lunes, 16 de junio de 2014

Conjura mediática contra Venezuela.

LUIS BRITTO GARCÍA.

Los medios privados venezolanos en su mayoría repiten esas falacias, y los internacionales amplifican idénticos infundios
Estados Unidos necesita confiscar la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, que está en Venezuela, y contra ella inmediatamente inician demoledora campaña los siete consorcios que dominan la comunicación global y los monopolios periodísticos latinoamericanos GDA (Grupo de Diarios de las Américas), Andiarios (Asociación de Editores de Diarios y Medios Informativos) y PAL (Grupo Periódicos Asociados Latinoamericanos). Mienten que el Gobierno venezolano no es democrático, y que fugaces escaramuzas terroristas fascistas en solo 19 de 335 municipios representan la voluntad de la población. Mienten que situaciones de represión fotografiadas en Grecia o España ocurrieron en Caracas; que no hay libertad de expresión en un país donde los periódicos afirman en primera plana todos los días que no la hay y aseveran que es dictatorial un gobierno democráticamente electo que permite que todos los medios lo tilden de tiranía. También dijeron los medios que la guerra de Vietnam era justa y Estados Unidos la estaba ganando, y ya ven lo que pasó.

Los medios privados venezolanos en su mayoría repiten esas falacias, y los internacionales amplifican idénticos infundios. Contra estos se pueden crear redes alternativas informáticas o de prensa que divulguen la verdad al mundo. Cada misión diplomática debería ser al mismo tiempo un agente difusor, particularmente las acreditadas ante la ONU, la OEA, el Alba, Celac, Unasur, Mercosur, el Bric, los países No Alineados y Estados Unidos. Movimientos insurgentes mantienen así la presencia de sus causas. ¿No podrá hacerlo uno que está en el poder?

Operan en Venezuela 2.896 medios, de los cuales 20,76% son comunitarios, 3,22% de servicio público y el 65,18%, unos 2.332, privados y casi unánimemente opositores. Los comunitarios son de poco alcance y efímeros. En cuanto a canales de difusión, la derecha opositora detenta una brutal hegemonía. ¿Por qué, con tal desventaja, el bolivarianismo ha ganado 18 de 19 consultas electorales? Gracias a su mensaje, que postula democracia contra dictadura patronal, fraternidad contra racismo, solidaridad contra discriminación, patriotismo contra entreguismo, paz contra violencia golpista y terrorista, y educación, salud y seguridad social para todos y gratuitas. Hay que insistir en ese mensaje ganador, clarificarlo y hacerlo todavía más veraz y persuasivo.

¿Cómo? Repetimos que la comunicación revolucionaria debe innovar en el fondo y en la forma. Que debe funcionar como sistema educativo que transmita conocimiento, ciencia, valores, solidaridad, productividad e identidad. Que no debe repetir las torpezas, miserias y agresiones al público de los medios de la derecha, tales como la interrupción maniática, la cuña machacona, la saturación de la pantalla de inserciones que impiden seguir el mensaje. Que no debe propagar las calumnias y mentiras de la reacción, ni prestar relieve o resonancia a figuras insignificantes polemizando con ellas o mencionándolas de forma saturativa. Que debe ser fuente continua de datos concretos, objetivos, oportunos y actualizados sobre la realidad. Que no debe imitar a la derecha en la creencia de que figuración mediática sustituye trabajo político. Que debe emplear a fondo los formatos consagrados, tales como la telenovela, el programa humorístico y el reportaje investigativo. Que debe experimentar creativamente con medios tales como el cómic, la fotonovela, el grafito, las redes sociales, los espectáculos de calle y la fiesta popular. Que debe utilizar a plenitud el magnífico equipo de pensadores y creadores que apoyan a la revolución. Que no debe negar los medios a sus propios comunicadores estrellas.

Contra superioridad de medios de la derecha, guerrilla mediática: contra mentira oligárquica, verdad inteligente. Pero disponemos de dos satélites de comunicaciones. ¿Cuándo los utilizaremos a plenitud?

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