RAMÓN RODRÍGUEZ CHACÍN
Los intereses del imperio se encuentran en el oriente, pero debe recomponer el orden en su patio trasero el cual se ha alterado por al vacío que han dejado. Para ello han estado aplicando una política pragmática con las potencias medianas y con sus lacayos declarados, siempre tendiente a fragmentarnos e imponernos el consenso de Washington. Para los países radicalmente opuestos al imperio y su neocolonialismo, es decir el Alba –TCP, han decidido aplicarles una adaptación de la política de golpes de Estado que ya aplicaron exitosamente en la región en la II posguerra capitalista del siglo XX y en la década de los 70s del siglo pasado, cuando se les presentaron situaciones similares a la actual.
Para el caso Venezuela, el más delicado para ellos, tienen sus esperanzas puestas en el 2012 o antes, si se les presenta la oportunidad. Su estrategia consiste en aislarnos internacionalmente creándonos una matriz de opinión que nos identifique como un gobierno delincuente, aliado del terrorismo y del narcotráfico; y en lo interno, crear condiciones de ingobernabilidad, apoyándose principalmente en la extrema derecha venezolana y su representación en el parlamento, y en Juan Manuel Santos, presidente de Colombia y reconocido santanderista, monroista, panamericanista y neoliberal, opuesto al Bolivarianismo, latinoamericanismo y socialismo que representa el Alba – TCP.
Ya las acciones tácticas comenzaron y el rol de Santos, un Uribe maquillado, ha acelerado las actividades que ya habían comenzado: la invasión paramilitar silenciosa a nuestro país, las operaciones de inteligencia humana y electrónica, la infiltración de las comunas y de los movimientos sociales y operaciones de guerra sicológica.
Los venezolanos no debemos tener dudas, Santos es una ficha del imperio con una misión bien clara en contra de Venezuela, pero la política está hecha de astucia y pragmatismo y la pelea es peleando.
*Miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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