Luis Britto García.
Conversación en el Valle Grande de Mérida
El tema del peso de la Deuda Eterna sobre nuestros países es también eterno. Meses después de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992 un grupo de intelectuales nos reunimos en el Valle Grande de Mérida. De allí salieron la iniciativa de enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez, propulsada por Ramón Escobar Salom, y propuestas de quien suscribe para librarnos de la esclavitud de la Deuda, que es oportuno reiterar:
Contratación de la Deuda
Es preciso actuar con la mayor ponderación en lo relativo a la contratación de nuevos endeudamientos. Estamos cerca de duplicar el monto originario de la Deuda estimado luego del colapso fiscal de 1983. Por tal motivo, en toda futura operación de crédito público se debe:
-Verificar que los fondos provenientes de ella serán efectivamente aplicados en proyectos reproductivos, cuya factibilidad técnica se encuentre objetivamente demostrada
-Privilegiar el recurso al mercado interno de capitales
-Desarrollar un sistema eficaz de planificación global, investigación y centralización de información y controles de los endeudamientos de la administración centralizada y de la descentralizada, para que tanto los administradores como los legisladores dispongan de una información pormenorizada, exacta y total para guiar sus decisiones en la materia.
Añadimos ahora que en ningún caso y bajo ninguna circunstancia se deben aceptar cláusulas infames que permitan al acreedor aumentar unilateralmente las tasas de interés. Disposiciones de tal índole permitieron triplicar y cuadruplicar en pocas décadas la carga de la Deuda de América Latina, sin un solo centavo de aporte adicional de los prestamistas.
Convenios de lavado de Deuda
La omisión por parte del gobierno de políticas acertadas de renegociación, condujo a acuerdos de refinanciamiento suscritos -al igual que la Deuda originaria- sin consulta a la voluntad nacional. Por tal motivo, las camarillas de negociadores pudieron firmar convenios de lavado de deuda -encomiados como "el mejor refinanciamiento del mundo"- que legalizaron una deuda de la cual más de la mitad había sido contraída ilegítimamente, comprometieron la gestión financiera del país por más de cuatro décadas y precipitaron la bancarrota fiscal que reveló la crisis del sistema. En gran parte, el contenido de tales acuerdos y las magnitudes reales y exactas de la Deuda Pública permanecen en secreto. En virtud de ello, es indispensable:
-Imponer políticas de transparencia y publicidad en cuanto al verdadero monto de la deuda y los acuerdos relativos a la misma, investigando y señalando las responsabilidades de los funcionarios que han participado en las negociaciones, si tal fuere el caso
-Impugnar los acuerdos de refinanciamiento que contengan condiciones lesivas al interés nacional y que no hayan cumplido el requisito de aprobación por el Congreso previsto en la Constitución.
Estrategias contra la Deuda
Para acercarnos a tales objetivos, enfrentaremos la carga de la Deuda con una estrategia múltiple, que incluirá aumento de la producción, incremento de la recaudación fiscal, y una renegociación fundada en los lineamientos siguientes:
-Consolidar bloques de deudores para imponer conjuntamente nuestras condiciones
-Revisar la legitimidad de las obligaciones contraídas en aquellos casos en que no hayan sido relegitimadas en negociaciones posteriores
-Postergar el pago de los enriquecimientos ingresados sin cumplimiento de las formalidades legales necesarias
-Eventualmente, recomprar títulos de la Deuda cuando éstos presenten baja cotización
-Investigar y determinar las responsabilidades penales, administrativas y civiles de los funcionarios que contrajeron Deuda pública en contravención de las disposiciones constitucionales y legales pertinentes, y aplicar la sanción respectiva
-Ejercer una diplomacia dinámica en los organismos internacionales para buscar solución
política al problema de la Deuda como única alternativa a una situación de conflicto creciente y generalizado en el Tercer Mundo.
El tema del peso de la Deuda Eterna sobre nuestros países es también eterno. Meses después de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992 un grupo de intelectuales nos reunimos en el Valle Grande de Mérida. De allí salieron la iniciativa de enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez, propulsada por Ramón Escobar Salom, y propuestas de quien suscribe para librarnos de la esclavitud de la Deuda, que es oportuno reiterar:
Contratación de la Deuda
Es preciso actuar con la mayor ponderación en lo relativo a la contratación de nuevos endeudamientos. Estamos cerca de duplicar el monto originario de la Deuda estimado luego del colapso fiscal de 1983. Por tal motivo, en toda futura operación de crédito público se debe:
-Verificar que los fondos provenientes de ella serán efectivamente aplicados en proyectos reproductivos, cuya factibilidad técnica se encuentre objetivamente demostrada
-Privilegiar el recurso al mercado interno de capitales
-Desarrollar un sistema eficaz de planificación global, investigación y centralización de información y controles de los endeudamientos de la administración centralizada y de la descentralizada, para que tanto los administradores como los legisladores dispongan de una información pormenorizada, exacta y total para guiar sus decisiones en la materia.
Añadimos ahora que en ningún caso y bajo ninguna circunstancia se deben aceptar cláusulas infames que permitan al acreedor aumentar unilateralmente las tasas de interés. Disposiciones de tal índole permitieron triplicar y cuadruplicar en pocas décadas la carga de la Deuda de América Latina, sin un solo centavo de aporte adicional de los prestamistas.
Convenios de lavado de Deuda
La omisión por parte del gobierno de políticas acertadas de renegociación, condujo a acuerdos de refinanciamiento suscritos -al igual que la Deuda originaria- sin consulta a la voluntad nacional. Por tal motivo, las camarillas de negociadores pudieron firmar convenios de lavado de deuda -encomiados como "el mejor refinanciamiento del mundo"- que legalizaron una deuda de la cual más de la mitad había sido contraída ilegítimamente, comprometieron la gestión financiera del país por más de cuatro décadas y precipitaron la bancarrota fiscal que reveló la crisis del sistema. En gran parte, el contenido de tales acuerdos y las magnitudes reales y exactas de la Deuda Pública permanecen en secreto. En virtud de ello, es indispensable:
-Imponer políticas de transparencia y publicidad en cuanto al verdadero monto de la deuda y los acuerdos relativos a la misma, investigando y señalando las responsabilidades de los funcionarios que han participado en las negociaciones, si tal fuere el caso
-Impugnar los acuerdos de refinanciamiento que contengan condiciones lesivas al interés nacional y que no hayan cumplido el requisito de aprobación por el Congreso previsto en la Constitución.
Estrategias contra la Deuda
Para acercarnos a tales objetivos, enfrentaremos la carga de la Deuda con una estrategia múltiple, que incluirá aumento de la producción, incremento de la recaudación fiscal, y una renegociación fundada en los lineamientos siguientes:
-Consolidar bloques de deudores para imponer conjuntamente nuestras condiciones
-Revisar la legitimidad de las obligaciones contraídas en aquellos casos en que no hayan sido relegitimadas en negociaciones posteriores
-Postergar el pago de los enriquecimientos ingresados sin cumplimiento de las formalidades legales necesarias
-Eventualmente, recomprar títulos de la Deuda cuando éstos presenten baja cotización
-Investigar y determinar las responsabilidades penales, administrativas y civiles de los funcionarios que contrajeron Deuda pública en contravención de las disposiciones constitucionales y legales pertinentes, y aplicar la sanción respectiva
-Ejercer una diplomacia dinámica en los organismos internacionales para buscar solución
política al problema de la Deuda como única alternativa a una situación de conflicto creciente y generalizado en el Tercer Mundo.
Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo.
brittoluis@gmail.com
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