Marynes Ladera.
Hagamos un ejercicio de imaginación y devolvámonos en el tiempo, siete años atrás, es jueves, y es 11 de abril... un golpe de Estado intentó fracturar a una sociedad. Un derramamiento de sangre y una sublevación por parte de un grupo de militares apátridas obligó al jefe del Estado a entregarse, coinvirtiéndose en un preso político.
Y es que como el presidente ha señalado en otras ocasiones, lo de ese abril de 2002, era un "golpe por goteo", por eso, entre otras cosas, el 10 de abril convocó a una reunión con coroneles y tenientes coroneles, una acción que el presidente y comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, definió en 2004 como "contraconspirando en mi terreno; porque ese es mi terreno natural, yo me crié conspirando en Fuerte Tiuna, yo ahí era como pez en el agua".
Al tiempo que se acordaban estrategias con Jesús Romero Anselmi, para entonces presidente de Venezolana de Televisión, pues lo de abril de 2002, era un golpe mediático.
Las órdenes dadas por el Jefe del Estado para controlar lo que en la calle sucedía fueran desobedecidas, la anarquía y el desconocimiento a la autoridad no dejaban lugar a dudas, estaba en marcha un golpe y el objetivo era el Presidente Chávez, quien para evitar más muertes decide entregarse.
Una vez trasladado hacia Fuerte Tiuna la confusión de los militares que lo tenían preso, un verdadero preso político no sabían qué hacer "algunos querían matarme, otros estaban borrachos, otros estaban reflexivos y querían dialogar; yo les preguntaba qué iban a hacer, qué le iban a decir al país bien", dijo en 2005 el presidente Chávez durante una entrevista concedida en VTV.
El mandatario venezolano ha contado que le habían colocado un papel sobre la mesa, ese papel era la renuncia. "Me la pusieron en la mesa, al lado de los obispos. Los obispos echan su cuento, sobre todo el obispo (Baltazar) Porras; él echa su cuento a su manera de que él estuvo ahí para salvar mi vida, que gracias a él yo estoy con vida. Es mentira, él estuvo allí apoyando lo que esa gente estaba haciendo; apoyaba y asentía y jamás se paró a pedir por mi vida".
Tras un debate de poco más de una hora y en el que el presidente Chávez se negaba a renunciar algunos de los captores deciden que no importaba la negativa a estampar su nombre en ese papel y se fueron con la hoja sin la firma, pero más tarde ésta sería difundida diciendo que el presi¬dente Chávez la había suscrito "porque el plan era matarme".
Para ese momento el líder bolivariano estaba en la 35 Brigada de Policía Militar allí llegó como a las 5:30 a.m. del 12 de abril- en Fuerte Tiuna recibió el apoyo de oficiales subalternos a quienes se les encomendó su custodia. "Las muchachas fiscales que lograron entrar y posteriormente manda¬ron la fotocopia a Isaías (Rodríguez), que es cuando él dice que el Presidente no ha renunciado- solicitaron ver la dimisión, como el presidente Chávez no la había firmado, una de las funcionarias deja por sentado en la hoja de inspección el estado físico del detenido, y escribe, con letras muy chiquiticas: "El Presidente dice que no ha renunciado" y eso le dio ímpetu para actuar.
En ese momento un capitán de custodia lo ayuda consiguiéndole un teléfono público, un tele-visor portátil y algunos números telefónicos. Pero el presidente Chávez sólo pudo comunicarse con su hija María a quien le señala que debe buscar la manera de hacerle saber al pueblo que no ha renunciado. Para cumplir con la misión, María se pone en contacto con el para entonces presiden¬te de Cuba, Fidel Castro, quien la conecta con la prensa mundial y su voz sale a todo el mundo.
Mientras tanto, en Fuerte Tiuna empiezan los comandantes a presionar y organizarse para sacar al Presidente de la Policía Militar. "Allí habían mandado a unos militares y unos mercena¬rios para que yo no saliera vivo, iban a simular una trifulca y unos disparos y yo era hombre muer¬to; iban a ejecutarme.
Un grupo de militares jóvenes empiezan a comunicarse entre ellos en Fuer¬te Tiuna y comienzan a organizar un grupo y llegan a la Policía Mi¬litar. Yo noté mucha tensión en el pasillo, y entra un capitán que me dice que no me preocupe, que no me va a pasar nada. Yo le dije que estaba tranquilo. Ellos lograron neutralizar esa operación y es cuando deciden, por la presión del pueblo que se oye en la alcabala de Coche, sacarme en helicóptero a Turiamo, y deciden que no me custodiara el Ejército sino la Marina".
Ya en Turiamo, se presenta otro altercado. "Ahí llegaron los que querían matarme, y yo los tuve cerquita; incluso, pensé en un momento que me llegó la hora, porque estaban con su ametralladora, y en un momento dado uno se coloca a mi espalda y llegué a pensar que él me iba a matar por la espalda, y yo no voy a morir por la espalda.
Recordé al Che y muchas cosas, y en ese mo¬mento de mucha tensión, unos muchachos de la Marina actúan y de la oscuridad surge la voz de un soldado que dijo: Si matan a este hombre, aquí nos matamos todos. Eran el pueblo y sargen¬tos, los mercenarios se fueron en helicópteros".
Estando en Turiamo, el presidente Chávez se atreve a preguntarle al oficial que le recibe: ¿para dónde me van a llevar? E incluso planteaba, que estaba in¬comunicado, al mediodía del 12 de abril al presidente Chávez aún no se le permitía hablar con sus familiares ni mucho menos un abogado, tampoco al pueblo que ya para entonces se organizaba y movilizaba porque querían cono¬cer dónde estaba su comandante. Chávez era un preso político.
Para ese momento, sólo se le informaba que sería trasladado a La Orchila, por su ubicación geográfica, y de allí sería trasladado al exterior, Cuba, hubiese sido el destino por razones de seguridad.
En la mañana del 13 de abril, en medio de la incertidumbre, el presidente es trasladado hacia La Orchila. Allá había estado días antes, y es recibido por un capitán quien le dice que su familia está bien y que había dejado un celular bajo la almohada(...)
Lo que sucedió después fue el resultado de la lealtad de un pueblo hacia un proyecto político. Desde ese día la unión entre civiles y militares jamás volverá a quebrantarse... siete años des¬pués, aquí estamos y estaremos siempre.
Y es que como el presidente ha señalado en otras ocasiones, lo de ese abril de 2002, era un "golpe por goteo", por eso, entre otras cosas, el 10 de abril convocó a una reunión con coroneles y tenientes coroneles, una acción que el presidente y comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, definió en 2004 como "contraconspirando en mi terreno; porque ese es mi terreno natural, yo me crié conspirando en Fuerte Tiuna, yo ahí era como pez en el agua".
Al tiempo que se acordaban estrategias con Jesús Romero Anselmi, para entonces presidente de Venezolana de Televisión, pues lo de abril de 2002, era un golpe mediático.
Las órdenes dadas por el Jefe del Estado para controlar lo que en la calle sucedía fueran desobedecidas, la anarquía y el desconocimiento a la autoridad no dejaban lugar a dudas, estaba en marcha un golpe y el objetivo era el Presidente Chávez, quien para evitar más muertes decide entregarse.
Una vez trasladado hacia Fuerte Tiuna la confusión de los militares que lo tenían preso, un verdadero preso político no sabían qué hacer "algunos querían matarme, otros estaban borrachos, otros estaban reflexivos y querían dialogar; yo les preguntaba qué iban a hacer, qué le iban a decir al país bien", dijo en 2005 el presidente Chávez durante una entrevista concedida en VTV.
El mandatario venezolano ha contado que le habían colocado un papel sobre la mesa, ese papel era la renuncia. "Me la pusieron en la mesa, al lado de los obispos. Los obispos echan su cuento, sobre todo el obispo (Baltazar) Porras; él echa su cuento a su manera de que él estuvo ahí para salvar mi vida, que gracias a él yo estoy con vida. Es mentira, él estuvo allí apoyando lo que esa gente estaba haciendo; apoyaba y asentía y jamás se paró a pedir por mi vida".
Tras un debate de poco más de una hora y en el que el presidente Chávez se negaba a renunciar algunos de los captores deciden que no importaba la negativa a estampar su nombre en ese papel y se fueron con la hoja sin la firma, pero más tarde ésta sería difundida diciendo que el presi¬dente Chávez la había suscrito "porque el plan era matarme".
Para ese momento el líder bolivariano estaba en la 35 Brigada de Policía Militar allí llegó como a las 5:30 a.m. del 12 de abril- en Fuerte Tiuna recibió el apoyo de oficiales subalternos a quienes se les encomendó su custodia. "Las muchachas fiscales que lograron entrar y posteriormente manda¬ron la fotocopia a Isaías (Rodríguez), que es cuando él dice que el Presidente no ha renunciado- solicitaron ver la dimisión, como el presidente Chávez no la había firmado, una de las funcionarias deja por sentado en la hoja de inspección el estado físico del detenido, y escribe, con letras muy chiquiticas: "El Presidente dice que no ha renunciado" y eso le dio ímpetu para actuar.
En ese momento un capitán de custodia lo ayuda consiguiéndole un teléfono público, un tele-visor portátil y algunos números telefónicos. Pero el presidente Chávez sólo pudo comunicarse con su hija María a quien le señala que debe buscar la manera de hacerle saber al pueblo que no ha renunciado. Para cumplir con la misión, María se pone en contacto con el para entonces presiden¬te de Cuba, Fidel Castro, quien la conecta con la prensa mundial y su voz sale a todo el mundo.
Mientras tanto, en Fuerte Tiuna empiezan los comandantes a presionar y organizarse para sacar al Presidente de la Policía Militar. "Allí habían mandado a unos militares y unos mercena¬rios para que yo no saliera vivo, iban a simular una trifulca y unos disparos y yo era hombre muer¬to; iban a ejecutarme.
Un grupo de militares jóvenes empiezan a comunicarse entre ellos en Fuer¬te Tiuna y comienzan a organizar un grupo y llegan a la Policía Mi¬litar. Yo noté mucha tensión en el pasillo, y entra un capitán que me dice que no me preocupe, que no me va a pasar nada. Yo le dije que estaba tranquilo. Ellos lograron neutralizar esa operación y es cuando deciden, por la presión del pueblo que se oye en la alcabala de Coche, sacarme en helicóptero a Turiamo, y deciden que no me custodiara el Ejército sino la Marina".
Ya en Turiamo, se presenta otro altercado. "Ahí llegaron los que querían matarme, y yo los tuve cerquita; incluso, pensé en un momento que me llegó la hora, porque estaban con su ametralladora, y en un momento dado uno se coloca a mi espalda y llegué a pensar que él me iba a matar por la espalda, y yo no voy a morir por la espalda.
Recordé al Che y muchas cosas, y en ese mo¬mento de mucha tensión, unos muchachos de la Marina actúan y de la oscuridad surge la voz de un soldado que dijo: Si matan a este hombre, aquí nos matamos todos. Eran el pueblo y sargen¬tos, los mercenarios se fueron en helicópteros".
Estando en Turiamo, el presidente Chávez se atreve a preguntarle al oficial que le recibe: ¿para dónde me van a llevar? E incluso planteaba, que estaba in¬comunicado, al mediodía del 12 de abril al presidente Chávez aún no se le permitía hablar con sus familiares ni mucho menos un abogado, tampoco al pueblo que ya para entonces se organizaba y movilizaba porque querían cono¬cer dónde estaba su comandante. Chávez era un preso político.
Para ese momento, sólo se le informaba que sería trasladado a La Orchila, por su ubicación geográfica, y de allí sería trasladado al exterior, Cuba, hubiese sido el destino por razones de seguridad.
En la mañana del 13 de abril, en medio de la incertidumbre, el presidente es trasladado hacia La Orchila. Allá había estado días antes, y es recibido por un capitán quien le dice que su familia está bien y que había dejado un celular bajo la almohada(...)
Lo que sucedió después fue el resultado de la lealtad de un pueblo hacia un proyecto político. Desde ese día la unión entre civiles y militares jamás volverá a quebrantarse... siete años des¬pués, aquí estamos y estaremos siempre.
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