Ruben Dario Llanillos Cornejo
La doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el mayor odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial como la liberal), que ve en el marxismo algo así como una "secta nefasta". Y no puede esperarse otra actitud, pues en una sociedad erigida sobre la lucha de clases no puede haber una ciencia social "imparcial". De un modo o de otro, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar una ciencia imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la pueril ingenuidad que esperar de los fabricantes imparcialidad en cuanto a la conveniencia de aumentar los salarios de los obreros, en detrimento de las ganancias del capital.
Pero hay más. La historia de la filosofia y la historia de las ciencias sociales enseñan con toda claridad que no hay nada en el marxismo que se parezca al "sectarismo", en el sentido de una doctrina encerrada en sí misma, rígida, surgida al margen del camino real del desarrollo de la civilización mundial. Al contrario, el genio de Marx estriba, precisamente, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad.
Su doctrina apareció como continuación directa e inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofia, la economía política y el socialismo.
La doctrina de Marx es todopoderosa porque es exacta. Es completa y armónica, dando a los hombres una concepción del mundo íntegra, intransigente con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa. El marxismo es el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX : la filosofia alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés.
1. La filosofia alemana = ver libros: Federico Engels "Ludwig Feauerbach y Anti-Dühring y el Manifiesto Comunista.
2. La economía política inglesa = ver libros : Carlos Marx "El Capital" , es un estudio profundo de la economía capitalista.
3. El socialismo francés = ver libros: Federico Engels "La guerra civil en Francia" , la caída del feudalismo en Francia y la revolución francesa, La Comuna de París.
Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.
Los partidarios de reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de unas u otras clases dominantes. Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a los elementos que puedan -y, por su situación social, deban- formar la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.
En el mundo entero, desde Norteamérica hasta el Japón y desde Suecia hasta el África del Sur, se multiplican las organizaciones independientes del proletariado. Este se instruye y se educa manteniendo su lucha de clases, se despoja de los prejuicios de la sociedad burguesa, adquiere una cohesión cada vez mayor, aprende a medir el alcance de sus éxitos, templa sus fuerzas y crece irresistiblemente.
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