jueves, 28 de enero de 2010

Un grano de maíz: "En el mercado acechan los verdugos del Socialismo".


Antonio Aponte

Si entendemos por Mercado el intercambio de mercancías, entonces no hay “Mercado Socialista”, no puede haberlo. Expliquemos.

Primero, no todo producto es mercancía. La mercancía es el producto que se fabrica para venderlo, esa es la esencia del capitalismo. La producción capitalista no se guía por las necesidades sociales, la rige la voracidad de capturar, de robar trabajo obrero.

Segundo, el mercado es el sitio donde el capitalista lleva las mercancías, que son portadoras del trabajo arrebatado a los obreros para intercambiarlas por dinero, que es también una mercancía. Ese dinero lo utilizará principalmente como capital para seguir explotando.

Diferente es la Producción Socialista: esta no busca apropiarse del trabajo obrero y convertirlo en mercancía, al contrario, se entrelaza, es guiada por las necesidades sociales que satisface. Para esto es imprescindible la Propiedad Social de los Medios de Producción.

Allí, la distribución, el intercambio de productos, no está sometido a las leyes del mercado, de la ganancia, sino regido por las necesidades sociales.

De todo lo anterior se desprende que la forma de producción condiciona la forma de distribución: “la distribución de los productos está precedida por la distribución de los medios de producción”. Es decir, como sea la propiedad de los medios de producción, así será la distribución.

Si la producción es capitalista, la distribución será capitalista, será en el mercado donde lo que cuenta es la ganancia máxima, o si queremos podemos llamarla plusvalía, y aún, especulación.
De todo esto se deduce que la producción capitalista necesariamente condiciona un mercado capitalista. De aquí que no se puede hacer Socialismo sólo en la distribución, y dejar las relaciones capitalistas intactas en la producción.

Nosotros en la Revolución Bolivariana debemos construir toda la cadena, desde la materia prima hasta la distribución, sólo de esa manera podremos dirigir la economía hacia la satisfacción de necesidades, y no hacia la acumulación de riquezas, de capital. Podremos establecer una relación socialista entre las unidades productivas, y de estas con los obreros, creando la Zona Socialista, base material y espiritual para el Socialismo.

Si nos quedamos sólo en el área comercial tendremos graves dificultades. Podremos controlar por un tiempo los precios en el mercado, quizá vendiendo a pérdida, pero así estaremos transfiriendo la renta petrolera a los capitalistas, subsidiándolos, formando egoísmo y estimulando a los sepultureros del Socialismo.

La Revolución debe estar atenta: la renta petrolera, cuantiosa, enmascara la economía. Las relaciones de propiedad y sus consecuencias son amortiguadas por la renta. Esto es posible sólo durante un tiempo. Sin embargo, la conciencia derrochadora, egoísta, antisocial, que se opone al Socialismo, no se podrá evitar, al contrario, será estimulada. En resumen, ese camino nos lleva a yugular el Socialismo.

¡Chávez es Socialismo!

¡El Socialismo se construye con Socialismo, nunca con capitalismo!

¡Irreverencia y Lealtad!

PATRIA SOCIALISMO O MUERTE, ¡¡¡VENCEREMOS!!!

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