Rosa Natalia.
VALIENTE
MARÍA LEÓN:
INVESTIGUEMOS LA MUERTE DE CHÁVEZ
Peinado
impecablemente y trajeado con corbata roja, leyó con ímpetu su discurso en el
estadio olímpico Atahualpa. Con voz clara y fuerte, convocaba al pueblo a
acompañar las medidas económicas de austeridad en vista del advenimiento de crisis
económica en bloque sur. Invocó la batalla de Pichincha y el cruce del Cóndor.
Sabía que al negarse a adquirir nuevos endeudamientos con bancos del norte, la
situación aunque honrosa, sería de penurias en el corto plazo. Estaba dispuesto
a dar la pelea contra los flagelos de la inflación y el descontrol de precios.
Con un ¡Viva la Patria! Roldós bajó de la tarima rápidamente rodeado de un
cuerpo de seguridad considerable. Presuroso se disponía a tomar la avioneta para
ir a otro acto público a una distancia de poco mas de 400 km, algo así como ir
de San Cristóbal a Barquisimeto por avión bordeando la cordillera de los andes.
El vuelo no debía durar poco más de una hora, pero justo en el tramo de
descenso, a escasos kilómetros de llegar a su destino, la avioneta se estrelló.
Junto a su esposa, su ministro de defensa y una pequeña tripulación, el
presidente ecuatoriano nacionalista Jaime Roldós, murió instantáneamente. La aeronave
recién comprada para uso presidencial era una Beechcraft King Air, cuya marca
hasta el día de hoy tiene la reputación de ser los jets de un solo motor mejor
construidos del mundo, por cierto de origen gringo. Pero lo sorprendente no fue
el hecho de que esta lujosa joya de la aviación haya fallado, sino que nadie
indagara en la tesis del magnicidio. En apenas ocho días, un informe cerraba
las averiguaciones del hecho catalogándolo como “un accidente”. El sucesor en
la presidencia, no indagó tampoco, el escarmiento había sido efectivo. Por ello
apenas tomó el poder, se encargó de transformar la deuda externa privada a
deuda pública externa, es decir, la deuda de los privados en dólares fue
asumida por las reservas del Banco Central del Ecuador. El Estado tuvo que
financiar la deuda de los empresarios privados a través de sus reservas
internacionales, su petróleo e incluso con parte de su selva Amazónica. Es
decir, los mendoza y roigs del Ecuador, le dijeron al Presidente sucesor
“debemos muchos millones de dólares en el extranjero, si no nos dan los dólares
paramos la producción”. Entonces el sucesor, en este caso osvaldo hurtado, como
no tenía tanto apoyo popular como Roldós, decidió volver a endeudarse con la
gran banca internacional, calmar los ánimos para que el “país pudiera
sobreponerse a la trágica pérdida del líder, y continuar en paz por la senda
del desarrollo”.
Tres
meses después de la muerte de Roldós, Torrijos el presidente de Panamá, moría
en condiciones similares. Su avión explotó en medio de un trayecto de viaje
corto, como de Maiquetía a Guatire, pero las autoridades se dieron cuenta que
el presidente no llegó, un día después. ¿Usted se imagina que el presidente de
Venezuela salga en un avión desde Maiquetía hacia Guatire y después de una
hora, nadie se pregunte, por qué no ha llegado? Los cuerpos del mandatario y de
la tripulación fueron encontrados un mes después y el informe del siniestro
elaborado por militares estadounidenses casualmente arrojó que todo fue un
accidente. Pero el asesinato de Torrijos no es lo asombroso ya que “se lo
merecía”: había osado a exigir los derechos económicos de los panameños sobre
el canal de Panamá que hasta ese momento era propiedad estadounidense. El
sucesor estable después de Torrijos, fue su Jefe del Servicio de Inteligencia, que
había sido informante regular a sueldo de la CIA, el general Noriega. Lo
asombroso es que nadie investigara mucho más el asunto del magnicidio, ni las
instituciones, ni las organizaciones de base progresistas panameñas, nadie dijo
mucho, el hecho pasó debajo de cuerda, una vez más.
Pero
hace casi diez años apareció un ex sicario y decidió contar la historia de
Torrijos y de Roldós pues fue co-autor de sus asesinatos, no el físico, sino el
económico. Lo más interesante a nuestro parecer de toda su narración es el
procedimiento del asesinato de países enteros, de sus líderes, sus recursos y
por supuesto de su moral. John Perkins* un sapo gringo, nos trae datos
interesantes, sobre todo en esta fase de la Revolución Bolivariana. Este big
sapo, del que podríamos sospechar que es un loco esquizoide, ha sido
entrevistado por grandes medios alternativos, como The Guardian y Democracy
Now, quienes seguramente se han encargado de verificar su origen y de corroborar la veracidad de sus
confesiones. Nos cuenta que el procedimiento pre y post magnicidio es el
siguiente:
El
imperio de las corporaciones identifica un país y sus recursos. Ofrece apoyo
monetario para financiar electoralmente a los candidatos que se estén
postulando a presidente. Si gana alguno que este fuera de la receta tipo marketing
capitalista lo visitan a escasos días de su toma de posesión “Felicidades,
señor Presidente, sólo quiero que sepa que aquí en esta mano tengo un par de
cientos de millones de dólares para usted y su familia si usted coopera con el
Tío Sam y nuestras compañías petroleras. Y aquí en la otra tengo un hombre con
un arma en la mano, una bomba, un cáncer o un avión defectuoso, que tiene el
nombre de usted. Recuerde a Allende, a Roldós, A Torrijos, a Lumumba. Recuerde,
Hay una larga lista de chicos que quisieron avanzar solos y fueron derrocados o
asesinados”.
Según
nos cuenta Perkins al recién llegado le leen esa cartilla, quizás de forma más
sutil, pero el mensaje siempre es explícito y muy claro. Literalmente y
físicamente andarán en la oficina del presidente mientras dure su mandato. A
menos que el personaje bajo amenaza, tenga sólidos pies ideológicos en un par
de semanas piensa “Tengo que permanecer en el cargo. Puedo hacerlo mejor que
nadie, pero de alguna manera tengo que aplacarlos dándoles, por ejemplo un
contrato a la Halliburton”.
Pero
si el amenazado no se deja y se planta frente a estos mercenarios y dice “No
John, gracias por tu dinero, no me voy a endeudar, porque sé que ese dinero
finalmente no llega a los pobres, quizás unas migajas a unos cuantos…así que
déjame hacer lo mío, llamar a mi pueblo a soportar algunas dificultades pero
avanzar a un mundo un poco más honesto”. Si las amenazas de los sicarios
económicos no logran convencerlo, tal como ocurrió con Chávez, entonces, los
sicarios económicos se retiran y abren paso a los "chacales". Los
chacales, dice Perkins, son la mafia pesada sancionada por la CIA que fomenta
secuestros y golpes de estado. Y cuando los chacales fallan, como fue el caso
en Irak, el ejército entra y los sicarios económicos vuelven a amenazar. De
seguir resistiéndose a la entrada del capitalismo, entonces entran de nuevo los
chacales y asesinan. El sucesor vuelve a la ruleta rusa per secula seculorum.
De
manera que cada vez que el Gobierno Bolivariano quiera volver a hablar de
planes de magnicidio, de cómo maricori y arria se carteen con los gringos para
hablar de cuál sicario o cual chacal deben traer, tendría el gobierno que
comenzar hablando del asesinato de Chávez. Seguir el ejemplo que María León dio,
rescatar a Chávez del cliché, de la estatua o del afiche y recordar como los
chacales lo envenenaron porque no pactó. Recordar que no claudicar es un
orgullo, que no somos los primeros ni seremos los últimos, que los sicarios
económicos y los chacales dará vueltas alrededor de Miraflores y de Pdvsa
mientras haya algo que les apetezca de nuestro suelo. Los datos sobran, las
evidencias también, hoy hablar del asesinato de Chávez demarca bandos. El que
diga que a Chávez se lo llevó diosito, está bajo sospecha. El que diga que lo
mataron es verdaderamente chavista.
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