lunes, 4 de agosto de 2014

De cómo pudieron haber asesinado a Hugo Chávez (XII).

*JUAN MARTORANO.


Con estos trabajos de investigación que hemos estado realizando, vayaque hemos estado tocando intereses, y tremendos ataques e intentos debanalización hemos estado recibiendo, eso estaba dentro de loscálculos que así iba a ocurrir. Pero, no podemos quedarnos callados ante los fuertes indicios del asesinato y magnicidio biológico deHugo Chávez, el cual constituye todo un acto de guerra contra el pueblo de Venezuela y su Revolución Bolivariana.



Loque realmente sucede, es que el asesinato de líderesantiimperialistas a nivel mundial, en diferentes tiempos y diferenteslugares de la geografía mundial, pero en especial la de Hugo Chávez,es un eslabón más, y quizás el más notorio y el de más gravesconsecuencias de la larga historia de acciones sucias perpetradas porlos Gobiernos de Estados Unidos y del sionismo israelí y susservicios de inteligencia. Se trata de la guerra secreta de los EEUUcontra la humanidad.


Paraaquellos que piensan que el imperialismo es un cuento de lossocialistas, pues que equivocados están. Los estadounidenses siemprehan puesto sus avances científicos y tecnológicos en función deimponer sus intereses hegemónicos al resto de los países delplaneta, y los que no lo acepten o se rebelen en contra de ese “ordenmundial” que se quiere imponer, son asesinados sin ningún tipo decomplejos y miramientos. Así como los experimentos antiéticos parainocular enfermedades (como el cáncer por ejemplo) y que hemostratado de resaltar en estos trabajos que hemos querido hacerpúblicos, el uso de prostitutas como espías por parte de susservicios de inteligencia o los “ovnis”, que para mí no son másque drones que no son más que invenciones del poder, aparatos con 50años de adelanto tecnológicos y repartidos en casi todos los paísesdel mundo, aquí en Venezuela hay por montones y están protegidospor poderosos y por leyes bien elaboradas en Washington.


Laposición acomodaticia de cualquiera sería que este cúmulo deinformaciones guardárselas y quedarse callado. Pero mi deber y miconciencia no me lo permiten, a riesgo de ser tildado “loco” opor amenazas o burlas que pudiera uno recibir.


Pero,retomando los señalamientos realizados por Thomas Gordon en su obra“Las armas secretas de la CIA”, y Percy Alvarado Godoy, retomamosla continuación de la entrega que hoy nos compete.


Buckleyaprovechó varios de los “trucos sucios” que había aprendidodel doctor Gottlieb. En las aldeas de las cuales tenía fundadassospechas de que estaban controladas por el Vietcong, introdujoalimentos con ántrax o cualquiera de las otras sustancias letalesque le mandaban desde Langley.


LosEstados Unidos siempre se han caracterizado por la invención demedicinas y remedios. Cada pocos meses aparece un nuevoantidepresivo: toda una gama de tranquilizantes y las fenotiacinasmás potentes ayudan a controlar las funciones fisiológicas de casitodos los sistemas orgánicos del cuerpo.


Tambiénera la época de finales de los 60, 70 y 80 del siglo pasado, en laque también se daban los primeros indicios de concienciaciónpública sobre los peligros de la sobremedicación, se publicaban lasprimeras historias en la prensa sobre los primeros pleitospresentados por pacientes estadounidenses que afirmaban haberrecibido tratamientos inapropiados, se hacían los primerosllamamientos en pro de una regulación gubernamental. El doctorCleghorn había recordado a su personal que nunca receta fármacos demanera indiscriminada y que jamás lo hiciera sin el reconocimientofísico más concienzudo. Nunca debía usarse un fármaco con suspacientes por pura “gestión institucional”.
Lapresencia del doctor Gottlieb en Vietnam tenía por objeto usar laguerra como banco de pruebas para el MK ULTRA. Sabía que noescasearían los “prescindibles” para sus últimos experimentos.Le había ordenado a Buckley que se asesgurase de tenerlo todo listopara cuando él llegara. Varios médicos del instituto habíanexpresado sus consternación porque el doctor Cameron había empezadoa administrar curare a sus pacientes para paralizarlos, de modo queno tuvieran manera de detener físicamente las cintas que éste lescolocaba para sus experimentos psiquiátricos.
EnLangley, el doctor Gottlieb seguía enfrascado en el programa deguerra biológica. En el arsenal de Edgewood, los científicospatrocinados por la CIA habían estado trabajando con la mescalinacomo potencial arma. Sus experimentos incluían a un entrenador detenis, Harold Bleur, quien estaba recibiendo tratamiento psiquátricoen el Instituto Psiquiátrico de Nueva York, institución que, aespaldas de la mayoría del personal, se había incorporado alprograma de control mental de la CIA. Habían enviado al institutomescalina, bajo el nombre en clave EA-1298, para “evaluaciónhumana”. Bleur recibió una inyección. En cuestión de minutoscayó en un coma del que no saldría nunca.
Eldoctor Gottlieb quiso a continuación que los científicos delarsenal de Edgewood desarrollasen un arma biológica basada en elglicolato. En un memorándum que escribió señalaba la “urgenciade la investigación, ya que se sabe que los soviéticos estánactivamente volcados en el campo del glicolato”. Veintevoluntarios, cinco de ellos presos y los otros quince reclutas delejército estadounidense recibieron con el tiempo inyecciones de unadroga basada en el glicolato y desarrollaron síntomas gravementeincapacitadores que les duraron dos meses. No les informaron delobjeto del ensayo, la naturaleza de la droga o de sí les dejaríasecuelas a largo plazo. Se consideró que la prueba había sido“satisfactoria”.
AGottlieb le preocupaba que el director de Operaciones Técnicas delKGB, cuyo fin era idéntico al de la división de la CIA quecontrolaba él, fuera por delante de la investigación estadounidenseen venenos y gases. Sus temores se fundaban en un caso protagonizadopor un bielorruso, Georgi Serguéyevich Okolovich, que habíadirigido una sonada campaña de propaganda antisoviética desde laciudad alemana de Francfort. Encargaron a un asesino del KGB, NikoláiJoklov, que acabara con él. Una vez que hubo convencido a susinterrogadores de quien era, Joklov se los llevó a la Selva Negra.Joklov reveló que los armeros del KGB la habían adaptado para queuna pitillera de oro se convirtiera en una pistola que disparaba lasbalas escondidas dentro de los cigarillos. Joklov se convirtió en unorador habitual en encuentros celebrados en toda la AlemaniaOccidental, en las que describía el inmenso arsenal de armasbioquímicas de la Unión Soviética. Durante una velada, enFrancfort, mientras pronunciaba una de sus conferencias, se derrumbóde improviso. El KGB se había ingeniado, supuestamente, paraenvenenarle la comida con diminutas partículas radiactivas. Nadiedescubrió cómo.
Dosaños después, el KGB lanzó un ataque parecido contra otrodisidente soviético, Stefan Bandera, en Múnich. Había regresado asu piso del extrarradio de la ciudad para comer cuando un agente delKGB, Bogdan Stashinski, usó un arma tubular para dispararle a lacara cierta cantidad de ácido prúsico. El disidente absorbió elácido, cuyo efecto vasoconstrictor le provocó lo que parecía unataque al corazón. Dos años más tarde Stashinski se había pasadoa Occidente llevando consigo los últimos detalles sobre las armasbiológicas del KGB.
Eldoctor Gottlieb andaba ocupado organizando el MK SEARCH. Habíaautorizado que se reservaran 30.000 dólares para nuevos pisosfrancos en Chicago y Los Ángeles. Se habían concedido otros 150.000a un laboratorio de Baltimore para que investigara microorganismoscapaces de provocar “cualquier cosa, ya sean prácticas sexualespoco comunes o la simulación de una muerte por dióxido de carbono”.El doctor Gottlieb esperaba que las investigación, con el tiempo, lepermitiera añadir capítulos a su manual de asesinato.
Secreó una nueva vía de financiación de las drogas. La AmazonNatural Drug Company que tenía una oficina registrada en Iquitos,Perú. La dirigía John King, que había dirigido la división delhemisferio occidental de la CIA hasta el fiasco de Bahía deCochinos, momento en que había caído Dulles. El doctor Gottliebreincorporó con discreción a King al redil de la Agencia... y leproporcionó un presupuesto de casi un millón de dólares. King usóparte del dinero para comprarse una casa flotante, que llenó debourbon antes de navegar por el Amazonas con un pequeño equipo debotánicos de la Agencia que recogían hojas, raíces y cortezas.Helms continuaba teniendo fe en que un día el doctor Gottliebdescubriría la respuesta al control mental y le permitió continuar,sin trabas ni cortapisas, ideando nuevos y mejores modos dedesorientar, desacreditar, mutilar y matar.


Peroesta publicación de estos trabajos continuarán, por razones deespacio, en la próxima entrega.


¡Bolívary Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta laVictoria Siempre!
¡Independenciay Patria Socialista!
¡Viviremosy Venceremos!


*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).http://juanmartorano.blogspot.com/ http://juanmartorano.wordpress.com/ ,jmartoranoster@gmail .com
,j_martorano@hotmail.com ,juan _martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).



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