sábado, 27 de febrero de 2010

Desde la OEA se conspira contra la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños


Hernán Mena Cifuentes

Los fascistas se niegan a aceptar la realidad de un mundo en revolución que derriba obsoletas y aberrantes estructuras políticas, económicas y sociales impuestas por el capitalismo salvaje, y para impedirlo han publicado un Informe de la OEA acusando a Venezuela de violar DDHH, denuncia que en el fondo lo que pretende es destruir a la recién creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC).

La maniobra, proveniente uno de los últimos bastiones de poder del Imperio, es una vil calumnia, arma letal que el fascismo utilizó en los tiempos de Hitler, bajo la amoral premisa goebeliana de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, y que ha sido rescatada por sus herederos, las “mentes perversas” que desde Washington pretenden conquistar y dominar el mundo como en su tiempo lo intentó y fracasó el Fuhrer.

En otro documento de los que anualmente elabora la Comisión de DDHH del moribundo foro hemisférico difundido este miércoles desde su sede en la capital imperial, dicho organismo, asegura haber identificado “una serie de aspectos que restringen el pleno goce de los derechos humanos y analiza una serie de condiciones -según las cuales- se evidencia la falta de una efectiva separación e independencia de los poderes públicos en Venezuela.”

Al igual que todos los informes anteriores, en los que se acusa al gobierno del presidente Chávez de violar los DDHH, basándose en informaciones aportadas por enemigos del proceso: dirigentes políticos, prensa mercenaria y ONG´s asalariados de Washington, su contenido fue rechazado por las autoridades venezolanas con sólidos argumentos que comprueban que se trata de otra maniobra desestabilizadora del Imperio no solo contra Venezuela sino contra la unidad regional.

De allí que para algunos analistas y observadores del panorama político y social de la región, resulta “sospechoso” el hecho de que el informe haya sido emitido a menos de 24 horas de que la Cumbre del Grupo de Río celebrada en Cancún, acordara la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC) sin presencia de EEUU y Canadá, hecho político e histórico que podría significar la desaparición de la OEA.

Porque, ¿quién sino la OEA, sería la más afectada por el nacimiento de un organismo auténticamente latinoamericano y caribeño, libre de la influencia nefasta de Washington que durante mas de 60 años se ha valido de ese su satélite, para desatar injerencias, invasiones, magnicidios y golpes de Estado contra pueblos, gobiernos y líderes revolucionarios negados a ser sus lacayos?

Por eso, no se descarta el hecho de que, más que una rutinaria acusación, el documento sea el preámbulo de una macabra conspiración dirigida a abortar el nacimiento oficial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, titánica tarea que en gran parte le ha sido encomendada al gobierno bolivariano encargado de organizar, bajo la dirección de Chávez, la Primera Cumbre del CELAC, a realizarse el 5 de julio de 2011 en Caracas.

Allí, en la capital venezolana tendrá lugar ese histórico evento, en la misma ciudad donde hace 200 años un Bolívar indignado ante la indecisión de quienes titubeaban entre miedos y temores, declarar la independencia, exclamó: “Nos piden que tengamos calma, que los grandes proyectos deben prepararse con calma. ¡Acaso 300 años de calma, no bastan.(…), pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana, vacilar es perdernos.”

Y la misma convicción y fe que tuvo el Libertador, para que se firmara el Acta de Independencia y luego emprender aquella gesta que lo llevó junto con el “Ejército venezolano, Forjador de libertades” a liberar del yugo de un imperio a 5 naciones sudamericanas, acompañan al Comandante Chávez en su proyecto integracionista latinoamericano y caribeño como el que acaba de acordarse en Cancún.

Porque su mensaje de unidad, es el mismo que lanzó Bolívar hace 2 siglos, un llamado a la integración regional que viene proclamando como profeta en todas las cumbres y foros a los que ha asistido en los últimos 10 años, como lo hizo en 2007 en la ciudad de El Alto, Bolivia, donde anunció que “es la hora de unirnos para poder construir en las tierras del Caribe y de Suramérica la reina de las naciones y la madre de las Repúblicas para conseguir la libertad plena.”

Diametralmente opuesto a esa meta libertaria es el documento de la CIDH, un “Informe” más de los salidos de los laboratorios de la guerra sucia del Imperio, que buscan desestabilizar, acusando a los gobiernos y líderes revolucionarios del planeta “de violar los DDHH”, “apoyar el terrorismo”, “facilitar el narcotráfico” y “promover el tráfico sexual de niños mujeres”, cuando la verdad es que EEUU es el único Estado terrorista, el mayor consumidor de drogas y donde mas se trafica con menores y mujeres.

Por lo tanto, ha sido contundente y enérgica la respuesta dada por Tarek El Aissami, ministro de Interior y Justicia de la República Bolivariana de Venezuela a sólo pocas horas de haberse hecho público el Informe de la OEA, quien denunció que el documento “raya en mentiras y forma parte de las campañas de difamación del Imperio.”

“Es una manipulación descarada de los agentes transnacionales en contra del gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, un hombre que ha enarbolado la bandera de los DDHH. Eso está demostrado una, mil y millones de veces”, dijo.

Por su parte, Gabriela Ramírez, titular de la Defensoría del Pueblo venezolana, declaró que el despacho a su cargo, “no reconoce a la CIDH como una institución imparcial, al manejar de manera sesgada, selectiva y parcializada los datos expuestos en el informe correspondiente al año 2010 en materia de DDHH,” y en tal sentido, recordó que ese organismo dependiente de la OEA “reconoció a las autoridades del gobierno golpista que usurparon el poder en el año 2002.”

Pero fue el propio jefe del Estado venezolano, el encargado de “poner los puntos sobre las íes” del macabro texto desestabilizador y conspirativo al declarar este jueves que el gobierno venezolano denunciará el acuerdo a través del cual Venezuela se adscribió, -o como se llame- a esa nefasta comisión interamericana de derechos humanos y salirnos de ahí, pues (…) No vale la pena. Es una mafia la que hay ahí.”

Y para justificar su decisión, se refirió a la complicidad de la CIDH en el golpe de Estado del 11-A, que en su contra asestó una coalición de empresarios, políticos, sindicaleros y medios mercenarios, diciendo: “Es la misma comisión que respaldó a Carmona aquí en el 2002, y es la amenaza permanente, el intento de aislarnos, pero ahí están los resultados, Venezuela será sede de la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, (CELAC)”.

Con sus palabras el comandante dejó claro que, más allá de una denuncia, el Informe de la CIDH, es el preámbulo de una conspiración orientada a impedir el renacimiento formal del sueño de Bolívar, que tendrá lugar a 200 años de aquel primer grito de libertad e independencia que se escuchó en todo el mundo, y que el próximo año cuando en Caracas se establezcan los estatutos y mecanismos de funcionamiento de la CELAC, su eco se extenderá también por todo el orbe.

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