Miguel Cortez
Otro elemento en el proceso hacia el socialismo se encuentra en la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular (LFDEP) publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela 5.890 del 31 de julio del presente año, al generar asociaciones para el desarrollo de la economía popular en base al trueque. El trueque surge como un modelo de relaciones de producción y proyectos comunitarios para satisfacer las necesidades sociales. La LFDEP establece un trueque directo y otro indirecto. El primero se realiza en valores equivalentes sin necesidad de sistema de compensación. El segundo con valores diferentes, que requieren de un sistema de compensación para equilibrar los valores de los saberes, bienes y servicios a intercambiar.
Históricamente, el trueque proviene del comunismo primitivo. En esta sociedad la producción se orientaba a la subsistencia de las tribus. No había excedentes. Todo se consumía. Con el tiempo las familias producen para satisfacer sus necesidades y generan, también, un excedente de productos, debido a la especialización de la producción y al desarrollo de la división del trabajo. Este excedente da lugar al intercambio entre pueblos remotos y con ello al comercio. Por un largo período el trueque funcionó sin necesidad de dinero o de un sistema de compensación. Los bienes se cambiaban según las necesidades de los participantes. Se intercambiaba materia prima por artesanías; herramientas de trabajo por lanzas, hachas, zapatos, collares, productos agrícolas, una amplia variedad de artículos. Bajo estas condiciones el trueque requería que las personas con exceso de un producto encontraran a alguien que lo necesitase y al mismo tiempo con exceso del producto deseado por el primero.
Ahora se hace diferente. Venezuela ha iniciado esta modalidad con su apertura exterior. Intercambia petróleo por maestros y servicio educativo, doctores y servicio de salud, maquinarias y tecnología, formación de recursos humanos y transferencia tecnológica, vacas lecheras y tractores, semillas y otros, previo acuerdo gobierno-gobierno. En Sucre, el trueque lo coordinaría la Gobernación y las alcaldías. O los Consejos Comunales según la vocación productiva de sus territorios. Cumanacoa cambia ocumo, yuca y ñame por sal y chivos de Araya. O por pescado y mariscos del Morro de Puerto Santo. Araya chivos por pescado y especies marinas por productos agrícolas. O por artesanías y dulces de coco de Cerezal; o por muñecas de trapo de Santa Fé y cacao de Río Caribe. Guiria ganado y carne por productos agrícolas o por otro bien que ellos necesiten y no puedan producir. Pueden generarse trueques culturales. Una charla por pescao o por un paseo en bote. Una asesoría por ñames.
Con el trueque el dinero se mantiene en reserva. Mejora la productividad y la especialización de la producción, cada región produce según su vocación productiva y obtiene bienes que no produce. Reduce la acumulación de stocks. Amplía las relaciones comerciales entre comunidades. La brecha entre ricos y pobres tienden a desaparecer. Cada miembro social necesita de los demás y tiene un bien que otros necesitan. Este año académico presenta una oportunidad de intercambiar libros por libros de años diferentes o bulto por libros. Con el trueque se profundiza el socialismo. HASTA OTRO ENFOQUE.cortezuno@gmail.com
jueves, 21 de agosto de 2008
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