Maryclen Stelling.
Recrudece la confrontación mediática en torno a escenarios económico y
político, en los medios públicos se desdibuja o posterga la transición
al socialismo. En tanto actores y espectadores, asistimos al mundo
teatral del espectáculo político, en el que temas, lugares o conflictos
“entran en un mecanismo dramático del que sale un héroe, los leales, los
fraudulentos, los vencedores y los vencidos.” (Canel: Comunicación
política)
Los medios privados de oposición resaltan el drama económico. Destaca la advertencia de Barclays al gobierno venezolano “sobre la gravedad de la crisis que atraviesa el país y que tienen sólo tres meses para establecer los cambios necesarios antes de entrar en un colapso económico”. Los principales titulares dan cuenta de la mala salud económica: Caen indicadores de pobreza y salud. Venezuela retrocede en cumplimiento de las metas del milenio, Fallas nacionales de producción persisten tras tres meses de diálogo, Sueldo caerá 18% este año, Más de millón y medio de jóvenes no estudia ni trabaja, Informalidad captó 65% del empleo creado en el último año, Se estancan ingresos de la clase media, Canasta alimentaria se disparó 69,1% en 12 meses, Menos de 4% de inversión extranjera en la región llega a Venezuela y Sidor tendrá pérdidas por 1 millardo de dólares.
Desde el drama político, lejanas son las posibilidades de revivir el diálogo congelado. Firme el presidente Maduro expresa que “Los involucrados en plan magnicida deben ir presos” e “implica a medios en el magnicidio. Medios privados informan que Simonovis suspende la huelga de hambre y su esposa afirma “no quiero a un héroe muerto”. Dramáticamente reseñan que “Con reporte médico incompleto jueza negó medida” y “Deciden que permanezca en la cárcel”. En respuesta el comisario envía una carta desde la cárcel de Ramo Verde en la que afirma que seguirá en la lucha por su libertad y que el gobierno debe ofrecer disculpas por el daño que le ha hecho a Venezuela. En el mecanismo dramático entra con máxima titularidad Leopoldo López a quien “La Fiscalía pidió dejar preso” a lo cual riposta que es prisionero de “una elite corrupta”.
Desde la oposición se construye así un relato de héroes y villanos que afectan la legitimidad del gobierno. Tal estado de guerra mediática, amerita una planificada respuesta comunicacional dirigida a la defensa de la legitimidad del ejercicio y rescate de la credibilidad.
Los medios privados de oposición resaltan el drama económico. Destaca la advertencia de Barclays al gobierno venezolano “sobre la gravedad de la crisis que atraviesa el país y que tienen sólo tres meses para establecer los cambios necesarios antes de entrar en un colapso económico”. Los principales titulares dan cuenta de la mala salud económica: Caen indicadores de pobreza y salud. Venezuela retrocede en cumplimiento de las metas del milenio, Fallas nacionales de producción persisten tras tres meses de diálogo, Sueldo caerá 18% este año, Más de millón y medio de jóvenes no estudia ni trabaja, Informalidad captó 65% del empleo creado en el último año, Se estancan ingresos de la clase media, Canasta alimentaria se disparó 69,1% en 12 meses, Menos de 4% de inversión extranjera en la región llega a Venezuela y Sidor tendrá pérdidas por 1 millardo de dólares.
Desde el drama político, lejanas son las posibilidades de revivir el diálogo congelado. Firme el presidente Maduro expresa que “Los involucrados en plan magnicida deben ir presos” e “implica a medios en el magnicidio. Medios privados informan que Simonovis suspende la huelga de hambre y su esposa afirma “no quiero a un héroe muerto”. Dramáticamente reseñan que “Con reporte médico incompleto jueza negó medida” y “Deciden que permanezca en la cárcel”. En respuesta el comisario envía una carta desde la cárcel de Ramo Verde en la que afirma que seguirá en la lucha por su libertad y que el gobierno debe ofrecer disculpas por el daño que le ha hecho a Venezuela. En el mecanismo dramático entra con máxima titularidad Leopoldo López a quien “La Fiscalía pidió dejar preso” a lo cual riposta que es prisionero de “una elite corrupta”.
Desde la oposición se construye así un relato de héroes y villanos que afectan la legitimidad del gobierno. Tal estado de guerra mediática, amerita una planificada respuesta comunicacional dirigida a la defensa de la legitimidad del ejercicio y rescate de la credibilidad.
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