martes, 28 de abril de 2009

LOS ANIMALES Y SU LEY.

Eileen Padrón

Desde que era una niña he visto criar mascotas en mi familia, aprendí a quererlos y cuidarlos como uno mas de la familia. Tuve mi primera mascota a los 5 años, fue un periquito que lo bauticé “pelele” el cual era mi ángel guardián. Un día lo saqué a pasear sobre mi hombro como siempre y de repente voló de árbol en árbol junto a un grupo de su misma especie que andaban libres, nunca regresó y sufrí mucho hasta que tuve otras mascotas. Quise comenzar con este relato para concienciar a todas aquellas personas que deseen comprar mascotas de cualquier tipo: “exóticas”, “silvestres” o “salvajes” para tener una satisfacción personal, pero que lejos de proporcionarles felicidad, los están haciendo sufrir por sacarlos de su hábitat natural. La venta de aves y otras especies silvestres en nuestras carreteras es un crimen y está penalizado, pero desgraciadamente mientras exista “compradores” habrá inescrupulosos que atrapen nuestra fauna para comercializarlas. Amar a los animales no es tenerlos atados, amarrados, encerrados o enjaulados, caí en eso hace 20 años con mi lora real, la tengo desde pichoncita, le daba la comida en el pico, la enseñé hablar a decir groserías a bailar, pero siempre dentro de una cárcel, se la he cambiado a medida que crece pero igualmente encerrada, la obligué a que se adaptara a mi mundo tanto así que se le abre la jaula y no sale. Ya no es hora de dejarla ir, moriría en el intento. En los animales “domésticos” como perros y gatos, la adopción y custodia es una bendición cuando se hace debidamente. Hay quienes solo los ven como “policías guardianes”, otros como objetos decorativos y otros lo ven como un negocio lucrativo, sacándoles crías hasta que ya no pueden mas y mueren, o criarlos para la pelea donde se destrozan entre si. Los humanos a veces somos irracionales con respecto a nuestros animales, muchas ocasiones por ignorancia, por desconocimiento, falta de información, creencias, pero otras por sinvergüenzura y mercantilismo. Si bien es cierto que la Tauromaquia tiene años haciéndola ver como un “arte” y con muchos seguidores, no es imposible crear conciencia que los Toros son seres vivientes que merecen hasta una muerte digna y no en un ruedo masacrado. Hay países donde disfrutan del espectáculo, sin matar ni hacer sufrir al Toro, por mi parte erradicaría ese “arte”. Los toros coleados, a esto lo llaman “deporte” un novillo lanzado al terreno en desventaja, enfrentado con hombres y caballos que lo torturan, le parten el rabo, las costillas y cuando caen lo vuelven a levantar con métodos dolorosos, solo basta estar en una manga de coleo y ver esa barbarie. Como católica respeto la libertad de cultos, pero como revolucionaria no puedo aceptar el sacrificio de animales por creencias religiosas, la tortura previa en tenerlos amarrados por las patas, horas y horas bajo lluvia o sol inclemente, luego llevarlos a degollar y vaciarles la sangre bajo los gemidos y chillidos, no importa que clase de animal es, cualquiera es buena para la brujería, esa escena es deprimente y muchas veces lo hacen delante de niños que sufren con ese espectáculo, cuando el deber es inculcarle valores de respetar y amar a los animales. Lectores y lectoras, camaradas, es muy importante que apoyemos la Ley de Protección Animal para poder tomar medidas y castigar a quienes incumplan y torturen en todas sus formas a los animales. Somos muchos que tenemos años defendiendo esta causa y asociaciones como Aproa, Animanaturalis entre otras, que han dado una lucha intensa y aportado sus experiencias en el cuido animal para que, al lado de legisladores concientes, pudieran presentar el proyecto de Ley, que gracias a Dios está por discutirse en Plenaria. Por los derechos de nuestros animales. SI A LA LEY DE PROTECCION ANIMAL.
eilpadron@yahoo.com

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