jueves, 19 de junio de 2014

¿Habrá llegado el momento de cortar con la monarquía española?

Hace algún tiempo vi una película titulada Mayo Rojo que narra las manipulaciones que sufre el pueblo español en manos de las monarquías. La historia me viene a la memoria movida por la noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos de Borbón en favor de su hijo Felipe, lo cual transcurre en medio de escándalos por corrupción y demasías que salpican al monarca saliente.
El filme muestra a un pueblo trabajador, fiel súbdito, que sufre miles de penurias de las cuales se aprovecha la nobleza para someterlo a sus caprichos y decidir su destino. El ambiente en que se mueve la nobleza está plagado de intrigas, bajas pasiones y traiciones. Los plebeyos que logran ingresar a la corte son usados para provecho personal de los señores o en perjuicio de otros y una vez obtenido el fin son desechados, como le sucede a uno de los protagonistas.
El momento crítico de la cinta está centrado en la invasión de los franceses al territorio español. La plebe se resiste a la toma y lucha hasta con las uñas contra el invasor. Mientras el populacho grita consignas como Viva El Rey o Viva España, la nobleza sale huyendo a refugio seguro y el ejército español se acuartela. Los franceses entonces masacran a una resistencia prácticamente indefensa integrada por hombres, mujeres, ancianos y niños; el resto de la población reacciona indignada por la sangre derramada de los compatriotas y muchos de ellos son apresados y luego fusilados. Al momento de morir uno de sus protagonistas reflexiona: Hemos sido todo este tiempo marionetas en manos de las monarquías y el otro responde Ojalá esto sirva para que un día se corten los hilos.
Los reyes de la cinta viven la dulce vida; tienen amantes, fortunas que derrochan, vacacionan en villas, cazan animales por deporte y tienen historias ocultas y negras. El populacho carece de lo elemental para vivir. La realidad no es muy diferente a la ficción.
Don Juan Carlos tiene cola que le pisen: su reinado no ha sido muy diferente al de sus antecesores, la turbiedad le ha signado desde muy joven ya que se le atribuye la muerte de su hermano Alfonso, a quien le dispararía con un arma que le diera la madre para jugar. Su llegada al trono tampoco fue muy transparente que digamos, ya que pactó con el dictador Franco y de paso destronó al padre. Su fama de mujeriego no es materia oculta así como tampoco su pasión desbastadora por el reino animal. En lo que se refiere al manejo de las finanzas tampoco sale bien librado ya que la familia real enfrenta señalamientos de corrupción que comprometen a la Infanta Elena. La sucesión al trono se plantea en medio de una profunda crisis económica y social que tiene indignada a la población.
Hoy ante el panorama que se presenta nos preguntamos ¿será que ha llegado el momento en que los hilos de las marionetas se corten definitivamente? En el país europeo hay miles de personas que reclaman un referéndum para decidir a favor o en contra de la monarquía. Habrá que ver que pasa.
Periodista
 

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