Especial para TP.- Ernst Thälmann fue un obrero alemán, forjado como dirigente comunista, que tras esforzarse en hacer triunfar la Revolución en Alemania y frenar el ascenso del nazismo, fue asesinado en 1944.
La Internacional Comunista había puesto gran esperanza en que tras la Revolución Soviética de 1917, la victoria de la Revolución alemana marcaría el triunfo del Socialismo en toda Europa. Los mejores hijos de la clase obrera alemana agrupados en la Liga Espartaquista –después llamada Partido Comunista de Alemania (KPD)–, pusieron su empeño en esa tarea. Pero fueron derrotados por la feroz resistencia de la burguesía prusiana y por la traición del Partido Socialdemócrata (SPD) que prefirió la colaboración con la burguesía e incluso con el fascismo.
Frente a los trotskistas y algunos desinformados que acusan a los comunistas de “sectarios” por tratar a la socialdemocracia en ese momento de “social-fascista”, recordamos algo: desde 1914, en que la Segunda Internacional optó por el campo de la burguesía, se mantuvo fiel a su opción. En enero de 1919 el ministro socialdemócrata del interior, Gustav Noske, y el jefe del SPD, Friedrich Ebert, aplastaron la revolución alemana matando a miles de comunistas, entre ellos sus grandes dirigentes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Denunciamos, de paso, la acción libre en Venezuela de la “Fundación Friedrich Ebert”, caballo de Troya del imperialismo alemán y a quienes realizan investigaciones financiados por esta “Fundación”.
El Tercer Congreso de la Internacional Comunista, en 1921, al que Thälmann asistió como representante del KPD, propuso la creación de un Frente Unido de las organizaciones de la clase obrera. Los socialdemócratas respondieron con desprecio. No es extraño que Stalin afirmase en setiembre de 1924 que “la socialdemocracia representa objetivamente el ala moderada del fascismo”. Más evidencias: el gobierno socialdemócrata prusiano de Otto Braun y Carl Severing prohibió la manifestación del 1º de Mayo de 1929 y ordenó disparar contra los obreros causando 30 muertos y 200 heridos. En abril de 1932 Severing declaró: “el partido socialdemócrata está inclinado a que los nazis del señor Hitler compartan las responsabilidades gubernamentales”. Por el contrario, el periódico del KPD, Röthe Fahne, escribió en abril de 1933: “Haremos todo para cortar el camino del poder gubernamental a Hitler”. Todavía en las elecciones de noviembre de 1932, en las que Thälmann fue el candidato presidencial, los votos combinados de los socialdemócratas y comunistas fueron 13.214.000 frente a 11.729.000 de los que recibieron los nazis. El SPD había rechazado la propuesta comunista hecha en el mes de julio de crear un frente unido contra el fascismo. El camarada Thälmann, como presidente del Partido, únicamente puso una condición: “la lucha”. El KPD subió en votos y el presidente burgués Hindenburg, asustado, corrió a poner en el poder a Hitler. En 1933 la policía de Hitler, la Gestapo, arresta a Thälmann. Tras mantenerlo 11 años preso, Hitler ordena su fusilamiento, que se ejecuta el 18 de agosto de 1944, hace 70 años, cuando el Ejército Rojo soviético se acercaba imparable a la victoria.
Honor y gloria a los mártires alemanes de la Revolución Socialista.
(*) Internacionalista
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