehículos, rompen vitrinas en disturbios callejeros que han dejado como saldo la muerte de 3 jóvenes del movimiento estudiantil revolucionario.
A esos revoltosos se dirigió ayer Chávez durante la masiva concentración popular que presidió en Caracas con motivo del 18º aniversario del alzamiento militar que lideró el 4-F, al comparar sus escuálidas marchas con las protagonizadas en octubre de 1991 por decenas de miles de estudiantes del pueblo que salieron a las calles para protestar por el incremento en el precio de la gasolina y del transporte decretado por el presidente Carlos Andrés Pérez.
“¡Quien puede olvidar aquel año 1991!, cuando una verdadera rebelión estudiantil salió a las calles, no estos 4 “hijos de papa” de la burguesía que pretenden apoderarse de la condición heroica de estudiantes, expresó en clara a alusión a los grupos estudiantiles contrarrevolucionarios que realizan marchas y guarimbas en el marco del plan conspirativo de la oposición golpista.
“Sigan por ese camino”, dijo, retando a los manifestantes revoltosos y a quienes desde la seguridad y comodidad de sus despachos los instigan cobardemente a cometer esos disturbios y desmanes. “Sigan tratando, nunca lo van a lograr, porque si nos buscan por el camino de las armas, incluso, aquí estamos nosotros con la espada de Bolívar, dispuestos a batirnos donde sea por la libertad de Venezuela, por la Revolución Bolivariana.”
“No se equivoquen con nosotros, -destacó a continuación- aquí estamos los soldados del 4 de febrero, una fecha patria que sigue abierta de par en par como hecho, no del pasado, sino del presente y del futuro, pues habrá que hablar dentro de 500 años de la Venezuela de antes del 4-F, y la Venezuela después del 4 de febrero.”
Y es que la Revolución Bolivariana se ha fortalecido luego de la aplastante victoria que el comandante conquistó en diciembre de 1998, y adquirió una fortaleza aún mayor, al unírsele otros pueblos y gobiernos con sus líderes progresistas que en los últimos diez años han seguido su ejemplo libertario y le acompañan en su lucha contra un imperio herido de muerte pero con la suficiente fuerza para hacer daño junto con sus lacayos en caso de algún descuido del adversario.
Hoy, la Revolución Bolivariana, es avanzada del proceso de integración de la Gran Patria latinoamericana y caribeña que ha conformado un bloque liderado por el ALBA y Unasur, mecanismos de unidad regional que han hecho renacer el sueño que hace dos siglos tuvo Bolívar y otros próceres de nuestra primera independencia, dibujando un nuevo mapa político, económico y social que ha despojado al Imperio de lo que fueron sus antiguos feudos.
Viendo el peligro que para sus planes de conquista y dominio representa ese nuevo despertar de los pueblos no sólo de esta región, sino además, los del Medio Oriente, Asia Central y África, el Imperio ha desplegado una brutal ofensiva generalizada que además de invadir y ocupar Irak y Afganistán, de intervenir militarmente en Pakistán y Somalia y amenazar con una guerra a Irán, ha diseñado un macabro proyecto bélico contra Venezuela y el resto de América Latina y el Caribe.
El plan lo denunció el comandante Chávez, al advertir que “se pretende gestar entre Colombia, Honduras y Haití en forma de una triangulación fatal. Tres versiones, -dijo- de la nueva estrategia de intervención yanqui en suelo nuestroamericano.” Y en ese proyecto, sin lugar a dudas, se inserta la conspiración que adelantan los golpistas en Venezuela, con sus marchas y guarimbas incendiarias.
Porque, como hoy está ocurriendo en Venezuela, la actuación de esos vasallos se enmarca en la ancestral conspiración en marcha desde los tiempos más remotos, dirigida a destruir a todo proceso libertario y sus líderes, conjura activa en cualquier lugar del planeta donde exista el más leve asomo de rebelión contra el poder de un imperio, una constante de violencia, represión y muerte contra la innata condición del ser humano que se rebela en busca de la libertad perdida.
Por eso fracasarán de nuevo, por más daño que causen en su afán de recuperar sus viejos privilegios al utilizan estudiantes manipulados que se dejan convencer y arrastrar a la violencia por políticos, cadáveres insepultos; por la oligarquía codiciosa; por la prensa mercenaria y por las ONG´s, asalariados como Súmate, que reciben su paga en dólares del Imperio.
Porque el pueblo venezolano ya no es el de antes, pues ha adquirido conciencia política y social que lo hace inmune al veneno que destila el odio de la conspiración y que hoy se estrellan contra la resistencia de una sociedad que está construyendo el Socialismo del Siglo XXI, contrapuesto al capitalismo salvaje, y donde el hambre, la ignorancia y demás plagas sociales están llamadas a ser aberraciones del pasado.
Tampoco lo es ya más su líder y presidente, el comandante Chávez, quien a partir del fracasado sabotaje petrolero aprendió la lección de que no se puede ser magnánimo con los canallas que confunden hidalguía con debilidad, quienes al menor descuido de quien les perdona, reinciden en su actividad delincuencial, tal como lo hicieron los golpistas criollos, que no obstante, siguen sufriendo nuevos descalabros al atentar contra el proceso revolucionario.
Chávez respondió hace 12 dias a las nuevas agresiones con un “Contraataque Bolivariano”, lanzado en ocasión del 52º aniversario del 23 de enero, y al hacer un balance de esa histórica jornada protagonizada por el pueblo, dijo que ese día “nada ocurrió en Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros al frente de los destinos públicos.”
Refiriéndose a los herederos políticos de aquella jornada, el mandatario manifestó que “el esfuerzo popular fue defraudado para privilegiar los viles intereses de una clase política que pronto mostraría lo que verdaderamente era: lacaya del Imperio.”
“Patria, Patria, -dijo Chávez- ¡Qué grande les quedó en la boca a aquellos que terminaron por entregar nuestra soberanía al mejor postor. Patria –continuó- qué grande les sigue resultando a los enanos de siete suelas encarnados hoy en las viudas y viudos del puntofijismo”, y al advertir una vez más sobre los peligros que acechan al país y al proceso revolucionario que preside, por las maniobras conspirativos dijo que “Estamos ante una manifestación del contraataque imperial sobre América Latina y El Caribe.
“Una triangulación fatal se gesta entre Colombia, Honduras y la ocupada Haití. Tres versiones de la nueva estrategia intervención yanqui en suelo nuestroamericano,” y en esa nueva estrategia injerencista se enmarca la maniobra desplegada por las bestias del golpismo en Venezuela utilizando como avanzada de la misma, a sus crías, los estudiantes de “manitas blancas.”
Y este jueves, en el masivo acto conmemorativo del 4 de Febrero, el jefe del Estado reiteró una vez más, su firme decisión de consolidar su gran proyecto político-ideológico, el Socialismo del Siglo XXI y en tal sentido convocó al pueblo venezolano a prepararse para los próximos 20 años de lucha y de batalla, durante los cuales –dijo- “sólo debe haber triunfos sobre las pretensiones opositoras de frenar el proceso de cambios socialistas.”
Para ello, Chávez cuenta con el apoyo del pueblo venezolano y de una fuerza armada con el “Ejército venezolano forjador de libertades” al frente, que sólo ha combatido para liberar pueblos como lo hizo el 4-F, fecha que “partió en dos la historia de Venezuela” dejando atrás un pasado de ultraje y sumisión y abrió caminos hacia un presente y futuro de libertad y dignidad que no podrán cerrar el Imperio y las bestias del golpismo con sus crías, “los estudiantes burgueses hijos de papá.”
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