Antonio Aponte
Venezuela es hoy importante laboratorio social para el estudio de la psicología de masas, más preciso, para el estudio de la psicología de las masas en etapa previa a una fuerte embestida fascista. Veamos.
Los capitalistas cuando ven su sistema en peligro activan su más cruel conducta de defensa: el fascismo. Cuando detectan un gobernante dispuesto a avanzar hacia el Socialismo, encienden las alarmas y activan al fascismo. Entonces el dilema siempre es Socialismo o Fascismo. Expliquemos.
Lo primero que hacen es deshumanizar al líder que es objetivo político, lo califican de mono, monstruo, bestia, narcotraficante, amigo de Satán. Simultáneamente activan miedos instalados en el inconciente colectivo: el miedo al despojo, a perder los hijos, las propiedades. Luego asimilan el proceso político que adversan con cataclismos sociales, lo califican con adjetivos que ya pervirtieron, hablan de comunismo, totalitarismo.
Con estas intenciones actúan todas sus fuerzas, periódicos, televisoras, educadores, iglesia. Cualquier adversidad por pequeña que sea la magnifican a niveles de tragedia. Así, la sociedad vive en la zozobra de problemas pequeños transformados en existenciales, pierde la capacidad de análisis, la escasez de azúcar, por ejemplo, produce angustias que requieren terapia, la inseguridad es manipulada hasta alcanzar niveles de linchamiento gozoso. Poco a poco van acostumbrando a la sociedad a la crueldad, insensibilizándola.
Buscan llegar a la condición ideal para dar su zarpazo, esta es la situación cuando la base social acepta cualquier crueldad e inhumanidad con tal de salir del “monstruo” y del “proceso cataclismico”.
Todo lo que vaya contra el “monstruo” es aceptado, y la inteligencia se encarga de construir argumentos que enturbien el sentimiento.
Pueden llevar a grandes sectores de la humanidad a aceptar holocaustos, genocidios, invasiones, magnicidios. Estos grandes sectores se sienten tranquilos, calmados en sus baluartes psíquicos, allí son fuertes, “el peligro no vendrá”. Todo el que discrepe está fuera del castillo y debe ser exterminado, todo argumento que resquebraje las murallas debe ser atacado y su portador exterminado.
He allí las condiciones psíquicas para las mayores barbaridades.
Aquí en Venezuela esto está ocurriendo frente a nuestros ojos, las señales abundan: estos sectores no aceptan que regulen los alimentos, si es contra Chávez prefieren pagarlos caros, lo mismo con los colegios.
Estos sectores aprueban el asesinato como fórmula política, claman por el magnicidio, ni sus líderes más “democráticos” lo condenan.
Pero la señal más alarmante es cuando este sector aprueba la exposición de cadáveres con fines comerciales que alguien montó en el Sambil.
Examinando los argumentos con los que apoyan su postura, y que aparecen en los comentarios enviados a nuestro blog, nos daremos cuenta que el fascismo obnubila, y también que se alimenta de lo más perverso de lo que es capaz la especie. Los perturba tanto el “monstruo”, que por instinto prometen asesinato a todo el que les devele la inhumanidad en que están cayendo.
Es deber de los humanos, por sobre cualquier riesgo, hacer frente a la amenaza fascista.
¡Socialismo es Humanismo!
¡Chávez es Socialismo!
*Tomado de la Columna "Un Grano de Maíz" del 11/03/2009.
jueves, 19 de marzo de 2009
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