martes, 12 de agosto de 2008

Cuenca alta del río Paragua aporta nuevas especies para la

Evelyn Guzmán Bigott

Aquel 28 de noviembre de 2005, más de 15 científicos locales y foráneos, se internaron en una de las cuencas menos conocidas de la Guayana venezolana. El objetivo de esta expedición que duró 13 días, era incrementar el conocimiento sobre la diversidad biológica de una región que aún se mantiene casi prístina y dos años después, los hallazgos sorprenden a la ciencia.Una evaluación rápida de los ecosistemas acuáticos de la cuenca alta del río Paragua, ubicada en el Municipio Raúl Leoni al suroeste del estado Bolívar, permitió descubrir una especie de planta, una de reptil, 4 anfibios, un género y al menos 10 especies de peces, nuevos para la ciencia. Asimismo, se determinaron nuevos registros de seis plantas, 59 anfibios y una especie de ave para el estado Bolívar.El estudio se llevó a cabo por iniciativa de la empresa hidroeléctrica Edelca y Conservación Internacional-Venezuela, bajo la coordinación técnica del Museo de Historia Natural de Fundación La Salle y la participación de diversas instituciones, tales como: Fundación Jardín Botánico del Orinoco, Universidad Internacional de Florida (EEUU), Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Centro para el Estudio de la Biodiversidad Neotropical de la Universidad Experimental de Los Llanos "Ezequiel Zamora" (Unellez), Colección Ornitológica Phelps, Estación de Investigaciones Hidrobiológicas de Guayana, Oficina Nacional de Diversidad Biológica del Ministerio de Ambiente y el Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (Inapesca).

Salto Ichún (Foto Foto A. Rial)
PRÍSTINO Y DESCONOCIDOEl río Paragua, principal afluente del río Caroní, nace en la Serranía de Marutaní (cerca de la frontera con Brasil) y recorre unos 550 kilómetros antes de verter sus aguas en el embalse de Guri.Su cuenca alta cubre una superficie de más de 22 mil kilómetros cuadrados y tal como lo refiere el estudio, es una de las cuencas hidrográficas menos conocidas del país y aún en condiciones prístinas, aunque algunas zonas están amenazadas por la actividad minera.
De ahí la importancia de este estudio cuyos resultados, recopilados en el Boletín RAP de Evaluación Biológica Nº49, "aportan información de línea base para futuros estudios biológicos y sociales, y propuestas de planes de conservación y uso sustentable tanto para especies individuales como para todo este ecosistema único".DIVERSIDAD QUE SORPRENDEPara el estudio de la flora y vegetación, se establecieron 21 puntos de muestreo donde se recolectaron 881 muestras botánicas, de las cuales se reportó una posible nueva especie del género Ilex y dos nuevos registros para la flora de la Guayana: Cyperus ischnos (hierba) y Aspidosperma discolor (árbol mediano de tronco acanalado).En cuanto a la diversidad de peces (ictiofauna), el estudio añadió 59 especies no conocidas antes para este río, "con lo que la riqueza íctica de toda la subcuenca del Paragua ascendería a unas 150 especies". Advierte que "al menos diez especies son novedades taxonómicas", aunque faltan otros estudios más detallados para poder afirmarlo. Añade que es posible que algunas de las especies sean endémicas del alto Paragua, tales como Rivulus sape y Rivulus, entre otros.
Refiere el potencial ornamental de la ictiofauna del área, al señalar que el 75% de las especies pueden ser utilizadas como peces de acuario. Igual de sorprendentes fueron los resultados del estudio sobre los hábitos alimenticios de la comunidad de peces, los cuales dejaron ver un claro predominio del consumo de insectos autóctonos (84,3%) por encima de aquellos provenientes de otro lugar, (6,59%), lo que evidencia a juicio de los científicos, un ecosistema fluvial "con suficientes recursos alimenticios disponibles".Con relación a los anfibios y reptiles (herpetofauna), el estudio registró nuevas especies para la ciencia de Anomaloglossus, Dendrosophus (anfibios) y Gonatodes (reptil); así como también el tercer ejemplar de la culebra Liophis torrenicola, que se conoce para la cuenca del Paragua, al igual que la serpiente Dipsas copei. En total se reportaron 40 anfibios y 64 reptiles, lo que representa el 13% y 19% del total de anfibios y reptiles, respectivamente, señalados para Venezuela.

Tuqueque Gonatodes, nueva especie para la ciencia. (Foto J. Señaris)

Por su parte, el inventario de las aves alcanzó el registro de 127 especies incluidas en 44 familias, incluidas 3 especies migratorias de Norteamérica. El estudio resalta el avistamiento del Frutero Lomiazul (Cyanicterus cyanicterus), especie que no estaba registrada para el estado Bolívar y reitera la necesidad de conservación para 26 aves, en especial el Águila Harpía, catalogada como vulnerable.En referencia a los mamíferos, el AquaRAP registró un total de 48 especies pertenecientes a 9 órdenes y 24 familias, siendo los más interesantes: el murciélago blanco Diclidurus isabellus, el mono Aotus trivirgatus y el puercoespín negro Sphiggurus melanurus.
La biodiversidad de los macroinvertebrados acuáticos fue estudiada en 18 localidades de la cuenca alta, en los ríos Paragua, Ichún y Marik donde se identificaron 112 especies pertenecientes a 46 familias y 17 órdenes de insectos, crustáceos, hirudíneos (conocidos más como sanguijuelas), oligoquetos (las populares lombrices de tierra) y poríferos (esponjas).
De igual forma, el estudio permitió evaluar los aspectos socioculturales de las comunidades indígenas del sector (Veveneken, Karunken, Parupa, Kawaimaken y Boca de Ichún), evidenciando una disminución de sus actividades económicas tradicionales (agricultura, caza y pesca), en contraste con la progresiva incorporación en actividades mineras.Todo un mosaico de formas de vida y endemismo poco conocido, que a juicio de los científicos participantes del estudio, puede verse afectado por las actividades mineras y las consecuentes tala, quema, deforestación, alteración de la fisicoquímica de las aguas y cambios en los patrones culturales y económicos de las comunidades indígenas presentes en la zona.

Cangrejo Fredius stenolobus (Foto J. Señaris)
RECOMENDACIONESAunque los científicos señalan la necesidad de complementar los resultados de este estudio con exploraciones adicionales, consideran importante adelantar una serie de acciones para la conservación de la biodiversidad de la cuenca alta del río Paragua dirigidas al establecimiento de un área protegida en dicha cuenca con la participación de organismos públicos y privados y comunidades locales. Asimismo, recomiendan apoyar los programas para el uso sostenible de los recursos de la zona; realizar mayores estudios para conocer el impacto de la actividad minera en lo social y ambiental; incorporar a las comunidades locales a los procesos de conservación de los recursos; entre otras.
AquaRAPEsta técnica rápida de obtener información biológica de una región, con el objetivo de adelantar acciones de conservación, conocida como AquaRAP (por sus siglas en inglés), fue patentada por Conservación Internacional, y la misma se inició en el año de 1990 con evaluaciones rápidas en las regiones de Papúa, Nueva Guinea, Sudáfrica y en los países de Suramérica como Ecuador, Bolivia, Brasil, Perú, Paraguay, Guyana, Surinam y Venezuela, siendo en este último donde se han realizado el mayor número de evaluaciones rápidas o AquaRAP. "Los resultados de las prospecciones del AquaRAP están disponibles de manera inmediata, para todas aquellas partes interesadas en la planificación de la conservación".

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