*JUAN MARTORANO.
Estas festividades de la semana mayor están llegando a su fin, para el momento en que escribo estas líneas. Y en el marco de esta semana santa tan particular, coincidió con las conmemoraciones de los sucesos que hace ya 7 años no sólo enlutaron a muchos hogares de venezolanos y venezolanas, que independientemente de su ideología o creencias política, fueron víctimas de sucesos tan lamentables como las ocurridas el 11 de abril de 2002, elemento éste que se constituyó en una de las pruebas de fuego más grandes por las que tuvimos que pasar y enfrentar. Por eso, esta semana santa fué muy particular, amén de orar por el eterno descanso de los caídos en esa fecha, y de solidarizzarme con las vícitmas que aún viven, y que en estas primeras de cambio, los órganos jurisdicionales les han hecho justicia.
Fué una semana santa muy particular, porque no imaginé que iba a estar en mi tierra natal, en Caracas a principios de esta semana. Pero fué un buen viaje, porque no pense estar al lado del aguerrido y combativo pueblo de Caracas, en estos días, que coincidieron con la semana santa y con las conmemoraciones de los 7 años del fallido golpe de estado, fui testigo de excepción no sólo del debate que dió la Asamblea Nacional en cuanto a la consulta pública de la Ley Orgánica del Distrito Capital, de la cual me referiré en próximas entregas, lo que si puedo decir es que ésta ley es constitucional y además necesaria para que Caracas, como cuna del Libertador Simón Bolívar y principal asiento de los poderes públicos nacionales, eso lo explicaré en otros artículos, como ya lo señalé, pero hay hechos que presencie y vi, que dije que los iba a colocar en otros artículos, pero mejor no, los colocaré mejor en éste, como introducción al tema.
Presencie los hechos que el lunes 6 de abril y el martes 7 la gente golpista del Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma, aspirante presidencial para el 2012, y uno de los gallos patarucos que se quieren enfrentar al coloso Hugo Chávez en el año 2012, trataron en esos días santos y dentro del marco de la discusión de esta Ley del Distrito Capital, los conatos de guarimbas, de trancas que Ledezma y su gente intentaron en el centro de Caracas. Más especialmente los del día martes, donde estuve apostado en la esquina de San Francisco, en todo el frente del Palacio Federal Legislativo o "Capitolio" como lo conoce la gente de nuestro pueblo, los fotografiamos y hasta filmamos. Pudimos observar a las periodistas de Televen, de RCTV y de Globovisión ( la de este canal, a la señorita Beatriz Adrián, archiconocida por dos casos, el de presentar "pornografía" que estaría viendo un diputado de la Asamblea Nacional y el de los "megasueldos" de los diputados y diputadas de la Asamblea Nacional), veia sus rostros, sus expresiones, además de que trataban de azuzar y provocar al pueblo bolivariano, al pueblo socialista, al pueblo revolucionario. Ese que no esta dispuesto a dejarse quitar impávido su Revolución, sus sueños, sus esperanzas y a su líder, para que les agrediera y golpeara, pero gracias a dios, el pueblo rojo rojito no cayó en la provocación. Observábamos el desfile de muchos diputados y diputadas de la AN, entre patriotas y traidores y traidoras, pero uno de los que más me impactó, fué al traidor de Ismael García, este gran traidor, antes "furibundo chavista" y hoy flamante dirigente de la oposición, con su soberbia, engreimiento y pintandonos una "gran paloma" con su dedo medio e insultándonos, revela la catadura moral de esta oposición, y muy particularmente de esta gama de traidores y traidoras, que llegando a espacios y a cargos de elección popular con los votos de Chávez, con los votos del pueblo, ahora no conformes con traicionarlo, ahora tratan de insultarlo, doblegarlo, humillarlo, escupirle, pero se equivocan, no insulta el que quiere, sino el que puede, y Caracas es un pueblo rebelde, heroico y valiente, y agradezco esto, porque estos hechos que quizá no hubiése presenciado por las cámaras de televisión, los presencie con mis propios ojos y en el sitio de los acontecimientos.
Gracias al pueblo heroico de Caracas, por colaborar en desenmascarar a los traidores, a que se revelen en su verdadera identidad. Por eso, doy gracias a dios por estar en los acontecimientos más importantes de mi patria, donde se ha estado escribiendo la nueva historia, como testigo mudo y excepcional de acontecimientos que tendrán un muy hondo impacto no sólo en nuestra historia, sino en el destino de nuestro país, de nuestra nación.
Para culminar con mis comentarios de la Asamblea, para así expresar las opiniones objeto de este artículo. Luego, a los pocos minutos de estar presenciando los acontecimientos y el debate que se estaba dando en la Asamblea Nacional con respecto a esta Ley del Distrito Capital, llegaban un conjunto de empleados, presuentamente educadores y educadoras adscritos a la Alcaldía Metropolitana de Ledezma, marchando rumbo a la sede de la Asamblea Nacional, supuestamente para exigir reivindicaciones laborales, mientras que el vampiro Ledezma a su vez, se dirigía al CNE, para tratar de convocar un referendo inconstitucional e ilegal, para tratar de derogar esta vital Ley, los manifestantes educadores, casi logran su cometido, que era no sólo llegar a la Asamblea, sino armar desórdenes y enfrentarse a los bolivarianos y bolivarianas, socialistas y revolucionarios que estabamos presentes allí, sino es porque le avisamos a tiempo a algunos efectivos de la Policía Metropolitana, que ahora depende del Ministerio del Poder Popular del Interior y Justicia, el desastre hubiese sido tremendo. Los manifestantes opositores estaban tan exacerbados, tan violentos, que los cuerpos de seguridad del Estado se vieron en la necesidad de utilizar las bombas lacrimógenas para disolver a los manifestantes violentos de la oposición que se encontraban en plena avenida universidad y un poco más arriba del Banco Venezuela, muy cerca de donde nos encontrabámos, me di cuenta de la utilización de las bombas lacrimógenas, porque a pesar de estar a una distancia considerable, sentí una piquiña en los ojos y el aire enrarecido y como que me faltaba a mí, inmediatamente recordé un poco, los sucesos del 11 de abril de 2002 cuando el golpe contra nuestro Comandante, y que estos fascistas trataron de reeditar ese día.
Pero afortunadamente no lograron su cometido, fueron dispersados a punta de gas lacrimógeno estos violentos oposicionistas, la Ley del Distrito Capital fué aprobada y No pasaron ni volveran. Declaramos ese día en Vivo para ANTV, y reconozco el trabajo de este tremendo canal, de su Presidente, el Diputado de Caracas, Darío Vivas, de sus periodistas, de sus camarográfos, porque todas estas opiniones que estoy señalando acá, de esta larga introducción, palabras más, palabras menos, fueron a las que le di a la periodista que me entrevisto muy cerca de la Asamblea Nacional.
Culmino esta introducción con lo siguiente: Puedo tener algunas discrepancias y divergencias con el rol de la Asamblea Nacional en este período constitucional que les ha tocado, creo que han estado en mora con el país, con el Presidente y con la Revolución, y ese 7 de abril, más que defender a los diputados y diputadas de la Asamblea Nacional, defendiamos al proceso revolucionario, socialista y bolivariano que vivimos en nuestro país. Por otra parte, los pronósticos de la semana santa se ma cayeron, por lo menos el lunes y martes santos, la oposición intentó guarimbear y embochinchar a Caracas, pensando yo que iban a respetar la semana santa y retomarían sus actividades la semana siguiente, pero no, porque estamos en los días de la conmemoración del golpe del 11 de abril de 2002, y ellos quieren reeditarlo, claro eliminando el 13, que fué cuando los cerros bajaron, los barrios salieron y el Presidente Chávez volvió y se retomo la constitucionalidad de nuestras instituciones. Por eso alertó al pueblo venezolano a estar misca y pendientes por estos días, y con él digo: ¡No pasarán! ¡No volverán!.
Ahora si, vamos al tema titulo de este artículo de opinión.
El Sistema de Justicia es uno de dichos instrumentos fundamentales establecidos por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para asegurar que los ciudadanos y ciudadanas puedan, sin exclusión, ni discriminación de ninguna naturaleza, acceder al ejercicio pleno de sus derechos humanos.
En virtud de ello, la Disposición Transitoria Cuarta, en su numeral 5, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala la necesidad de que sea desarrollada la legislación relativa al Sistema de Justicia dentro del primer año de vigencia del texto constitucional. Esta legislación sería el desarrollo de lo dispuesto en el artículo 253 de la Constitución de la República, (Título V Capítulo III, Del Poder Judicial y del Sistema de Justicia), el cual establece:
"La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.
Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer las causas y asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias.
El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados o abogadas autorizadas". (Subrayado añadido)
Con este fin, a inicios del año 2008 se iniciaron mesas de trabajo con funcionarios y funcionarias que actuando en representación de los órganos y entes que componen el Sistema de Justicia identificaron entre los problemas recurrentes el estado de la justicia y los derechos humanos en el país, la existencia de dos nudos críticos que relacionados entre sí, impiden el logro de un Estado de Justicia: a) restringir el acceso a la justicia a la población en situación de pobreza y exclusión social, y b) la descoordinación de los órganos y entes que componen el sistema de justicia.
Estos nudos críticos son valorados como causas de un funcionamiento ineficiente e ineficaz de las instituciones, una administración de los asuntos públicos sumida en esquemas propios del formalismo, el burocratismo y el corporativismo, igualmente reflejo de profundas debilidades institucionales que presenta en su conjunto el Estado, dado que el principio de división de poderes públicos entendido como separación a ultranza de los mismos, se ha traducido en la interpretación de la "independencia" y "autonomía" como instituciones feudos, estanco o conucos de actuación que dificultan una acción articulada para la solución de los problemas del pueblo y para el logro de los fines del Estado.
De tal manera, que la existencia formal del Sistema de Justicia, supone no solo la vigencia de normas que generan un mandato para su concreción, sino la necesaria superación de la desarticulación de actividades y funciones entre quienes integran el Sistema, creado por la ausencia de espacios de articulación y coordinación de políticas públicas intraórganos e interórganos. Ello evidencia que no existe integración de políticas de justicia entre los diferentes componentes que lo conforman y entre los órganos y entes que integran el Sistema de Justicia conforme a nuestro ordenamiento constitucional. La fragmentación institucional podrá permitir el funcionamiento de cuerpo o corporaciones institucionales, pero es reflejo de la ausencia de un funcionamiento sistémico que coloque todos los recursos disponibles de los órganos y entes del Sistema de Justicia en posición de cumplir y colaborar radicalmente con los fines del Estado.
La fragmentación institucional afecta negativamente la realización del valor de la justicia y la construcción de una sociedad justa. En pocas palabras, y en pleno apego a la Constitución, sin Sistema de Justicia no hay construcción posible de una sociedad justa. De tal manera, que la exigencia impuesta al Estado de garantizar una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles, que supone consolidar el funcionamiento del Estado como un todo, que se fortalece a partir de relaciones de corresponsabilidad, cooperación, articulación, complementación, integración, haciendo que cada órgano y ente que lo componen pueda cumplir a cabalidad con el fin establecido para la suprema felicidad de los hombres y mujeres de la patria.
Por ello, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que "cada una de las ramas del Poder Público Nacional tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe colaborarán entre sí para el logro de los fines esenciales del Estado" (artículo 136). Este principio de colaboración entre Poderes Públicos permite establecer las bases jurídico-constitucionales de la coordinación, complementación, corresponsabilidad e integración en los órganos del Poder Público que concurren y son llamados a articularse en los diferentes sistemas establecidos por el constituyente, entre los que destaca la novísima figura del Sistema de Justicia que el presente proyecto de Ley pretende desarrollar y regular.
La historia política del Derecho Constitucional Moderno ha conformado un conjunto de reglas específicas para el ejercicio de las potestades, entre las cuales la "separación de funciones" se vincula a la garantía de los derechos fundamentales, al principio de legalidad y a la imparcialidad, las cuales fueron concebidas en su origen doctrinario liberal de una manera rígida, dando lugar a distorsiones que la confunden con la atomización, las parcelas organizativas, y una diferenciación de funciones sin el logro de adecuados mecanismos de articulación entre los órganos y entes y las funciones a su cargo. Bajo esta visión rígida, en ocasiones interesadamente corporativista, los órganos y entes del Estado pierden las mínimas condiciones de complementación y coordinación, que aseguren al conjunto de las instituciones las condiciones necesarias para el cumplimiento de sus fines esenciales. Más aún, esta necesaria relación de respeto a la autonomía e independencia de cada Poder Público, no puede desvincularse del principio de colaboración que asegura que existan instancias formales que faciliten el desarrollo de los esfuerzos institucionales que hagan posible la justicia para los hombres y mujeres de la patria.
Por tanto, es a partir de la concepción del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que los compartimientos estancos y la rigidez institucional comienza a flexibilizarse y perfeccionarse, a partir de una adecuada comprensión del principio de la colaboración entre los distintos Poderes Públicos. En el nuevo modelo de Estado, no se concibe al Poder Público dividido en compartimientos estancos, rígidamente separados entre sí, fragmentados y descoordinados, sino como instancias de colaboración para el logro de finalidades comunes, que no son otras que las establecidas en la Constitución, como principios y valores fundamentales.
Esta necesaria colaboración, entendida como cooperación, complementación y coordinación, resulta más imperativa si se toma en consideración que la nueva arquitectura constitucional en la República Bolivariana de Venezuela incorpora nuevos poderes (Electoral y Ciudadano), órganos y funciones a la clásica separación de funciones de raigambre liberal (Legislativo, Ejecutivo y Judicial). ( Continuará...).
*Abogado, Analista Político y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Moderador de los Programas Informativos y de Opinión "Micrófono Abierto", "Lo que se Habla" y "Caminos Libres", transmitidos de lunes a viernes de 12 m a 2 pm por la Emisora Comunitaria "Llovizna" 104.7 FM, y los días martes de 7 pm a 8 pm y los domingos de 8 pm a 9 pm por la Emisora Cultural, Informativa y de Entretenimiento perteneciente a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y del Sistema Nacional de Medios Públicos, "La Voz de Guayana" 89.7 FM, respectivamente. jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com, juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
Estas festividades de la semana mayor están llegando a su fin, para el momento en que escribo estas líneas. Y en el marco de esta semana santa tan particular, coincidió con las conmemoraciones de los sucesos que hace ya 7 años no sólo enlutaron a muchos hogares de venezolanos y venezolanas, que independientemente de su ideología o creencias política, fueron víctimas de sucesos tan lamentables como las ocurridas el 11 de abril de 2002, elemento éste que se constituyó en una de las pruebas de fuego más grandes por las que tuvimos que pasar y enfrentar. Por eso, esta semana santa fué muy particular, amén de orar por el eterno descanso de los caídos en esa fecha, y de solidarizzarme con las vícitmas que aún viven, y que en estas primeras de cambio, los órganos jurisdicionales les han hecho justicia.
Fué una semana santa muy particular, porque no imaginé que iba a estar en mi tierra natal, en Caracas a principios de esta semana. Pero fué un buen viaje, porque no pense estar al lado del aguerrido y combativo pueblo de Caracas, en estos días, que coincidieron con la semana santa y con las conmemoraciones de los 7 años del fallido golpe de estado, fui testigo de excepción no sólo del debate que dió la Asamblea Nacional en cuanto a la consulta pública de la Ley Orgánica del Distrito Capital, de la cual me referiré en próximas entregas, lo que si puedo decir es que ésta ley es constitucional y además necesaria para que Caracas, como cuna del Libertador Simón Bolívar y principal asiento de los poderes públicos nacionales, eso lo explicaré en otros artículos, como ya lo señalé, pero hay hechos que presencie y vi, que dije que los iba a colocar en otros artículos, pero mejor no, los colocaré mejor en éste, como introducción al tema.
Presencie los hechos que el lunes 6 de abril y el martes 7 la gente golpista del Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma, aspirante presidencial para el 2012, y uno de los gallos patarucos que se quieren enfrentar al coloso Hugo Chávez en el año 2012, trataron en esos días santos y dentro del marco de la discusión de esta Ley del Distrito Capital, los conatos de guarimbas, de trancas que Ledezma y su gente intentaron en el centro de Caracas. Más especialmente los del día martes, donde estuve apostado en la esquina de San Francisco, en todo el frente del Palacio Federal Legislativo o "Capitolio" como lo conoce la gente de nuestro pueblo, los fotografiamos y hasta filmamos. Pudimos observar a las periodistas de Televen, de RCTV y de Globovisión ( la de este canal, a la señorita Beatriz Adrián, archiconocida por dos casos, el de presentar "pornografía" que estaría viendo un diputado de la Asamblea Nacional y el de los "megasueldos" de los diputados y diputadas de la Asamblea Nacional), veia sus rostros, sus expresiones, además de que trataban de azuzar y provocar al pueblo bolivariano, al pueblo socialista, al pueblo revolucionario. Ese que no esta dispuesto a dejarse quitar impávido su Revolución, sus sueños, sus esperanzas y a su líder, para que les agrediera y golpeara, pero gracias a dios, el pueblo rojo rojito no cayó en la provocación. Observábamos el desfile de muchos diputados y diputadas de la AN, entre patriotas y traidores y traidoras, pero uno de los que más me impactó, fué al traidor de Ismael García, este gran traidor, antes "furibundo chavista" y hoy flamante dirigente de la oposición, con su soberbia, engreimiento y pintandonos una "gran paloma" con su dedo medio e insultándonos, revela la catadura moral de esta oposición, y muy particularmente de esta gama de traidores y traidoras, que llegando a espacios y a cargos de elección popular con los votos de Chávez, con los votos del pueblo, ahora no conformes con traicionarlo, ahora tratan de insultarlo, doblegarlo, humillarlo, escupirle, pero se equivocan, no insulta el que quiere, sino el que puede, y Caracas es un pueblo rebelde, heroico y valiente, y agradezco esto, porque estos hechos que quizá no hubiése presenciado por las cámaras de televisión, los presencie con mis propios ojos y en el sitio de los acontecimientos.
Gracias al pueblo heroico de Caracas, por colaborar en desenmascarar a los traidores, a que se revelen en su verdadera identidad. Por eso, doy gracias a dios por estar en los acontecimientos más importantes de mi patria, donde se ha estado escribiendo la nueva historia, como testigo mudo y excepcional de acontecimientos que tendrán un muy hondo impacto no sólo en nuestra historia, sino en el destino de nuestro país, de nuestra nación.
Para culminar con mis comentarios de la Asamblea, para así expresar las opiniones objeto de este artículo. Luego, a los pocos minutos de estar presenciando los acontecimientos y el debate que se estaba dando en la Asamblea Nacional con respecto a esta Ley del Distrito Capital, llegaban un conjunto de empleados, presuentamente educadores y educadoras adscritos a la Alcaldía Metropolitana de Ledezma, marchando rumbo a la sede de la Asamblea Nacional, supuestamente para exigir reivindicaciones laborales, mientras que el vampiro Ledezma a su vez, se dirigía al CNE, para tratar de convocar un referendo inconstitucional e ilegal, para tratar de derogar esta vital Ley, los manifestantes educadores, casi logran su cometido, que era no sólo llegar a la Asamblea, sino armar desórdenes y enfrentarse a los bolivarianos y bolivarianas, socialistas y revolucionarios que estabamos presentes allí, sino es porque le avisamos a tiempo a algunos efectivos de la Policía Metropolitana, que ahora depende del Ministerio del Poder Popular del Interior y Justicia, el desastre hubiese sido tremendo. Los manifestantes opositores estaban tan exacerbados, tan violentos, que los cuerpos de seguridad del Estado se vieron en la necesidad de utilizar las bombas lacrimógenas para disolver a los manifestantes violentos de la oposición que se encontraban en plena avenida universidad y un poco más arriba del Banco Venezuela, muy cerca de donde nos encontrabámos, me di cuenta de la utilización de las bombas lacrimógenas, porque a pesar de estar a una distancia considerable, sentí una piquiña en los ojos y el aire enrarecido y como que me faltaba a mí, inmediatamente recordé un poco, los sucesos del 11 de abril de 2002 cuando el golpe contra nuestro Comandante, y que estos fascistas trataron de reeditar ese día.
Pero afortunadamente no lograron su cometido, fueron dispersados a punta de gas lacrimógeno estos violentos oposicionistas, la Ley del Distrito Capital fué aprobada y No pasaron ni volveran. Declaramos ese día en Vivo para ANTV, y reconozco el trabajo de este tremendo canal, de su Presidente, el Diputado de Caracas, Darío Vivas, de sus periodistas, de sus camarográfos, porque todas estas opiniones que estoy señalando acá, de esta larga introducción, palabras más, palabras menos, fueron a las que le di a la periodista que me entrevisto muy cerca de la Asamblea Nacional.
Culmino esta introducción con lo siguiente: Puedo tener algunas discrepancias y divergencias con el rol de la Asamblea Nacional en este período constitucional que les ha tocado, creo que han estado en mora con el país, con el Presidente y con la Revolución, y ese 7 de abril, más que defender a los diputados y diputadas de la Asamblea Nacional, defendiamos al proceso revolucionario, socialista y bolivariano que vivimos en nuestro país. Por otra parte, los pronósticos de la semana santa se ma cayeron, por lo menos el lunes y martes santos, la oposición intentó guarimbear y embochinchar a Caracas, pensando yo que iban a respetar la semana santa y retomarían sus actividades la semana siguiente, pero no, porque estamos en los días de la conmemoración del golpe del 11 de abril de 2002, y ellos quieren reeditarlo, claro eliminando el 13, que fué cuando los cerros bajaron, los barrios salieron y el Presidente Chávez volvió y se retomo la constitucionalidad de nuestras instituciones. Por eso alertó al pueblo venezolano a estar misca y pendientes por estos días, y con él digo: ¡No pasarán! ¡No volverán!.
Ahora si, vamos al tema titulo de este artículo de opinión.
El Sistema de Justicia es uno de dichos instrumentos fundamentales establecidos por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para asegurar que los ciudadanos y ciudadanas puedan, sin exclusión, ni discriminación de ninguna naturaleza, acceder al ejercicio pleno de sus derechos humanos.
En virtud de ello, la Disposición Transitoria Cuarta, en su numeral 5, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala la necesidad de que sea desarrollada la legislación relativa al Sistema de Justicia dentro del primer año de vigencia del texto constitucional. Esta legislación sería el desarrollo de lo dispuesto en el artículo 253 de la Constitución de la República, (Título V Capítulo III, Del Poder Judicial y del Sistema de Justicia), el cual establece:
"La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.
Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer las causas y asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias.
El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados o abogadas autorizadas". (Subrayado añadido)
Con este fin, a inicios del año 2008 se iniciaron mesas de trabajo con funcionarios y funcionarias que actuando en representación de los órganos y entes que componen el Sistema de Justicia identificaron entre los problemas recurrentes el estado de la justicia y los derechos humanos en el país, la existencia de dos nudos críticos que relacionados entre sí, impiden el logro de un Estado de Justicia: a) restringir el acceso a la justicia a la población en situación de pobreza y exclusión social, y b) la descoordinación de los órganos y entes que componen el sistema de justicia.
Estos nudos críticos son valorados como causas de un funcionamiento ineficiente e ineficaz de las instituciones, una administración de los asuntos públicos sumida en esquemas propios del formalismo, el burocratismo y el corporativismo, igualmente reflejo de profundas debilidades institucionales que presenta en su conjunto el Estado, dado que el principio de división de poderes públicos entendido como separación a ultranza de los mismos, se ha traducido en la interpretación de la "independencia" y "autonomía" como instituciones feudos, estanco o conucos de actuación que dificultan una acción articulada para la solución de los problemas del pueblo y para el logro de los fines del Estado.
De tal manera, que la existencia formal del Sistema de Justicia, supone no solo la vigencia de normas que generan un mandato para su concreción, sino la necesaria superación de la desarticulación de actividades y funciones entre quienes integran el Sistema, creado por la ausencia de espacios de articulación y coordinación de políticas públicas intraórganos e interórganos. Ello evidencia que no existe integración de políticas de justicia entre los diferentes componentes que lo conforman y entre los órganos y entes que integran el Sistema de Justicia conforme a nuestro ordenamiento constitucional. La fragmentación institucional podrá permitir el funcionamiento de cuerpo o corporaciones institucionales, pero es reflejo de la ausencia de un funcionamiento sistémico que coloque todos los recursos disponibles de los órganos y entes del Sistema de Justicia en posición de cumplir y colaborar radicalmente con los fines del Estado.
La fragmentación institucional afecta negativamente la realización del valor de la justicia y la construcción de una sociedad justa. En pocas palabras, y en pleno apego a la Constitución, sin Sistema de Justicia no hay construcción posible de una sociedad justa. De tal manera, que la exigencia impuesta al Estado de garantizar una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles, que supone consolidar el funcionamiento del Estado como un todo, que se fortalece a partir de relaciones de corresponsabilidad, cooperación, articulación, complementación, integración, haciendo que cada órgano y ente que lo componen pueda cumplir a cabalidad con el fin establecido para la suprema felicidad de los hombres y mujeres de la patria.
Por ello, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que "cada una de las ramas del Poder Público Nacional tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe colaborarán entre sí para el logro de los fines esenciales del Estado" (artículo 136). Este principio de colaboración entre Poderes Públicos permite establecer las bases jurídico-constitucionales de la coordinación, complementación, corresponsabilidad e integración en los órganos del Poder Público que concurren y son llamados a articularse en los diferentes sistemas establecidos por el constituyente, entre los que destaca la novísima figura del Sistema de Justicia que el presente proyecto de Ley pretende desarrollar y regular.
La historia política del Derecho Constitucional Moderno ha conformado un conjunto de reglas específicas para el ejercicio de las potestades, entre las cuales la "separación de funciones" se vincula a la garantía de los derechos fundamentales, al principio de legalidad y a la imparcialidad, las cuales fueron concebidas en su origen doctrinario liberal de una manera rígida, dando lugar a distorsiones que la confunden con la atomización, las parcelas organizativas, y una diferenciación de funciones sin el logro de adecuados mecanismos de articulación entre los órganos y entes y las funciones a su cargo. Bajo esta visión rígida, en ocasiones interesadamente corporativista, los órganos y entes del Estado pierden las mínimas condiciones de complementación y coordinación, que aseguren al conjunto de las instituciones las condiciones necesarias para el cumplimiento de sus fines esenciales. Más aún, esta necesaria relación de respeto a la autonomía e independencia de cada Poder Público, no puede desvincularse del principio de colaboración que asegura que existan instancias formales que faciliten el desarrollo de los esfuerzos institucionales que hagan posible la justicia para los hombres y mujeres de la patria.
Por tanto, es a partir de la concepción del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que los compartimientos estancos y la rigidez institucional comienza a flexibilizarse y perfeccionarse, a partir de una adecuada comprensión del principio de la colaboración entre los distintos Poderes Públicos. En el nuevo modelo de Estado, no se concibe al Poder Público dividido en compartimientos estancos, rígidamente separados entre sí, fragmentados y descoordinados, sino como instancias de colaboración para el logro de finalidades comunes, que no son otras que las establecidas en la Constitución, como principios y valores fundamentales.
Esta necesaria colaboración, entendida como cooperación, complementación y coordinación, resulta más imperativa si se toma en consideración que la nueva arquitectura constitucional en la República Bolivariana de Venezuela incorpora nuevos poderes (Electoral y Ciudadano), órganos y funciones a la clásica separación de funciones de raigambre liberal (Legislativo, Ejecutivo y Judicial). ( Continuará...).
*Abogado, Analista Político y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Moderador de los Programas Informativos y de Opinión "Micrófono Abierto", "Lo que se Habla" y "Caminos Libres", transmitidos de lunes a viernes de 12 m a 2 pm por la Emisora Comunitaria "Llovizna" 104.7 FM, y los días martes de 7 pm a 8 pm y los domingos de 8 pm a 9 pm por la Emisora Cultural, Informativa y de Entretenimiento perteneciente a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y del Sistema Nacional de Medios Públicos, "La Voz de Guayana" 89.7 FM, respectivamente. jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com, juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
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