martes, 12 de octubre de 2010

Lo que quieren los burócratas:¿Lealtad, o complicidad?

Andrea Coa



Existe una línea bien definida que diferencia la lealtad de la complicidad. Son dos polos opuestos. Si bien la primera es una virtud digna de los guerreros y las guerreras que luchan en las transformaciones fundamentales de la humanidad para su evolución moral y material, la segunda es el vicio de las personas que prefieren mirar para otro lado, cuando no coadyuvan o coprotagonizan los actos más abyectos que hunden al ser humano en su lado oscuro. La contradicción entre lealtad y complicidad es una contradicción antagónica. 
QUÉ ES LA LEALTAD
Lealtad es tener consciencia de que no estamos solas o solos, que aquellas personas que comparten un mismo sendero de lucha van con todo por la humanidad. De su lucha nos beneficiamos todos, y un golpe a esa persona, o a esa organización, es un golpe contra nosotras. La solidaridad de la lealtad es consciente, en caso de las y los camaradas que saben dónde están parados y buscan un objetivo que, comprendiéndolos a ellos y a su propio bienestar, los trascienden, porque su cimiento y su perfección está en la comunidad y el bienestar colectivo. La lealtad es agradecida.
La lealtad es personal y colectiva a la vez. Se es leal con la humanidad cuando se lucha por una sociedad sin clases, sin explotación, en la cual predomine lo positivo, lo evolutivo, lo limpio. Se es leal con nuestros camaradas cuando nos solidarizamos con ellos, cuando no los dejamos solos en su lucha (que es más que la lucha por un ideal) a merced de las bestias, siendo la diana que todas las saetas del imperio y sus lambucios disparan. Por eso, la lealtad nos lleva a avanzar, a dar la cara, cuando defender, acompañar de manera proactiva, solidarizarnos con una organización, un camarada o un grupo de camaradas, significa defender, acompañar, solidarizarnos con el interés colectivo. No dejarlos solos, es no quedarnos solos.
La lealtad es siempre revolucionaria. 
QUÉ ES LA COMPLICIDAD
La complicidad es el lado opuesto de la moneda. La otra parte de dos polos antagónicos. Son cómplices los que, sabiendo que otro comete actos que van a perjudicar a otras personas, al colectivo o al mismo que lo comete, lo apoyan en palabra y/o en hecho, en unos casos; miran para otro lado, guardando silencio, cuando quieren mantener una posición de falsa inocencia que les permita seguir medrando de una postura seudo revolucionaria; o actúan como si el delito o la acción contra revolucionaria, que perjudica al colectivo, no fuera su problema. También es complicidad la que se produce por miedo a perder el puesto, a unos supuestos amigos, a meterse en problema. ...O POR AMENAZA DE SANCIONES. Por cobardía. Sea de manera automática, porque son más de lo mismo, o por cobardía, porque ceden a la presión de los corruptos, porque aceptan obedecer ciegamente a los que son más de lo mismo.
La complicidad es siempre contra revolucionaria 
LA LEALTAD AL PARTIDO
Cuando el partido es revolucionario, una de sus principales características es la existencia de canales que permiten la soberanía del militante raso, la contraloría social, la revocabilidad de los cargos directivos. Cuando se obedece disciplinadamente a unas decisiones tomadas por el colectivo, que benefician a la comunidad, se trata de Disciplina Consciente y Revolucionaria.
Cuando, por el contrario, en el partido no existen mecanismos que garanticen la libre afluencia de pensamientos de la base, el flujo de críticas y autocríticas internas, cuando no hay poder democrático sino dedocrático, cuando existe una costra dominante que se rota los cargos, pero siempre está en la cresta de la ola, ese grupúsculo dominante se convierte en una burguesía burocrática, cuya forma de explotación a los militantes es obligarlos a obedecer órdenes que sólo benefician a esa burguesía. En esos casos, hablamos de un partido burgués, o policlasista.
En el caso del PSUV, para que sea de verdad un partido socialista revolucionario, deben crearse esos mecanismos de expresión de ideas y de poder popular dentro del partido. Nadie que acepte una dictadura injusta puede luchar por la Libertad, porque nadie puede dar lo que no tiene. Y CUANDO NO HAY CANALES INTERNOS PARA LA CRÍTICA, HAY QUE ABRIR LAS PUERTAS Y LAS VENTANAS Y CRITICAR DONDE SEA. Para que quede claro que no somos cómplices de las prácticas burguesas y corruptas. 
EL PARTIDO Y LA BUROCRACIA
Los burócratas corruptos son los mismos tipos que, cuando tienen un alto cargo, creen (y así obligan a los militantes a aceptar) que por ser el jefe burocrático tienen que ser, automáticamente, jefes del partido, aunque no tengan ni idea de con qué se come el socialismo (Y si la tienen, es peor). Que sustituyen los organismos de base legítimos por unos sospechosísimos “frentes de trabajadores”, convocados por ellos, cuando y como a ellos les conviene, para hacer bulto y fingir que son tremendos revolucionarios.
Son los tipos que, cuando hay un acto público, obligan, por conservar el puesto, a todos los trabajadores, aún a los que no estén de acuerdo ni sean militantes, a ponerse una franela roja para asistir a esos eventos, para simular lo que no existe.
Esos son los matavotos.
Esos son los que frenan el proceso.
Esos son contrarrevolucionarios, que se la pasan con la revolución en la boca para enriquecerse a costa de ella, mientras en su vida privada son troncos de burgueses. 

andrea.coa@gmail.com

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